δ' [cuatro]

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NamJoon había pasado mucho tiempo de su vida leyendo diversas cosas acerca de todo, tenía el conocimiento suficiente para destacar de sobremanera, por lo tanto muy pocas cosas en la vida lograban impresionarlo y una de esas fue cuando Jin se lanzó hacia Taehyung, todos los presentes soltaron un grito ante la escena, los hermanos rodaban por el piso mientras gritaban y se golpeaban, era algo que ninguno se esperaba.

Jungkook se acercó a ambos hermanos e intentó separarlos, pero el deseo que tenían los hermanos por golpearse era más grande haciendo que no les importara golpear al hijo del dios de la guerra mientras se seguían gritando cosas.

—¡Basta!—. Grito Jungkook alzando a Taehyung cuando HoSeok acudió a su ayuda y sostiene a Jin por su cintura con fuerza—. Maldita sea, deja de patalear Taehyung.

El hijo menor de Afrodita miró a su hermano y estiró sus manos hacia el otro queriendo volver a poner sus manos encima de él, Jungkook dio un par de pasos atrás para alejarlo de Jin quién hacía lo mismo que su hermano menor.

—Ojalá mamá no te hubiera dado la vida—. Gritó Jin para después intentar zafarse de HoSeok, pero él sólo aumentó la fuerza con la que lo sostenía.

—Tu belleza será tu perdición, tu corazón será roto y tu destino no está escrito—. La voz de Jimin hizo que ambos hermanos dejarán de pelear, todos los presentes giraron su mirada hacia éste quien tenía sus ojos totalmente blancos perdido en sus pensamientos, después de unos segundos sus ojos volvieron a la normalidad, el dios parpadeó con rapidez para aclarar su vista cuando lo hizo vio que todos lo miraban con suma atención—. ¿Qué es lo que ocurre?

—Tienes poderes de tu padre y al parecer no te habías dado cuenta porque lo olvidas—. Hablo NamJoon mirando de Jimin hacia los hijos de Afrodita—. Y por lo que todos oímos lo que desarrollaste fue la profecía, después de todo Apolo es el dios del oráculo y por lo tanto de la profecía y acabas de decir una.

—Pero... Pero yo no... —. El chico hizo una mueca y soltando un suspiro miro a los demás—. ¿Qué fue lo que dije?

—Algo que es para uno de ellos—. Hablo YoonGi y miró a ambos hijos de Afrodita con la cabeza ladeada—. Ahora falta saber para quién fue esa profecía—. Una sonrisa creció en su rostro, pero esta no era una sonrisa dulce, sino una maliciosa—. Apuesto que esa profecía es para Jin.

—¿Y por que para mi? ¿Por qué no para Taehyung?—. Preguntó el dios con indignación ante lo dicho por el hijo de Hades.

—Es bastante obvio que eres tú porque por lo que dijo tu hermano, tú no tienes un destino y la profecía de Jimin dice que tú destino no está escrito por lo tanto eres tú, fácil y simple deducción.

—No quiero sonar como un tipo pretencioso o algo así pero tienes razón YoonGi—. Habló el hijo de la diosa de la sabiduría haciendo una ligera mueca hacia la exclamación que hizo Jin.

Jungkook soltó a Taehyung una vez se dio cuenta se había tranquilizado, el hijo menor de Afrodita se giró para mirar a Jungkook, este dios le regresó la mirada pero de una forma muchísimo más seria, podría deducir que incluso un poco enojada, no lo culpaba de todo no después de los golpes que le había dado.

—Lamentó el golpe—. Dijo Taehyung y llevó su mano hacia el mentón de Jungkook que tenía una mancha roja, suponía que por algún golpe que le haya dado sin querer—. Se esta poniendo rojo.

—No te preocupes—. Le contestó el dios y se separó de Taehyung, se había sentido cálido ante el toque que le había dado el otro dios, pero en su mente no cabía a un sentimiento así para él, no para Taehyung, no quería seguir con lo que el destino le había dado, Jungkook no quería que alguien o algo le dijera a quién podía o no amar, por eso se iba a aferrar con todo lo que tenía hacia el sentimiento que estaba naciendo hacia YoonGi, aunque no fuera su destino, aunque lastimara al que si era su destino.

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