ιϝ' [diez y seis]

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Jungkook y Taehyung habían salido de su casa para bajar hacia el pequeño pueblo en donde estaban, llegaron a una pequeña plaza en donde se instalaron, Taehyung pronto empezó a llamar la atención de todos los que estaban allí, empezaron a acercarse las personas deseosas de que les dijera sobre su futuro amoroso, iban con gran emoción pero al ver a Jungkook quien tenía el mismo porte que Ares hace que las personas controlan todo el frenesí que estas estaban teniendo.

—Acércate—. Pide Taehyung a una chica, el cabello debajo de los hombros de un tono castaño y ligeramente rizado, le recordaba mucho a Atenea, posiblemente había sido bendecida por esta diosa—. Dime, ¿qué es lo que me ofreces?

—Mi señor—. La chica habla haciendo una gran reverencia a ambos dioses y se hinca frente a Taehyung, este la ve con seriedad, pero sin llegar a ser descortés—. Le ofrezco mi cuerpo y alma, para que pueda hacer de mi lo que usted más desee cuando mi corazón deje de latir.

Taehyung pudo sentir como una energía corría por su cuerpo al momento en que la chica dejó de hablar, ese tipo de energía que necesitaba para poder averiguar qué es lo que estaba pasando con Jin; sonríe de forma sutil a la chica y asiente hacia ella aceptando su ofrenda.

—¿Cuál es tu nombre?—. Pregunta el hijo de Afrodita y toma la mano de la chica respirando hondo para poder concentrarse.

Onaiss, mi señor—. Exclama la chica temblando al sentir el cálido toque del dios, sentía ligeros calambres en su mano, suponía que se debía al poder del dios frente a ella—. El día de hoy vengo rogando se apiade de mi alma y me ayude a encontrar el amor.

—Dulce, dulce Onaiss... El amor está a tu alrededor, solo que aun no estas lista para conocerlo, no hasta que puedas darte cuenta que no necesitas a alguien mas para tu felicidad, necesitas aprender a amarte a ti misma primero, pero se que eso no fue lo que me preguntaste—. Taehyung cierra sus ojos un segundo y cuando los abre sus ojos son de un color blanquecino con toques dorados, la chica frente a él y el resto de los presentes retienen la respiración al ver al dios en su estado más puro; Taehyung se dedica a ver a la chica frente a él para poder ver la línea de su destino amoroso—. Amarás y serás amada... Pero no de uno de los tuyos... Tendrás que ser fuerte y luchar por ello—. Cuando acaba de hablar los ojos de Taehyung vuelven a su tono chocolate y le sonríe a la chica frente a él, ya sabía quien era su destino, solo esperaba que para cuando llegara la chica se amara completamente—. Eso es todo Onaiss, estaré esperando por tus servicios en su debido momento, serás mi primera ninfa—. Le dice el dios dejando un beso delicado en sus labios cerrando así el acuerdo entre ellos, la chica sonrojada se pone de pie y al ver a Jungkook quien la mira con una sonrisa divertida su ligero sonrojo aumenta considerablemente y huye del lugar.

Mientras Taehyung y Jungkook se encontraban en el pueblo, el resto de los dioses estaban en su hogar, Jimin y Yoongi se dedicaban a besarse en el sillón de la sala como si no hubiera un mañana y el resto de los dioses se encontraban en la biblioteca hablando de lo que se que les estaba ocurriendo a los tres.

—¿Vamos a hablar de lo que nos está pasando o vamos a seguir ignorando el tema?—. Pregunta Jin viendo de Hoseok a Namjoon, ambos dioses repentinamente nerviosos por la manera tan directa que tenía Jin de hablar de ello, pero en el tiempo que se conocían habían descubierto que no solo de eso hablaba de lo que sea como si nada, sino que también del ámbito sexual, Jin podía contar sus experiencias sexuales con cualquiera de los otros dioses como si estuviera hablando del clima y en un principio fue embarazoso para casi todos, excepto para Taehyung, pues no estaban acostumbrados a ellos, pero una vez Taehyung les dijo que hablar de ello no tenía nada de malo porque era algo completamente natural, Namjoon se sintió tonto porque él al ser el hijo de Atenea se había apenado de hablar de algo tan normal como lo era el sexo y en cambio Jin hablaba y predicaba en su nombre.

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