3: Amigos y locuras

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Luego de la misión en Amegakure, Kakashi y sus compañeros dieron el informe al Hokage, sobre lo que habían visto en dicha aldea, y se fueron a descansar.

Después del mediodía, Naruto caminaba por las calles de Konoha, hasta que se encontró con cierta pelirrosa, que llevaba unas bolsas de compra.

- ¡Hola Sakura-Chan!

- Hola Naruto, ¿qué tal en tu nueva vida?

- Pues todo bien... creo...

- No suenas muy seguro.

- Pues... ¡estoy feliz! tengo a mis padres, aunque ya no tengo amigos. -agachó la cabeza.

- ¿¡De qué estás hablando!? nos tienes a nosotros, el equipo 7. -contestó ella.

- Sí, aunque... ¿no recuerdas nuestro días en la academia? ustedes ni me hablaban, bueno Sasuke sólo me hablaba cuando nuestras madres se reunían. -Sakura no contestó, sólo volteó a ver hacia otro lado- sabes que... ya no importa. -comentó Naruto- mejor cambiemos de tema, puedo saber, ¿qué vas a hacer con tantas cosas?

- Pues... prepararé algo, para Sasuke-kun. -contestó ella poco nerviosa

- ¿Sólo para Sasuke? -dijo el haciendo un puchero.

- Si Naruto, Tú sabes que a mí me interesa Sasuke-kun, eso no ha cambiado... Tú deberías mirar hacia otro lado. -contestó ella- mis sentimientos por Sasuke-kun siguen siendo los mismos.

- Pues... -Naruto sonrió- por alguna razón, eso ya no me afecta tanto. Así que te deseo suerte con Sasuke. -Naruto se dio la vuelta- por cierto, si quieres impresionarlo, lo que sea que prepares tienes que agregarle tomates.

- ¿Tomates? -preguntó la pelirrosa.

- ¡Sí, cuando él y su familia han ido a comer a mi casa, siempre termina devorando todo lo que lleva tomate! -dijo riendo.

- ¡Está bien, gracias Naruto! -Sakura vio cómo el rubio se alejó corriendo- ¡ay genial! tendré que ir al mercado de nuevo...

Naruto continuó su camino, hasta llegar a uno de los campos de entrenamiento, donde algo llamó su atención, a lo lejos observó aquella chica cabello oscuro, que golpeaba un tronco con las palmas de sus manos.

- ¡Hola Hinata! -dijo el acercándose de repente.

- ¡Na...Naruto-kun! -la chica pegó un brinco asustandose un poco.

- Estás entrenando, ¿eh? -Naruto se acercó a aquel tronco, dónde habían algunas manchas de sangre, luego observó las manos de la chica- ¿no crees que estás exagerando? -tomó las manos de Hinata- tus manos se ven bastante lastimadas.

- Es...estoy bien... -contestó ella tímidamente, mientras sus mejillas empezaron a sonrojarse.

- Tu mejillas también están rojas. -dijo Naruto observándola más de cerca- ¿segura que estás bien? -colocó una de sus manos en la frente de Hinata, pero ésta se asustó un poco dándole un empujón Naruto cayó sentado- con un si hubiera bastado...

- Yo... yo lo siento Naruto-kun... ¡no era mi intención!

- ¡Oye fracasado! ¿¡que le estás haciendo a Hinata!? -Kiba llegó al lugar junto a su compañero.

- ¡No le estoy haciendo nada, niño perro! -Naruto se levantó del suelo.

- ¡Jum! vamos Hinata, Kurenai sensei nos necesita. -Kiba tomó de la mano a Hinata, pero está se quejó del dolor.

- ¡¡¿Oye qué estás haciendo idiota?!! -Naruto separó a Kiba de Hinata, dándole un empujón al chico tirándolo al suelo- ¿¡que no ves que sus manos están lastimadas!? Hinata, ¿te encuentras bien? -se acercó más a ella.

Cambio temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora