Capítulo 32 Callejón Sin Salida

15 5 1
                                    

—Esto es la gota que derramó el vaso. Van a cerrar el caso ahora, y procesarán a esos criminales —gritó el gobernador, quien finalmente había dado señal de vida—. Te lo dije, Lukyan. La gente empieza a llamar, ¿sabes lo que es recibir llamadas de arriba? ¿Lo sabes? Están investigando las muertes de prostitutas, que no son nada nuevo, mientras que los demás, claramente fueron asesinados por ese grupo de locos. Date cuenta, sólo te hacen dar vueltas.

—...—Lukyan apretaba los puños, mientras recibía el regaño. Se contenía tanto el callarle, porque estaba claro que el vejete no sabía de lo que hablaba—. El intento de homicidio de Fernando, debería decirle que nada de esto ha acabado.

—Señor Lukyan, ¿por qué confía en esos criminales? ¿Cómo sabe que ellos no planearon todo esto? Es evidente que es una artimaña. Cierren el caso, punto final —gruñó, rojo como un tomate.

—Señor, con el debido respeto. Ellos jamás lo harían, ellos aprecian tanto al Sr. Fernando, que sólo por él...—Hizo una pausa, apretando un poco sus puños—. Sólo por él, accedieron a ayudar en la investigación.

—Me vas a matar de un coraje, ¿por qué me haces esto? La prensa comienza a presionar y...

—Asesinaron a las familias de sus trabajadores, junto con ellos...

—Quien saben en qué se habrían metido —interrumpió el gobernador.

Es ahí donde cayó en cuenta, estaba completamente solo. Tendría que hablar con gente más arriba, pero corría el riesgo de que no hubiese nada ni nadie a quién agarrarse.

—Me tengo que retirar, lamento todos estos inconvenientes —dijo como último, sabiendo que, en teoría, estaban despedidos del caso, y lo corroboró cuando escuchó al gobernador decirle a lo lejos un: Los quiero fuera de la ciudad, ahora. Claro que Lukyan no se iba a quedar así, hablaría al cuartel para pedirle a su jefe, qué por fortuna, a diferencia del General, encargado de la policía, no estaba involucrado en esta porquería.

Luke por su parte, se encontraba con Hush y Fernando. Ambos miraban al mayor entubado y vendado. Había recién salido de cirugía, pero existía el riesgo de quedar parapléjico, pues algunas balas habían dado cerca de su columna. Si tenía suerte, con una dolorosa rehabilitación, podría quedar bien.

El rubio miraba fijamente el cuerpo, mientras sus pupilas temblaban. Mordía sus uñas al grado de casi querérselas arrancar, Hush tuvo que sostenerle las manos. No se sabía qué pasaba por su cabeza, pero, para eso me tienen. ¿Recuerdan cómo eran los televisores antes? Qué al agarrar señal, dos canales se podían empalmar junto con la nieve y ruido de la pantalla. Así es como la visión de Luke estaba cambiando. Por momentos veía a un Fernando vivito y sano, y por instantes, lo veía postrado, gravemente herido; la sangre aparecía y desaparecía, junto con gritos que retumbaban en sus orejas.

Hush le veía preocupado, sin saber qué hacer. Ya ni le habían comentado lo de Yon y Keita, para no preocuparlo de más.

—¿Todo está bien? —se encontró Yon a Lukyan.

—Deberías estar reposando —musitó al verlo.

El menor había recibido algunas puntadas;ya que no fue apuñalado tan profundo en el abdomen, pero sus manos estaban algo inutilizados, además de que su brazo descansaba en un cabestrillo, debido al hombro herido.

—Estaba inquieto, me descuidé un poco, y el joven Keita me...

—No pensé que él fuera a... —carraspeó Lukyan, sin poder terminar la frase—. ¿El admitió?

—Ni yo, por suerte tenía el arma. ¿Crees que Hush consiga los videos? Sé que...dada las circunstancias, es difícil de...—carraspeó un poco, sintiendo cómo la voz se le quebrara.

—¿Estás bien? —musitó Luke, asomándose del cuarto, pues éstos, estaban frente a la habitación de Fernando.

—Estoy de pie. —Sonrió con gentileza y suavidad, aún con los ojos algo llorosos.

Luke se acercó a abrazarlo con profundo cuidado, sin entender qué pasaba. Su mueca estaba ¿muerta? No tenía una expresión reconocible, tal vez seguía en estado de shock.

Sin pensarlo, le tomó de la muñeca, para adentrarse y sentarse a lado de Fernando. Necesitaba un abrazo, mismo que Yon le dio con su brazo sano. Hush al verlo, se tensó, y decidió salir.

—Hush —le llamó Lukyan, observándole aún agitado.

—No sé qué pasó ahí —contestó algo acelerado, jalando del pantalón a Lukyan.

—No sé si debas dejarlo solo —dijo, refiriéndose a Luke.

—El Sr. Winchester los está cuidando —comentó confiado.

—¿Escuchaste algo? —preguntó finalmente, dejando que lo llevara.

—Quiero saber qué pasó con las cámaras, no sé si no funcionaron, o simplemente borraron la cinta conforme iban grabando. Honestamente ni siquiera pude ver, sólo escuché los disparos, me escondí e intenté ver la filmación en mi celular.

—¿Cuál sería la diferencia de uno u otro?

—Si dejaron de funcionar, no hay nada que ver, pero si las borraron conforme iba grabando, puedo recuperar el archivo y saber qué pasó. ¿Cómo está Keita? —preguntó finalmente, mostrando genuina preocupación, pues a pesar de no convivir mucho, sabía que si Sky se enteraba, quedaría despedazado.

—Sigue en cirugía, no sabemos si logre salir de esto —carraspeó, sintiendo un gran nudo en el estómago—. Si sale, tampoco aseguran que despierte. Tal vez quede en estado vegetativo, no lo sé. Los disparos fueron erráticos, pero lograron dar lugares importantes, ninguno en la cabeza, lo que me hace pensar que lo que dijo Yon es real, y él era el traidor.

—¿Investigaste sus antecedentes? —cuestionó Hush—. De cada uno. Debe haber algo que nos indique si es real, o no.

—Lo hice, y no pinta bien para Keita. Arrestado de joven, por hurto, vandalismo y peleas callejeras, escalando a homicidio. Se le juzgó como homicidio en primer grado y se le encarceló en la correccional, sin embargo, tendría que ver bien la investigación de ese entonces. —El Lukyan de antes, habría creído ciegamente en el veredicto, pero dado el incidente de hace unas semanas, creía que simplemente por ser alguien negro, lo habrían encarcelado.

—Me encargaré de eso, usted debe descansar. Se ve...oh mierda —dijo el menor, algo paniqueado de ver cómo la inexpresiva cara del ruso, comenzaba a lagrimear.

Lukyan se sentía profundamente culpable de lo que había sucedido, de absolutamente todo. No quería ni siquiera entrar a verlo, mucho menos cuando despertara. No tenía cara para eso.

El mayor se detuvo, quedando completamente quieto, bajando la mirada, para cubrir sus ojos con su antebrazo. Su llanto era silencio. Su corazón latía de forma dolorosa, sentía que algo le faltaba, y no estaba seguro de qué.

—Háblale a Luke —ordenó, con una voz que apenas se oía.

Hush asintió, no estaba seguro si Luke debía verlo así, pero ya lo hizo antes ¿no? Obediente se apartó, quitándole a Yon a Luke, jalándole para llevarlo con el hombre, mismo que pidió un abrazo. Al parecer, era el único que podía tocarlo, por ahora.

Luke en silencio, se acercó, parándose un poco de puntas, para finalmente rodearlo con sus brazos. Ambos lagrimeaban, pero a diferencia del menor, el federal soltó pequeños sollozos, sintiendo la culpa carcomérselo.

Los Cuatro JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora