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La escuela cierra jueves y viernes con el propósito de aumentar la seguridad para ser capaces de proteger a sus estudiantes en dado caso de que algo volviera a suceder en el futuro cercano (cosa que realmente se espera que no suceda) y Yuji pasa los días sin clases en casa, cocinando con su madre y su tía Emma en las mañanas y por las tardes visita la tienda de motocicletas de su tío Shinichiro para llevar los postres que las tres habían preparado.
—Hola —saluda cuando llega el viernes por la tarde, viendo a su primo Masahiro con el flequillo rubio recogido con un broche, viendo a su tío Shin trabajar.
—Hola, Yu —responde Hiro, mirándola.
Él, al igual que ella, es una combinación de sus dos padres: con el cabello rubio igual al tono de su tío Ken y los ojos color ámbar de su tía Emma. De hecho, se parece bastante a Manjiro, su padre. Cuando eran niños y sus madres los llevaban al parque para jugar con Izuku y Kacchan por las tardes, a menudo solían ser confundidos con hermanos.
— ¿Cómo está mi solecito? —pregunta su tío Shin, girándose a mirarla.
Yuji sonríe al oírlo, acercándose a abrazarlo. En sus años de juventud, su tío Shin fue un hombre atractivo de cabello negro como la noche y ojos del mismo color que cuidó y crio a sus tres hermanos menores cuando se quedaron sin sus padres, alivianándole la carga a su viejo abuelo. Aunque Izana no fuera su familia de sangre, se hizo responsable de él y lo cuidó y lo amó igual que como amaba a Manjiro y a Emma. Tenía veintiún años cuando se casó con Shimura Sachi, quien por años fue su mejor amiga, y poco después de dos años, Sano Yuna llegó al mundo y la familia que él tanto amaba creció. También, fue algo así como una especie de figura paterna para su madre cuando ella lo conoció en su adolescencia.
—No sabíamos que vendrías —dice su tío Ken, mirándola.
— ¿Qué traes en la mochila? —pregunta su Hiro, curioso.
—Mamá, la tía Emma y yo hicimos algunas cosas para ustedes —informa y se quita la mochila de los hombros, caminando al mostrador para apoyarla ahí. Masahiro deja a su padre y su tío para acercarse, viendo los recipientes con comida que saca de dentro de su mochila—. ¿Dónde están mi papá y el tío Sei? También hay para ellos.
—Fueron a comprar unas cosas cerca. Ya deberían estar regresando —le responde su tío Shin.
—Hablando del diablo.
La puerta se abre seguida del comentario de Ken, atrayendo la atención. Yuji reconoce al instante el sonido de unos pasos familiares.
—Papá, ven. Tú primero —dice y gira en su lugar con un recipiente entre sus manos y una sonrisa entusiasmada en su rostro.
