Noche diferente a las demás

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❐│ Nᴏᴄʜᴇ ᴅɪfᴇʀᴇɴᴛᴇ ᴀ ʟᴀs ᴅᴇᴍᴀ́s
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Desde el exterior podían verse las luces neones parpadear al ritmo de la música.

Ni siquiera tuvieron que tocar la puerta para entrar, ésta ya se encontraba abierta, había gente afuera, dentro, en la cocina, en la sala, en el baño, en la piscina, por todas partes.

— ¡Bienvenidos! – gritó Semi con un vaso en la mano después de divisar a sus amigos entre la multitud, dió un largo sorbo al alcohol para después dar unas cuantas palmadas a sus invitados.

— No podíamos faltar. – exclamó Ushijima, el cuál sonrió sutilmente, Satori se encontraba sostenido de su brazo, lo miró e intensificó su sonrisa.

— ¿Gustan? – dijo una tercera voz acercándose a los chicos, con varias bebidas entre los brazos. — ¡Oh! Son de Shiratorizawa, felicidades por su graduación. – sonrió.

— ¿Y ese quién es? – preguntó Tendou acercándose al oído de su pareja.

— Kuroo Tetsurō de Nekoma, ¿Cierto? – preguntó tomando la bebida que el contrario le ofrecía, Satori hizo lo mismo.

El de cabello negro puntiagudo asintió con orgullo, un chico de cabello bicolor se acercó a él y lo jaló de la chaqueta.

— Kuroo, te dije que no me dejaras sólo. – musitó, para después devolver su vista al nintendo que llevaba en sus manos. — Ya me ofrecieron alcohol tres veces.

El contrario soltó una carcajada y rodeó por los hombros al más bajito con su mano derecha, acercándolo más a él. — Lo lamento Kenma, no me volveré a separar de ti.

Tanto Ushijima como Tendou se acercaron a sus amigos más cercanos, de vez en cuando conversaban con algunos invitados que no conocían, intercambiaban palabras con chicos de otras preparatorias, todo iba de lujo.

Tendou había atinado a sus predicciones, tenía la sensación de que sería una gran noche la de hoy, y al parecer lo estaba siendo.

Todavía recordaba la última fiesta a la que había ido, en donde se encontraba totalmente mal, pero, ahora, todo era diferente.

Se sentía vivo.

Su cuerpo se movía al ritmo de la música mientras bebía moderadamente de su vaso lleno de alcohol.

En la habitación podían escucharse la música, las risas, los murmullos, las conversaciones, las voces cantando a todo pulmón.

Wakatoshi se acercó a su novio y depositó sus manos sobre su pequeña cintura, lo acercó un poco más a él de un jalón, en donde unidos, comenzaron a bailar lentamente una canción. Satori había logrado sonrojarse un poco.

Ambos se miraron fijamente anonadados, se desconectaron completamente del mundo, eran sólo ellos dos en la habitación, la música se escuchaba a lo lejos, todo pasaba como si estuvieran en cámara lenta, la gente a su alrededor se movía de esa forma.

Lentamente Ushijima llevó su mano al rostro suave del pelirrojo, acarició con dulzura su pómulo hasta bajar dicha mano a la mandíbula del chico, en donde con delicadeza lo acercó más a él, para después, acercar lentamente su rostro, depositando un cálido beso, el cuál fue intensificándose.

Tendou fue bajando sus manos desde la espalda de Wakatoshi hasta su trasero, en donde comenzó a masajearlo con lentitud.

— ¿Quieres ir a casa? – preguntó el de cabello marrón olivo acercándose al oído del pelirrojo, haciendo erizar los vellos en su piel.

Con los ojos cerrados, Tendou asintió.

Tomados de la mano, fueron saliendo de la multitud, necesitaban un momento a solas, un buen momento a solas.

Llegaron al auto, en donde Wakatoshi cargó a su novio hasta sentarlo arriba de la cajuela, Tendou aún sentado envolvió sus piernas en Ushijima, quién se había acercado a besarlo.

Ambos estaban completamente sonrojados.

Unas gotas de lluvia que cayeron en los rostros de ambos los hizo separar de aquel largo beso, rieron a la par.

— Será mejor que continuemos esto en casa. – musitó Ushiwaka con su tono de voz grave, el cuál volvía loco al pelirrojo.

Subieron al auto, Satori se encargo de poner música, y por supuesto que pondría algo de acuerdo al ambiente en el que se encontraban.

— ¿Careless Whisper? – preguntó Ushijima viéndolo de reojo sin despegar por completo la vista de la carretera, Satori sólo respondió con una sonrisa.

Con una de sus manos, Tendou comenzó a acariciar la entrepierna de Ushiwaka, por un segundo dejó de ver el camino, de inmediato se reincorporó.

— Harás que me ponga duro. – respondió tras las caricias de su novio, Satori sólo rió.

— Esa es la intención.

Después de casi media hora de recorrido en el que ambos estaban deseosos de por fin llegar a casa, lo habían hecho, finalmente en casa, sólo ellos dos.

En primer lugar bajó Ushijima del auto, estaba comenzando a llover, pero no lo suficiente como para empaparlo. Caminó hasta el asiento del copiloto, en donde abrió la puerta, estiró la mano como todo un príncipe y Tendou salió del auto.

Caminaron juntos hasta la entrada de la casa de cabaña, el aire se sentía fresco, sobre todo por el área tan retirada y natural en la que se encontraban. Abrieron la puerta, y tras cerrarla, nuevamente comenzaron las caricias.

— ¿Estás ebrio? – preguntó Wakatoshi separándose de uno de sus largos besos con Tendou.

— No, sólo que el ambiente me está dejando llevar.

Ushijima sonrió. — Me pasa lo mismo. – susurró.

— Wakatoshi, quiero que me hagas tuyo...

Ushijima lo observó sorpredido, para después de unos segundos de silencio, responder.

— Lo haré.

...

 ¿Por qué no puedo ser una chica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora