λ' [treinta]

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—En ese caso...—. Murmura Jimin con una sonrisa y es el primero en atacar, después de eso todo se descontrola.

Los toros de Cólquide van hacia donde están los dioses sin nada más que las instrucciones de acabar con ellos, la formación que antes tenían se va al diablo ahora que saben que esta Medusa con ellos, el mayor peligro era ella, pues debían de enfrentarla sin verle los ojos, lo cual les daba una desventaja, además de que debían de vencer al Minotauro que parecía no querer dejarla.

La flecha que había arrojado Jimin impacta con uno de los ojos del toro más próximo y es allí cuando el resto de los dioses corre hacia la guerra.

Jungkook iba corriendo atravesando y cortando las patas de todos los toros que se le interpusieron, era mejor dejarlos así para evitar que se acercaran o se internaran más a la ciudad y causaran destrozos o baja humanas, podía sentir en su piel el hormigueo de la guerra, de la destrucción por sus propias manos, sus ojos desde ya hace algún tiempo eran blanquecinos, podía sentir su piel ardiendo por algunas quemaduras que tenía pero eso solo hacían que sus ganas de acabar con todo aumentaran, en algún punto sus espadas son fundidas por el aliento de fuego de los toros de bronce por lo que en ese momento ocupa sus manos para pelear, en algún punto suelta un silbido y no pasa mucho para que Bam, su lindo cachorro aparezca pero este en vez de parecer un lindo cachorro tiene el aspecto que le corresponde, uno de los perros de Nix, con ese aspecto atemorizante que hace algún tiempo atrás le dio miedo pero que en ese momento agradece, pues Bam al tener un interior de fuego era inmune a los ataques de los toros de Cólquide.

Con ayuda de Bam logra subir a uno de los toros y con sus manos arranca su cabeza para después brincar y seguir atando mientras el cuerpo del toro cae y aun cuando esta haciendo todo lo posible para acabar con ellos parece que estos nunca se acaba...

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Con ayuda de Bam logra subir a uno de los toros y con sus manos arranca su cabeza para después brincar y seguir atando mientras el cuerpo del toro cae y aun cuando esta haciendo todo lo posible para acabar con ellos parece que estos nunca se acaban por lo que con uno de sus puños golpea el suelo con fuerza, este se abre y de la tierra empiezan a surgir cuerpos putrefactos que inmediatamente empiezan a atacar a los toros, una sonrisa se pinta en la cara de Jungkook al reconocerlos, son aquellos guerreros que pidieron su bendición para guerras y que a cambio de ganar serían sus guerreros aun cuando la muerte se los llevará, había visto a Ares hacerlo un par de veces pero no creía que él pudiera hacerlo, sin embargo allí están, por lo menos 100 cuerpos quienes están luchando por su misma causa, que siguen sus órdenes, allí en medio de toda eso estaba su ejército y fue allí en donde se dio cuenta que podía controlar su poder, que era controlado por la ira y esa sed de destruir todo, que podía controlarlo y que podía proteger a sus amigos, por primera vez libero todo su poder, incluso había un destello dorado a su alrededor.

—Con Taehyung, Bam—. Ordena a su perro y este corre a través de los toros de bronce para ir con el chico y cuidar de quien sentía su otro dueño y amo.

Cuando Taehyung llegó a la tierra no sabía pelear, no realmente esas peleas que tenía con Jin no los llevaban a nada, incluso podía notar como su hermano se contenía con él para no pelear al nivel que podía pero conforme pasó el tiempo en la tierra y conforme iba instruyéndose en los entrenamientos aprendió a pelear con su cuerpo y poco después con armas, no era tan bueno como lo eran Jimin, Jungkook o Jin, inclusive Namjoon, pero su ventaja era la velocidad y que por ser hijo de Afrodita era subestimado, incluso los toros de Cólquide lo dejaban de lado, esa era su ventaja para atacarlos e intentar acercarse todo lo que podía a Medusa, él y Seokjin tenían una cuenta pendiente con ella.

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