¿Por qué no puedo ser una chica?

Sueño vuelto realidad

❐│ Sueño vuelto realidad.
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Los sueños de fantasía dejaban de serlo si de aquellos dos enamorados se trataba, a cualquier esquina que voltearan, cientos de luces y adornos florales indicaban que exactamente se encontraban en el paraíso, uno que daría el inicio de aquella hermosa unión.

Los familiares y amigos de los novios se encontraban presentes en la ceremonia, en completa conmoción por sus allegados.

Satori llevaba puesto un precioso traje blanco, al contrario de su pareja, el cuál llevaba uno completamente negro, a diferencia de la corbata, la cuál era color vino, al igual que la del pelirrojo.

Después de una larga ceremonia y antes de concretar el enlace, ambos finalmente estaban a punto de dar sus respectivos votos, los cuáles secretamente habían planeado hace años, pues era un sueño mutuo.

Tendou sonrió algo nervioso y aclaró un poco su garganta antes de hablar. - Ushijima Wakatoshi, es prácticamente imposible poner en palabras todo lo que mi corazón siente por ti, eres más que amor, más que vida, más que unión. Te amo desde el primer instante en el que apareciste frente a mis ojos, y sé con certeza que no dejaré de hacerlo ni aunque nuestras almas se desvanezcan en este vasto universo. Yo, Tendou Satori, prometo seguirte amando con la misma intensidad de mil soles, ser tu mayor apoyo en todo momento y tú mejor compañero de vida, no importa lo que el destino nos depare, siempre estaré a tu lado, siempre.

A oídos de Wakatoshi, las palabras del pelirrojo siempre se habían distinguido por estar llenas de lealtad, sabía que podía depositar su completa confianza en aquel hombre.

La sonrisa del chico de cabello oscuro lucía totalmente radiante, a excepción del pelirrojo, sus allegados jamás lo habían visto sonreír de aquella forma, era como si su rostro expresará sin hacer uso de ni una sola palabra de todo lo que su inmenso corazón tenía resguardado únicamente para su pareja.

- Tendou Satori, eres aquel rayo de luz que iluminó mi vida por completo, un ser lleno de pureza y un enorme corazón dispuesto a amar con profundidad y sin condiciones. - en serenidad, Ushijima tomó ambas manos del chico y lo miró directamente a los ojos. - Tendou, siempre estaré completamente agradecido con el universo por haberte puesto en mi camino, eres el pilar de mi existencia, mis ganas de vivir y el camino construido que me forjó tal cuál soy hoy en día. Es por eso qué, prometo seguirte amando con cada pedazo de mi corazón, prometo cuidarte como mi más preciado tesoro, ser tu mejor amigo y compañero de vida, prometo ser aquel esposo que siempre deseaste tener.

Los grandes ojos rojos de Satori de pronto comenzaron a inundarse en lágrimas, tan rápido como rodó la primera gota por su mejilla, se abalanzó al contrario, abrazándolo como nunca antes, Ushiwaka únicamente se dispuso a acariciar con cariño su espalda, sin dejar ni un sólo segundo de sonreírle.

Después de ponerse sus respectivos anillos, el padre dió por finalizada la ceremonia, en dónde ambos aceptaron con total emoción, así como lo habían deseado hace tiempo.

Finalmente había llegado el momento del festejo, inmediatamente todos los invitados se dirigieron de forma inmediata al salón de bodas, el cuál tan sólo con ver la entrada, te hacía alusinar la entrada a un bello paraíso.

Al llegar, muchos de los invitados se encontraban tomándose fotos en cada esquina del salón, cientos de luces y decoraciones florales.

- ¡Mis chicos finalmente se casan! - gritó Semi, quién venía con todos los chicos que alguna vez fueron con ellos en el Shiratorizawa.

Ambos recibieron a los chicos con un fuerte abrazo, después de estar hablando un poco con ellos, decidieron apartarse para seguir saludando a los demás invitados.

- ¡Pero que milagro Oikawa-san!

Tooru sonrió ante la euforia del pelirrojo, para después ver a Ushijima y apartar enseguida la mirada, cruzándose de brazos.

- Iwa-chan me obligó a venir.

- ¿Yo cuando hice eso?

- ¡Eres cruel Iwa-chan!

Ushijima comenzó a reír y agradeció a ambos por venir, Iwaizumi y Oikawa sonrieron, a pesar de mantener cierta rivalidad en preparatoria, años después pudieron darse la oportunidad de conocer a fondo a la pareja.

Unos minutos más tarde, llegaron los ex chicos del Karasuno.

- ¡Llegaron los chicos del Karasuno!

- Tendou, ya no son del Karasuno.

- Tienes razón. - respondió entre risas.

- Para mí es un honor que nos sigan recordando como los del Karasuno. - respondió Sugawara acariciando su propio cabello, con una sonrisa encantadora.

- Ushijima-san, felicidades.

- Gracias Kageyama. - respondió, en dirección a su compañero actual de equipo.

- ¿Para cuándo el bebé? - preguntó el pequeño chico de cabello naranja, haciendo que todos volteasen a verlo.

- Discúlpenlo, es idiota. - exclamó Tsukkima.

- ¡Perdón! No recordaba que eran chicos... - dijo arrodillándose, haciéndole soltar una carcajada al pelirrojo.

- Levántate. Igual podríamos adoptar, pero no es algo que tengamos planeado hacer por el momento.

- Ya veo. - respondió sonriente.

Después de terminar de saludar a absolutamente todos los invitados presentes, la fiesta comenzó, ambientando el salón con la mejor música y los mejores bailes en la pista.

Todo era felicidad y diversión, exactamente igual a como habían visualizado en absolutamente todos sus sueños.

Ahora eran esposos, un sueño que el día de hoy, era realidad.

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