El deseo y la pasión

312 26 0
                                    

❐│ Eʟ ᴅᴇsᴇᴏ ʏ ʟᴀ ᴘᴀsɪᴏ́ɴ
───────── · · · · · ────────

Quizás las velas aromáticas dentro de la habitación habían despertado el deseo y la pasión en ambos chicos, aquellas esencias provocativas como bien decían que tenían las velas de Jazmín, o quizás era un simple mito.

El ambiente de la fiesta de aquella noche había hecho su función como ese pequeño empuje para animar a los chicos a dar el siguiente paso, el cuál sin duda hace tiempo habían querido dar.

Entre besos, el de cabello marrón olivo se acercó al interruptor de la luz, prendiendo así las luces de su habitación, las cuáles cambiaban de color en sintonía con los latidos de su corazón.

Vivir en una cabaña alejados completamente de la ciudad tenía ciertas ventajas. Las cortinas del gran ventanal que había en la habitación estaban completamente abiertas, dando la hermosa vista de las gotas de lluvia cayendo sobre los árboles, nadie podría verlos.

El capitán de Shiratorizawa comenzó a desabotonar su propia camisa para posteriormente retirarla por completo y lanzarla a alguna parte de la habitación, dejando ver su trabajado torso, aún llevaba la corbata puesta. El pelirrojo volvió a acercarse, retiró la corbata lentamente y comenzó a dejar besos húmedos sobre el cuello del chico, haciéndolo cerrar los ojos llenos de placer.

— ¿Puedo? – preguntó acercando sus manos a la camisa de Satori. Al obtener una respuesta de afirmación comenzó a desabotonarla, pasó sus manos con lentitud sobre el torso delgado pero bien trabajado del chico, retiró por completo la camisa y la corbata, depositándolas a un lado de la habitación.

Ushijima empujó con cierta delicadeza a su novio a la cama. — ¿Estás listo? – preguntó antes de siquiera continuar con cualquiera acción.

Para los ojos de la estrella de Shiratorizawa, era una vista preciosa la que tenía en frente la noche de hoy. La luz de la luna que entraba directamente desde el ventanal iluminaba aquellos ojos color rojo oscuro, al igual que hacía visibilizar un poco más el tenue sonrojo en aquella piel pálida, la expresión que tenía en el rostro era de completa calma, viéndose fijamente a los ojos, pero de igual forma, dentro de las pupilas de ambos podía divisarse el deseo y la pasión.

— Estoy listo. – exclamó Tendou en voz baja, perfectamente audible para el contrario, el cuál llevó ambas manos al pantalón del chico, con su mano hábil comenzó a bajar el cierre de éste, empezó a bajar lentamente dicha prenda, dejando ver la notable erección del pelirrojo.

El de ojos marrones acercó un poco más su torso desnudo al del chico, comenzó a dejar besos húmedos alrededor de todo su abdomen, con su mano izquierda daba pequeños masajes por encima de la tela del bóxer del pelirrojo, sintiendo cada vez un poco más húmeda dicha zona, con su mano derecha dibujaba pequeños círculos alrededor de uno de los pezones del chico, pasando de uno al otro, sin parar de pasar su lengua por el abdomen del chico, dejando durante el trayecto uno que otro chupetón.

Tendou soltaba ligeros jadeos, el masaje sobre su miembro y los besos en todo su cuerpo solamente hacían crecer en él el deseo por finalmente ser completamente de Wakatoshi, solo de él, de nadie más.

Durante un buen rato, solamente hubieron besos y caricias, el único sonido en la habitación eran provenientes de aquellos jadeos llenos de placer por parte de ambos, al igual que las gotas de lluvia golpeando de forma tranquila la ventana por el exterior. Incluso a pesar de estar en un ambiente fresco resultante de la lluvia, dentro de la habitación se sentía calidez, calentura, fuego y pasión.

Era el momento de dar el siguiente paso, Wakatoshi se cercioraba por ser un buen incentivo para su novio, lubricarlo lo suficientemente como para continuar, sabía que era virgen al igual que él. Tenía los conocimientos básicos sobre el sexo, sabía que no podía ser rudo con él, además, en aquel momento, quería ser delicado con él, darle placer, o por lo menos una buena noche.

Llevó sus manos nuevamente al borde del bóxer, en dónde fue bajándolo lentamente, dejando ver ahora sin ninguna censura el miembro de su novio, Tendou.

Satori llevó ambas manos a su rostro, algo sonrojado. A pesar de creer ser una persona sin vergüenza o en cierto modo "coqueta", el que Ushijima lo viera en aquella posición ciertamente explicita lo hacía sonrojar bastante.

¿Por qué sólo Wakatoshi provocaba aquellas reacciones tan diferentes a su usual actitud? No lo sabía, sin embargo, le gustaba, y bastante.

— Pídeme que te toque, Tendou. – exclamó alejándose un poco del cuerpo del pelirrojo.

Tendou seguía recostado en la esquina de la cama, levantó un poco el torso y la cabeza para ver lo que ocurría, Ushijima se había hincado debajo de la cama, cerca de su miembro. Observar aquella vista lo hizo poner aún más duro de lo que se encontraba.

— Mierda. – suspiró deseoso por ser tocado por su novio de una vez por todas. Llevó su mano derecha al cabello marrón olivo de su novio, comenzó a pasar sus dedos por aquel sedoso cabello, pidiendo indirectamente que de cierto acercase aquellos labios húmedos a su aparato reproductor. — Wakatoshi-kun, hazme tuyo, te lo ruego... – solicitó mirándolo fijamente a los ojos, en su semblante podía notarse la ansia y el deseo inmenso por dar el siguiente paso.

Ushijima, a pesar de aún llevar puestos sus pantalones, detrás de aquella gruesa tela obscura podía apreciarse un inmenso bulto. Debajo de aquellas capas de telas se notaba lo duro que estaba, e igualmente el deseo por penetrar al chico.

Finalmente cortó cualquier tipo de distancia entre sus labios carnosos y la erección del pelirrojo.

En inicio, comenzó a frotar solamente su labio inferior por encima de la punta del pene de su novio, para después sacar su lengua, rodeando con ella el glande del chico, comenzando a succionar cada vez con más intensidad. Posteriormente, humedecía todo el largo del miembro, metiéndolo a su boca por completo, haciendo soltar a Tendou pequeños jadeos y suspiros llenos de placer.

Se sentía bien, se sentía tan bien.

El deseo y la pasión reinarán ésta noche.

...

 ¿Por qué no puedo ser una chica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora