Un sueño, juntos.

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❐│ Uɴ sᴜᴇɴ̃ᴏ, ᴊᴜɴᴛᴏs.
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Otra jornada laboral más llegaba a su fin, Satori se estiró de brazos en su mismo lugar, bostezó un poco antes de comenzar a recoger absolutamente todo, para finalmente apagar las luces llamativas del local, dejando encendida una sola.

La sola idea de llegar a casa y tomar un baño caliente en el jacuzzi se manifestaba mientras retiraba su mandil y lo colocaba sobre la barra, solamente para después escuchar el distinguido claxon del auto de su novio fuera del local, aquel sonido de escape de dicho auto deportivo era bastante reconocible.

Tras unos minutos en los que unas fans interceptaron al famoso jugador de voleibol fuera del local, entró con rapidez al local, dirigiendo inmediatamente su sonrisa al pelirrojo, quién lo miraba con admiración.

- Lamento la tardanza, me atacaron unas fans justo afuera.

- Y como no, tan sólo ver un auto como ese en la ciudad hace que enseguida más de uno volteé, y al verte vestido así, juro que enamoraste a más de una. - rió acomodando la corbata color vino que llevaba puesta su novio.

Wakatoshi adoraba este color, de alguna forma le recordaba al Shiratorizawa, en donde vivió muchos de sus buenos momentos al lado de su novio, Tendou.

- ¿Cómo te fue en la reunión con los gestores deportivos? - continuó, prestándole toda su atención al de mayor altura, quién se postraba frente a él, con una de sus manos recargada a la caja.

- Bastante bien, finalmente terminamos con el torneo nacional y nos dejarán descansar unos meses hasta que se anuncié el internacional y comenzar a entrenar más de la cuenta. - rió para sí mismo, como si el entrenamiento que tenían hasta ahora fuera poco.

- Pero bueno, un descanso bien merecido ¿No? Así cuando regresen al entrenamiento habitual, tendrán todas sus energías totalmente recargadas. - dijo con entusiasmo, dándole pequeñas palmaditas a su novio en los hombros.

Wakatoshi asintió, del bolsillo de su pantalón de vestir sacó dos boletos, consiguiendo confundir al pelirrojo, quién durante unos segundos lo miró extrañado, arqueando una ceja en espera de que se pronunciase nuevamente.

- El entrenador ya me había comentado antes sobre lo que se iba a hablar en la junta de hoy, por lo que me dió tiempo de gestionar mis vacaciones, nuestras vacaciones.

- ¿Gestionar? ¿A qué te refieres? - preguntó un tanto confundido, él que creía que pasarían todos los días en casa tirados sobre la cama viendo películas de romance y comedia, comiendo cientos de toneladas de palomitas de maíz.

Sobre su misma mano, Ushiwaka extendió los boletos que había sacado recientemente de su bolsillo, dejando leer en ellos la leyenda de "New York", algo que hizo que los grandes ojos rojizos de Satori se iluminaran en su máximo resplandor, arrebatando de las manos de su novio uno de los boletos, para leerlos más de cerca.

- ¡¿Iremos a Nueva York?! ¡Sabes que mi más grande sueño siempre he sido ir a esa ciudad en invierno! Tocar la nieve, ver las luces por doquier, caminar por Cornelia Street, tomar cientos de fotos, cenar en los mejores restaurantes. ¡Ah, que emoción! - dentro de la ingeniosa cabeza de Tendou, ya podía visualizar a la perfección cada uno de los escenarios que desde pequeño había soñado, y que según los boletos que había leído recién, en unos cuantos días estaba por cumplir.

Wakatoshi únicamente se dispuso a sonreír, conocía a Tendou desde que ambos eran unos críos, conocía y recordaba al derecho y al revés cada uno de los sueños y metas que Satori había tenido a lo largo de sus veintiocho años de vida, sueños que si él tenía la oportunidad de cumplirle, estaba más que dispuesto de hacerlo.

- Será mejor que el jefe vaya avisando a sus trabajadores que saldrá de vacaciones por unas semanas, ¿Crees que resulte demasiado caótico?

- ¡Para nada! - respondió con el mismo entusiasmo que había tomado desde que Wakatoshi le enseñó los boletos, ni de loco desaprovecharía una oportunidad así, ya vería como se las ingeniaría con el trabajo. - Tengo buenos trabajadores, podrán encargarse del local unas cuantas semanas sin mi supervisión, puedo incentivarlos diciendo que si todo sale bien estando sin mí a cargo, alguno podrá tener algún ascenso. - guiñó, cosa que hizo soltar una pequeña risita al contrario, quién a pesar de ser una persona un tanto seria, su sonrisa lucía exactamente que la del pelirrojo, una persona totalmente distinta en lo que se refería a expresar sus emociones.

Después de aquella pequeña pero emocionante plática, ambos regresaron a casa juntos en el auto, una vez llegaron a casa, Satori corrió a su armario, comenzando a armar de una vez las maletas.

Wakatoshi se acercó a él, acarició su espalda y con una risa un tanto burlona le dijo que aún faltaban unos cuantos días para el viaje, pero el pelirrojo hizo caso omiso, se encontraba sumamente entusiasmado por la idea que incluso esperar días para comenzar a hacer sus maletas le comían las ansias, Ushiwaka reía, pero de igual forma, adoraba aquella actitud entusiasta del chico, que lo enamoraba mucho más de lo que ya lo estaba.

Ambos estaban a punto de cumplir uno de sus más grandes sueños, juntos, como prometieron cuando apenas eran unos pequeños, adorables e inocentes niños.

...

 ¿Por qué no puedo ser una chica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora