¿Por qué no puedo ser una chica?

Ceremonia de graduación

❐│ Cᴇʀᴇᴍᴏɴɪᴀ ᴅᴇ ɢʀᴀᴅᴜᴀᴄɪᴏ́ɴ
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El telón rojo del gran escenario del auditorio comenzó a abrirse frente a los espectadores quienes se encontraban sentados en los asientos junto a sus respectivos padres o tutores.

Frente a ellos, sobre el escenario se encontraba una gran mesa rectangular larga, en donde se podían visualizar a las autoridades docentes sentados detrás de ella, sobre la mesa habían algunas documentos, al igual que decoraciones extras, como algunos floreros con flores en tonos rojizos.

Un señor alto y corpulento se encontraba de pie, a su lado estaba Tanji Washijo, el coach del equipo de Volleyball de Shiratorizawa.

Aquel primer hombre se acercó al micrófono, aclaró un poco su garganta antes de hablar, ajustó un poco el tripié de piso del micrófono y se acercó con lentitud.

— Muy buenos días a todo el personal administrativo, a los padres de familia o tutores que nos acompañan ésta noche, pero sobre todo a nuestros apreciados alumnos que el día de hoy finalmente concluyen con un ciclo más en sus vidas, listos para dar un paso más que los conduzca a su resplandeciente futuro. En Shiratorizawa nos enfocamos en el aprendizaje de calidad a nuestros estudiantes, los chicos que se graduan el día de hoy saben perfectamente el nivel de exigencia que les demandamos a lo largo de estos tres años, es por eso, más que nadie, sabemos cuanto se esforzaron estos chicos por el día de hoy ser llamados egresados de Shiratorizawa.

El director le brindó una mirada al entrenador de volleyball, retrocedió un poco del micrófono, dándole entender al mayor que era su turno de decir algunas de sus palabras.

— Buenos días. – exclamó serio, sin embargo, en su mirada podía verse cierto destello de ilusión al ver a sus chicos en los asientos frente él, distinguiendo algunos de los rostros. — A partir de ahora, nada será fácil, habrán altibajos, obstáculos, decaídas. – Todos lo observaban con cierto terror, a través del micrófono se escuchó una risita nostálgica, aclaró su garganta y continuó. — Sin embargo, creo que es necesario ver en retrospectiva. Suelen decir que no hay que voltear a ver atrás, no obstante, yo no lo creo así. Es necesario mirar cómo comenzamos, nuestros inicios, ver como somos ahora, y finalmente, ver cómo queremos o quiénes aspiramos a ser en un futuro. Desde mi perspectiva, en estos tres años que estuve a su lado, sobre todo con los chicos del equipo de volleyball, puedo afirmar que efectivamente merecen egresar de esta institución, y de lo que hablaba en un inicio, sé que están preparados para cualquier cosa que les depare el futuro, sé que tienen agallas, ganas de vivir. Y sí, no será fácil, pero nada en ésta vida lo es realmente, ustedes son personas capaces para después de una caída emprender vuelo cuál águilas son.

Algunos de los padres lloraban, algunos alumnos también lo hacían, otros sonreían de oreja a oreja, pero sin duda todos y cada uno de aquellos se encontraban sumamente contentos.

— A continuación, llamaremos a algunos de nuestros alumnos destacados, que además de obtener su título de graduación, recibirán un reconocimiento de excelencia académica o deportiva, que sin duda les servirá si es que deciden continuar con alguna carrera universitaria, vida deportiva o si es que desean tener algún empleo.

Todos los presentes observaban con curiosidad en espera de la llamada de aquellos alumnos.

Una mujer de las que se encontraba en la mesa comenzó a pronunciar cada uno de los nombres que leía de una lista, hasta llegar a ellos, a los chicos.

— Ushijima Wakatoshi, Tendou Satori, Semi Eita, Reon Ōhira, Jin Soekawa y Hayato Yamagata, todos con reconocimiento de excelencia académica y deportiva.

Los chicos se pusieron de pie, caminando hasta el escenario, en donde subieron unas pequeñas escaleras de mármol, formados en fila, pasando a un lado de Washijo, quién les dió a cada uno una palmada en la espalda, intentando parecer duro contendiendo las lágrimas.

Les entregaron sus documentos de graduación, al igual que sus respectivos reconocimientos de excelencia. Desde sus asientos, el padre de Ushijima y la madre de Satori tomaban cientas de fotografías.

...

— ¡Por fin! – exclamó Semi saliendo del auditorio, estirando sus brazos como si quisiera alcanzar el cielo. — Si faltan a la fiesta de hoy en mi casa olvídense de mi amistad.

Los chicos soltaron una risa, Semi los miró con indignación, para después soltar una pequeña risa.

— Iremos, semi semi. – dijo Tendou, dando unos golpecitos sobre los hombros del contrario.

— Más les vale estar ahí. – dijo ajustando un poco su corbata antes de caminar y encontrarse de Shirabu y Goshiki, quiénes le confirmaron de igual forma que irían sin falta a su casa.

A pesar de ser una fiesta para celebrar la graduación de los chicos de tercero de Shiratorizawa, no sólo estaban invitados los graduados, también irían los chicos de distintos cursos, incluso estaban invitadas personas que ni siquiera pertenecían a Shiratorizawa.

Semi vivía en un departamento, por supuesto que ahí no podía ser la fiesta, sería un lugar bastante pequeño para tantas personas. En su lugar, la haría en su casa, en la casa donde vivía hace unos años con sus padres, ellos estaban de acuerdo, además, por suerte ellos habían salido de viaje, era perfecto para llevar a cabo una fiesta ahí.

Por fin había llegado el día, Satori no había ido a ninguna fiesta desde la última a la que fue, la cuál sin duda había sido un desastre.

Pero, algo dentro de él le decía que la de hoy sería completamente diferente, ahora lo tenía a él, a Ushijima.

Ahora se tenía a sí mismo.

...