Zeus y Hera están hartos de que los hijos de algunos de los Dioses más poderosos no sepan hacer nada, así que toman una decisión un tanto alocada, los mandan a la Tierra a convivir con los humanos para que sepan de las necesidades que los afligen, s...
Namjoon no era el único que quería deshacerse del Minotauro, sino que el resto de los dioses lo querían hacer, además de que debían de detener a los toros de Cólquide para evitar destrucción en la ciudad o bajas humanas que si bien, ahora estaba más controlado gracias a la barrera que había creado Namjoon, eso les daba un poco mas de control a los dioses.
—Antes de que acabemos con él, debemos de llevarte con Jimin, estás muy herido—. Habla Seokjin resguardando a Namjoon que con mucha dificultad podía mantenerse de pie.
—¿Y quien se va a encargar del Minotauro?
—Lo haré yo, llévalo con Jimin—. La voz de Yoongi y la seguridad de este hace que los otros dos dioses asientan y corran hacia donde estaba Jimin.
Por su parte Yoongi se queda en el mismo lugar y le sonríe con burla al Minotauro esperando que este se acerque a él para poder atacarlo con su arma, regalo de su padre, era como la que él tenía, solo que está llevaba a las almas o seres que merecían un castigo al Tártaro, era la primera vez que la iba a ocupar, pues nunca necesito de ella, además de que tenía miedo de llevar a alguien inocente al Tártaro, pero en esta ocasión el Minotauro se lo merecía, sabía que había escapado del Tártaro y debía de regresarlo allí.
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Yoongi fue un dios sumamente mimado y protegido por sus padres, no había salido nunca del Inframundo y pocas veces había salido del castillo en donde vivía, no le gustaba cuando las almas iban detrás de él aun cuando sabía que tenía el poder para hacer que se apartaran, siempre tuvo miedo de esa parte de él, por lo que prefería concentrarse en los poderes que su madre le había heredado los cuales eran mínimos pero en ese momento debía de dejar de tener miedo, en el tiempo que tenía en la tierra había ido perdiéndolo poco a poco pero aún existía en él y no tenía el tiempo suficiente para prepararse para ello, debía de actuar ya.
—No te preocupes, yo te ayudo—. Escucha Yoongi la voz de Hoseok mirándolo y el pálido mira al otro dios quien tiene tierra, sangre y raspones en su rostro.
—Vamos a acabar por fin con él—. Murmura Yoongi girando entre sus manos su arma y apunta con esta hacia el Minotauro este solo bufando por la clara amenaza que recibo haciendo que Yoongi temblara ligeramente por el miedo y no solo él, Hoseok estaba aterrado, pero debía de ser fuerte, afrontar sus miedos.
—Acabemos con esto—. Dice Hoseok tomando entre sus manos sus kindjal y preparándose para atacar—. Siento que me voy a arrepentir por esto...
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