Nix era una de las muchas diosas que existían, su residencia permanente estaba en el Tártaro y no porque haya hecho algo malo, simplemente le gustaba el ambiente de allí, antes solía salir al anochecer pero ahora solo salía cuando había algún ritual en su nombre o cuando alguien le rezaba, fuera de eso se mantenía ocupada con los perros del Inframundo, que la mayoría eran de ella pero que vagaban por allí, estaba consciente de que Yoongi, el hijo de Hades, los cuidaba o jugaba con ellos y estaba bien para ella mientras no dejara que les pasara nada.
El conocer a Hades fue un tanto extraño para ella pues había ido a una fiesta en honor a todos los dioses, se podría decir que fue un desliz de un par de semanas, porque claro, un día no tenía valor para un dios que era, la mayor parte del tiempo, eterno, así que un par de semanas era justo para ellos, era como una noche.
Así que allí estaba Nix, apartada de todos con una mueca de aburrimiento viendo como los dioses iban y venían, pudo notar a Ares en la esquina contraria a ella, este estaba también con una mueca de aburrimiento mientras veía a Afrodita disfrutar de los halagos de todos los dioses.
—Si me lo preguntas a mí, ella no vale tanto la pena—. Fue lo que había dicho Nix cuando se acercó a Ares, este solo lanzó una carcajada pero no dijo nada, ella valía la pena para él.
Y después de mas platica y un montón de tragos acabaron en la residencia de Nix pasando unas semanas en donde hubo un montón de sexo desenfrenado que fue de algún modo un bálsamo para la soledad de Nix y una compañía para el corazón herido de Ares, después esas semanas Ares se fue y Nix se quedo de nuevo completamente sola, eso hasta que un día despertó y había un pequeño bebé a su lado, fue tan extraño que se la paso viendo al bebé dormir por semanas, sin que nada perturbara su sueño y de poco a poco este bebé fue creciendo hasta volverse un joven que un día abrió los ojos y cuando miro esos ojos tan profundos y que parecían que tenían miles de constelaciones dentro de ellos lo supo, ese bebé que in día aprecio era su hijo y también el de Ares.
Al principio su convivencia era silenciosa, ninguno de los dos tenía algo que decir pero siempre estaban juntos compartiendo el mismo espacio, eso hasta que Jungkook, el nombre que se dio él mismo, empezó a interesarse en las almas que eran de guerreros, esto hizo que poco a poco fuera naciendo en él habilidades del dios de la guerra, fue por eso que Nix tomó su decisión.
—Ares—. La diosa se encontraba afuera del templo del dios quien poco después apareció frente a la diosa.
—Nix, no esperaba verte alguna vez de día—. Dice el dios y puede sentir como Deimos y Fobos aparecen también curiosos de lo que hace la diosa de la noche allí junto con un dios menor quien parecía asombrado por lo que veía.
—Vengo a dejarte a alguien—. La diosa se hace a un lado dejando que vea al dios menor y Ares solo puede fruncir el ceño—. Es tu hijo... Nuestro o algo así.
—¿Algo así?
—Creí que podría estar conmigo y solo estar allí pero ha estado manifestando tus dones y no quiero eso para mi, así que te lo doy, no lo quiero, no más.
—También es tu hijo—. Es lo que responde el dios viendo al chico que mira con atención a la diosa—. Sabes... Creía que Afrodita era una perra desalmada pero ella al menos ama a sus hijos.
—No todos podemos ser como ella, Ares—. La diosa se gira para mirar al que ha sido su hijo por el último par de años mirándolo con atención—. Vas a estar mejor aquí, no me busques, no quiero saber más de ti... Creí que podríamos ser compañeros pero... Eres como Ares.
Y sin más la diosa se fue rompiendo por primera vez en la vida el corazón de Jungkook quien no sabía qué era lo malo que había hecho para que su madre lo abandonara en un lugar que no conocía, con dioses que no conocía y que ciertamente lo intimidaban; para Ares fue difícil hacer que Jungkook confiara en él, pero con el paso del tiempo lo hizo y el interés que tenía por Nix murió poco a poco cuando entendió que no le importaba a su madre, a veces se quedaba en la madrugada hablando con el cielo nocturno con la esperanza de que alguna vez la diosa se apareciera frente a él pero eso nunca pasó, así que lo dejo de hacer porque no iba a recibir una respuesta de Nix, es por eso que le extraño cuando ella apareció antes de que fuer a la tierra y le extrañaba más que estuviera allí, frente a él, en el Olimpo.
ESTÁS LEYENDO
Herederos
FanfictionZeus y Hera están hartos de que los hijos de algunos de los Dioses más poderosos no sepan hacer nada, así que toman una decisión un tanto alocada, los mandan a la Tierra a convivir con los humanos para que sepan de las necesidades que los afligen, s...