XXXIII: Kota

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XXXIII

Kota

5:20 pm

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5:20 pm.

El sol está cayendo cuando finalmente salen del bosque, exhaustos, hambrientos y con algunas heridas. Iida no puede caminar correctamente al haber abusado de su quirk y Bakugo se sostiene el brazo izquierdo, sintiéndolo punzar; Hirai tiene una mano a un costado de su cabeza y una expresión adolorida, Todoroki respira de forma irregular, Uraraka parece a punto de vomitar, Yamamoto tose con la garganta rasposa al igual que Koda, Kimura parece a punto de desmayarse y camina con la ayuda de Yaoyorozu aunque ella también luce agotada, Kaminari tiene el cerebro frito, la cabeza de Mineta sangra y Asui no es capaz de mantener la lengua dentro de su boca, pero todos siguen avanzando hasta llegar al edificio que por casi ocho horas han intentado alcanzar.

— ¡¿Cómo que tres horas?! —se queja Sero.

—Es lo que nos hubiera tomado a nosotras. Lo siento —se disculpa Mandalay.

—Así que solo era para alardear, huh. Qué desagradable —masculla Sato.

—Moriré de hambre —gimotea Kirishima, tirándose al suelo.

—Honestamente, pensé que tardarían más —admite Pixie Bob, escondiendo su rostro detrás de las patas de su traje mientras ríe—. No tuvieron tantos problemas con mis bestias de tierra como pensé. Especialmente esos cuatro. —Señala a Midoriya, Bakugo, Todoroki e Iida—. Ustedes no dudaron ni fueron indecisos. ¿Puedo entender que eso viene de sus experiencias adquiridas? ¡Estoy ansiosa por ver en que se convertirán en tres años! ¡Los pido para mí desde ahora! —exclama contenta.

—Mandalay, ¿siempre así de... activa? —pregunta Aizawa-sensei.

—Está un poco agitada, estando ya en edad de casarse y eso —excusa su compañera de trabajo.

—Hablando de casarse--

— ¡No hables! —Pixie Bob se apresura a cubrirle el rostro a Midoriya, sin querer que continúe.

Aún así, él continúa.

—Me he preguntado por un rato, ¿alguna de ustedes es la madre de ese niño de allí? —pregunta con genuina curiosidad, señalando al pequeño de gorra con picos y ceño fruncido.

—Oh, no, es mi sobrino —contesta Mandalay—. ¡Kota! Ven a saludar, estarás viviendo con ellos durante la próxima semana.

El pequeño no se mueve ni pronuncia palabra, así que el peliverde se acerca a él con la intención de ser quien rompa el hielo.

—Soy Midoriya, del curso de héroes de la U.A. Mucho gusto —saluda.

El niño no responde su saludo con otro, sino que le golpea duramente la entrepierna y luego se marcha. Iida se acerca inmediatamente a su compañero herido, sujetándolo al perder el equilibrio.

heroes | vol. I | my hero academiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora