31: Sello de maldición

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En aquella oscura y húmeda celda, el ninja peliplata comenzó a abrir sus ojos, sentía un fuerte dolor en su pecho, se sentó en aquella dura cama aún desorientado.

— ¿Dónde estoy... —Murmuró para sí, colocó su mano en su pecho, escuchó algunos pasos luego la celda se abrió, debido a la oscuridad no podía ver quién se acercaba.— ¿Quién eres?

— Soy Ibiki Morino. —Contestó aquél hombre.

— Entiendo, vienes a interrogarme. —Contestó Kakashi ya reconociendo a aquel hombre.— No creo que tenga mucha información para ti...

— No soy yo quién va a interrogarte. —Contestó aquél hombre, otro hombre apareció detrás de él.

— Inoichi Yamanaka... —Murmuró Kakashi.

— Así es, quédate tranquilo. —Aquel ninja se acercó y colocó su mano en la cabeza de Kakashi.

Mientras tanto, Obito estaba en casa de Rin, observaba una foto que la castaña tenía en una mesa, ahí estaban los tres cuando eran niños.

— Tendré que irte a visitar, bakashi...

— ¿Qué dijiste? —Preguntó la castaña, acercandose el azabache quién rápidamente se puso nervioso.

— Etto yo... Tengo algo que hacer así que me voy. —Mencionó rápidamente y se dio la vuelta.

— ¡Obito! ¿Qué me estás ocultando?  —Preguntó frunciendo el ceño.

— Nada.

Rin se acercó al azabache, lo conocía lo suficiente para darse cuenta que algo le ocultaba, al verse acorralado Obito no tuvo de otra que decirle lo que estaba pasando.

— Capturamos a bakashi, el está en una celda.

— ¿Qué? ¿Él está bien? ¿Esta herido? Dime que esa cosa ya no lo controla.

— Si, no y no. —Contestó Obito, Rin solo frunció el ceño por el tipo de respuesta.

— Quiero verlo. —Mencionó ella, caminando hacia la puerta.— Dime donde lo tienen.

— No puedo decirte Rin, ni tan siquiera debía decirte que estaba aquí, ¡hay Minato-sensei se va a enojar conmigo!

— Tengo derecho a verlo.

— Lo sé, pero tienes que esperar hasta que el consejo lo autorice.

— ¿Enserio crees que esos ancianos van a permitir que visitemos a Kakashi? Seguro lo condenaran a muerte.

— Oye tranquila, yo no voy a permitir eso y estoy seguro que Minato-sensei tampoco lo permitiría. —Se acercó a ella y la abrazó, tratando de consolarla.

Mientras Ibiki estaba reunido con Minato y Kushina, la pareja estaba realmente preocupada desde ese lugar se escuchaban los gritos de Kakashi, después de que Inoichi entró a su mente el peliplata empezó a quejarse.

— ¡Déjeme entrar a verlo, ttebane! —Dijo la pelirroja preocupada.— Yo puedo quitarle esos sellos.

— Él tiene dos sellos, uno es parecido a los que se colocan en un Jinchūriki y el otro es un sello de maldición, el cuál esta destrozando sus órganos internos.

— Pero... el sello que yo le puse no haría eso...

— Podemos al menos quitarle uno. —Mencionó Minato.

— Si le quitan cualquiera de los sellos sin tener mucho cuidado el hombre morirá, primero debemos destruir lo que los enlaza.

Kushina volteó a ver a Minato sollozando un poco, no querían perder a Kakashi.

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