Un vistazo al cielo

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❐│ Un vistazo al cielo.
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Algunas semanas habían pasado ya desde que aquel inolvidable día en el que Wakatoshi le propuso matrimonio al amor de su vida.

Nuevamente paseando por las calles de Japón, tomados de la mano como de costumbre.

La cabeza del pelirrojo estaba llena de cuestionamientos acerca de los preparativos de la boda, olvidándose de un punto bastante importante.

- Cariño, cariño. - llamó bastantes veces, haciéndole salir de sus pensamientos. - ¿No crees que olvidas algo?

Tendou colocó su dedo pulgar e índice sobre su mentón pensativo.

- ¡Ah, ya sé! Debemos mandar a hacer las invitaciones.

El contrario soltó una carcajada, provocando en la cara de Satori un puchero.

- Aún no hablamos con mi padre y tus padres acerca de la boda. ¿Te parece si lo hacemos hoy?

- ¡Es verdad! - gritó el de cabellos rojizos, haciendo que la gente a su alrededor lo mirase extrañado. - Es verdad. - repitió susurrando.

Ushijima únicamente se dispuso a reír, por más años que pasasen, desde hace tiempo sabía que había escogido a la persona correcta como su compañero de vida, aquel que sí existiesen otras vidas o universos, escogería una y otra vez.

Tendou tomó la mano de su pareja y comenzó a caminar, callado y en calma, era extraño, en él podía percibirse un aura llena de tranquilidad y pureza.

- ¿A dónde te diriges? - preguntó Wakatoshi desconcertado, dejándose llevar por el paso del pelirrojo.

- Dijiste que mis padres y tú padre desconocen de la existencia de nuestro compromiso, sin embargo, creo que olvidas a una persona bastante importante que merece saberlo. Aunque, al permanecer siempre a tu lado, seguramente ya lo sabe, ¿No lo crees?

Un escalofrío recorrió por completo la espina dorsal del contrario, el cuál permaneció callado y continuó caminando, hasta llegar a su destino.

Frente a ellos, se encontraba la lápida de la madre de Ushijima, la cuál había fallecido cuando él era apenas un adolescente, pero que durante toda su vida lo acompañó, brindándole de su más puro amor no sólo a su hijo y a su marido, sino también al pelirrojo al cuál desde que era el pequeño mejor amigo de su hijo, veía como segundo hijo.

Con una sonrisa genuina y llena de pureza Tendou se hincó frente a la lápida, acariciando un poco el nombre tallado sobre el mármol.

- Agradezco profundamente el tipo de mujer que fue usted conmigo, abriéndome las puertas de su hogar cuando era apenas un mocoso, viendo en usted la madre que cuando era pequeño no podía estar conmigo. Al igual que su marido, ambos se merecen absolutamente todo mi respeto por criar al mejor hombre del mundo, y rodearlo siempre con el amor más puro y cálido que pude apreciar en una familia. - Satori alzó la mirada y su mano derecha en busca de la mano de su pareja quién permanecía de pie, para sostenerla con firmeza. - Me resulta un honor poderle anunciarle el día de hoy que finalmente contraeremos matrimonio, y puedo asegurarle que su adorado hijo viviría en un hogar repleto de luz y amor, justamente como usted acostumbró a proporcionarle.

El pelirrojo se puso de pie y recargó su cabeza sobre el hombro de su pareja, mirando la lápida frente a ellos, en silencio.

- Tendou, creo que jamás te conté esto, ya que de alguna forma u otra representaba una herida en mi corazón, sin embargo, contigo cualquier herida se siente como una cicatriz llena de buenos recuerdos. ¿Sabes cuáles fueron las últimas palabras de mi madre antes de morir?

En silencio, Satori negó con un movimiento de cabeza, podía entender un poco el dolor que Ushijima sintió en el momento del fallecimiento de su madre, una lucha que desgraciadamente no pudo vencer, pero que podía ser recordada como una gran guerrera.

- "Cariño, sé feliz, no dejes que nada ni nada ni nadie te arrebate esa felicidad. Siempre lo he sabido, instinto maternal quizás, estás enamorado de Satori-kun. Nunca hablamos sobre el tema porque creí que te enfurecerías conmigo si te lo decía, sin embargo... espero que algún día, ya sea en un par de años o incluso en otra vida, puedas ser feliz al lado de Satori-kun. Siempre he velado y siempre velaré por la eterna felicidad de ambos."

Los vellos corporales del pelirrojo se erizaron por completo al observar como su pareja comenzaba a llorar, siguiendo con sus ojos el largo recorrido de sus lágrimas hasta caer en el césped.

A pesar de convivir casi toda su vida con el chico de cabellos verde olivo, le resultaba una hazaña verle llorar, ya que nunca acostumbrada a demostrar aquella vulnerabilidad que le convertía en humano. Tendou comenzó a voltear hacia todas partes intentando saber qué hacer o decir, hasta que su pareja soltó una pequeña carcajada. Tendou se detuvo y sonrió genuinamente, acercándose a Wakatoshi, tomando su cabeza y recargándole sobre su hombro, acariciando con dulzura su espalda, intentándole dar calma a su ser.

- Ella te está viendo, nos está viendo. Somos felices y lo seguiremos siendo, los dos, juntos, en esta vida y en las que siguen.

Ushijima asintió y permaneció hundido sobre el hombro de su pareja, aquel hombre que tan sólo un par de palabras o su mera existencia podía darle paz y calma a su pobre alma en vulnerabilidad, un amor lleno de pureza que había encontrado desde hace años, y que hoy en día agradecía al universo por aquel suceso, un suceso que lo marcaría de por vida.

...

 ¿Por qué no puedo ser una chica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora