κ γ' [veintitrés]

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Jungkook no estaba seguro de cuánto tiempo ha estado esperando a que su madre aparezca, pero de lo que sí estaba seguro es que ella no iba a ir, una vez más creyó en ella pero simplemente lo dejó de lado, como siempre había hecho, podía incluso esperar un poco más pero la luz que anunciaba un nuevo día poco a poco iba saliendo lo que significaba que ella no iba a aparecer.

—Es la última vez que espero algo de ti, Nix—. Menciona poniéndose de pie y sacudiendo su ropa, toma al cachorro que estuvo todo el tiempo a su lado y entra a la casa viendo como el sueño venció a los hijos de Afrodita quienes están en uno de los sillones acurrucados.

Jin escucha el sonido de la puerta corrediza y se despierta viendo a Jungkook quien le sonríe con tristeza, su hermano con cuidado aparta a Taehyung para poder estar con él.

—¿Sabes...? Otra cosa que compartimos es que nuestras madres nos detestan—. Dice Jungkook a lo que Jin rápidamente lo abraza siendo correspondido por Jungkook.

—No las necesitamos... Estamos mejor sin ellas Jungkook, tanto Nix como Afrodita... Ellas solo saben pensar en ellas mismas.

—El tipo de papá es quienes solo se interesan por sí mismos sin importar el daño que puedan causar a los demás.

—Menos mal que nosotros no heredamos eso, porque tu tienes a Taehyung y yo a Nam y Hobi.

—¿Hobi?—. Jungkook pregunta separándose del abrazo que comparte con su hermano para mirarlo con burla.

—Así le digo—. Al ver la expresión burlona de su hermano ríe dándole un empujón amistoso—. Pero hablando ahora en serio, ¿cómo te encuentras?

—Mal, si te soy sincero creí que vendría, después de todo me dio un perro—. Habla Jungkook viendo al cachorro quien se acurruco con Taehyung.

—Creo que le dio miedo, después de todo han pasado siglos desde la última vez que intercambiaron más que un par de palabras.

—Aun así, creí que ella vendría—. El hijo menor de Ares suelta un suspiro para después negar, había un sentimiento que conocía muy bien nacer de nuevo en él, ese odio que por siglos le tuvo a su madre está volviendo a nacer.

—Vamos, lleva a Taehyung a descansar bien—. Le dice Jin a su hermano para irse de allí y caminar a su habitación, cuando Jungkook ve que Jin ha desaparecido por las escaleras suelta un suspiro y se acerca a Taehyung para moverlo con delicadeza y cargarlo y llevarlo a su habitación, una vez está en ella deja al hijo de Afrodita y se sienta a su lado viendo sus manos.

—No deberías de pensar tanto en ello—. Jungkook se gira para ver como Taehyung lo mira con una expresión adormilada.

—Creí que estabas dormido.

—Me desperté cuando íbamos a mitad de las escaleras pero estaba tan cómodo en tus brazos que no dije nada—. El hijo de Ares asiente para después acercarse al otro dios y soltar un suspiro cerrando sus ojos.

—Me hubiera gustado que ella viniera y pudiéramos hablar pero... Tengo este sentimiento por ella naciendo una vez más que... No lo sé...

—¿Cuál es ese sentimiento?—. Pregunta Taehyung acariciando una de las mejillas de Jungkook con delicadeza.

—Odio.

Antes de que Jungkook pueda agregar algo más siente los labios del dios, sus ojos se cierran inmediatamente para poder disfrutar mejor del beso, una de las manos de Taehyung va a la nuca del otros dios para hacer que no se separa de él, poco a poco el cuerpo de Jungkook cubre el de Taehyung acomodándose entre sus piernas para estar más cómodo mientras comparten besos que poco a poco van subiendo de intensidad.

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