ε' [cinco]

430 55 26
                                    

Los dioses llevaban una semana de estancia en la Tierra, poco a poco iban adaptándose a su nueva vida, esto sin que pusieron en práctica sus dones para poder hacer de su estancia más corta, a decir verdad, no sabía muy bien cómo hacerlo, el único que podía invocar uno de sus poderes era YoonGi al momento de tocar alguna flor o planta, aunque su poder era mínimo en comparación a lo que debía de realizar.

—¿Puedes ver algo?—. Pregunto Namjoon mirando de cerca a Jimin quien se encontraba sentado en el jardín con los ojos cerrados intentando que alguna profecía viniera a él.

—Nada aun—. Dijo el dios rubio abriendo sus ojos y soltando un suspiro de frustración—. No sé si pueda hacer esto.

—Se que es difícil pero no debes de darte por vencido—. Le dice NamJoon para darle ánimos.

—Lo dice el hijo que su único don es ser un sabelotodo—. Menciona Jin quien se encontraba sentado tomando el sol—. Es mejor que te ahorres tus palabras y pongas en práctica algo, porque al paso que vas, nunca nos iremos de aquí por tu culpa.

—Al menos yo lo estoy intentando, no como tu que te pasas todo el día tomando el sol—. Habla NamJoon harto de la actitud del hijo mayor de Afrodita—. ¿Por que eres tan desagradable?—. Jin dejó de ojear la revista con la que se entretenía para mirar a NamJoon quien tenía los brazos cruzados y lo miraba con seriedad.

—Porque no me gusta estar aquí, detesto estar con ustedes y soportar sus tonterías, no soporto que ninguno de ustedes pueda usar sus dones, Poseidón tenía razón, son unos inútiles.

—Claro, porque tu sabes utilizar tus poderes, ¿verdad?—. Hablo con verdadero sarcasmo Jimin poniéndose de pie para enfrentar a Jin.

—Es mejor que no te metas conmigo, no quieres que acabe con el amor que tiene por ti se acabe—. Hablo Jin poniéndose de pie también mirando enojado a Jimin—. No olvides quienes son mis padres y si ellos por separado pueden causar mucho daño, yo siendo hijo de ambos puedo causar el doble.

—¿Me estas amenazando?—. Los puños del rubio se cerraron con fuerza ante la mención de lo que podía hacer hijo de Afrodita y de Eros—. No olvides de quien soy hijo.

—Es mejor que no lo olvides tu, así podrás sanar tu corazón roto después de que acabe contigo.

Jimin harto de las palabras que decía Jin en su contra no lo pensó dos veces cuando lanzó su puño contra el ojo derecho de Jin, quien cayó inmediatamente al suelo quejándose, pero actuando de manera rápida este con sus pies tiró a Jimin quien al caer se dio un golpe en la cabeza dejándolo aturdido, el hijo de Afrodita se subió sobre Jimin para empezar a golpearlo, NamJoon intentaba separarlos, pero solo ganaba golpes de los otros dos quienes no dejaban de lanzar golpes sin importarles que dañarán al otro Dios.

—¡Jin!—. Se escuchó el grito de Jungkook al ver a los tres dioses peleando, pues NamJoon harto de ser el receptor de golpes que no eran para él empezó a golpearlos por igual. Cuando Jungkook llegó a ellos el resto de los dioses salieron de la casa para ver con asombro cómo peleaban los dioses, todos se acercaron con rapidez a ellos, para separarlos.

—Jimin—. Dijo YoonGi cuando se iba a acercar al nombrando, pero Jin siendo más rápido tomó por los hombros al pálido y lo acerco a el besando sus labios, todos soltaron un jadeo y Jimin se lanzó sobre ellos para separarlos, cuando lo hizo vio como YoonGi tenía los ojos cerrados.

—Tu amor me pertenece, me seguirás y servirás hasta que así lo decida, seré tu mayor deseo y tu perdición—. Acabó por decir Jin y en ese momento YoonGi abrió los ojos, estos se veían vidriosos y desenfocados, el resto volvió a jadear por lo que veían sus ojos.

HerederosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora