Capitulo 5

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El pequeño cuarto estaba en completa oscuridad, apenas y entraba la luz lunar por una pequeña ventana de barrotes. Parecía una noche tranquila, una noche como cualquiera. La luna se veía tan linda desde esa celda, tan reluciente, tan brillante, tan linda, las estrellas que la acompañaban hacían una bonita combinación, si las sincronizabas con el viento helado podías escuchar una bella melodía. La noche no podía ser más perfecta. La constelación de Escorpio era apenas visible, un poco más y estaría completa.

Pero esa tranquilidad se vio interrumpida cuando un estruendo golpeo con brusquedad las frías paredes del castillo, arruinando la paz que reinaba en ese lugar. Los gritos y lamentos no se hicieron esperar. Gritos en busca de alguien. Personas con máscaras por rodeaban los pasillos del recinto.
Unos pasos apresurados se acercaron poco a poco, se produjo otro estruendo golpeando el metal de la celda, los barrotes cayeron creando un sonido sordo.

La persona que estaba frente al prisionero no tuvo más que levantar su varita y pronunciar unas simples pero mortales palabras, Avada kedavra, el destello verde salió de la varita y cayó hasta aquel hombre viejo que esperaba con paciencia su muerte. Los gritos cesaron y con ello, la vida de Gellert Grindelwald fue arrebatada en cuestión de segundos.

El cuerpo de Gellert ahora yacía en el suelo frío de Nurmengard, su cuerpo inmóvil anunciaba otra muerte agregada a las manos del Señor Tenebroso.

Dorian despertó sudando frío, en su mente seguía esa horrible imagen que la había despertado, había visto a su abuelo ser asesinado frente a ella. Tenía el presentimiento que aquel sueño no era solo un sueño.
Se encontraba inmóvil en su cama preguntándose una y otra vez que tan real era o si simplemente era producto de su cansada mente.
Podía escuchar la risa de Bellatrix Lestrange haciendo eco en las paredes del castillo, esa maldita risa. Si era real, algún día acabaría con ella. Era una promesa.

No volvió a pegar los párpados, no lo necesitaba, lo que de verdad necesitaba era regresar a casa y confirmar con sus propios ojos que aquel hombre siguiera con vida.

Necesitaba respuestas.

A las 4 AM se levantó después de no querer conciliar el sueño, tomo la ducha más fría que su piel alguna vez hubiese tocado. El agua resbaló por todo su cuerpo, tocando cada cicatriz sanada en la espalda de la joven bruja, cada parte que alguna vez tuvo algún moretón, cada centímetro de aquel débil cuerpo, había sido apoderado por el agua.
Pobre chica, cualquiera que la viera en ese estado sentiría una gran pena por ella.

Tan solo media hora despues estaba lista para salir de la casa, sabía lo que hacía y sabía lo peligroso que era acercarse una vez más. Con el valor que le quedaba, abrochó sus zapatos, tomó una mochila metiendo una manzana, algunas frituras y agua, y así se dispuso a salir.

Llegó una vez más a lo más alto del bosque y espero. Estaba helado, pero con  suerte había llevado consigo un abrigo que cubría hasta sus rodillas protegiéndola un poco de aquel pueblo tan frío. El aire soplaba con fuerza; una gran ventaja para que la encontrarán de nuevo.

Y como lo predijo, tres vampiros ahora se encontraban frente a la bruja, los cuatro se miraron por un par de segundos sin decir nada.

– El es James, – Comenzó presentando al rubio. - ella es Victoria y yo soy Laurent.

– Dorian.

– ¡Chica de pocas palabras, eh! – Esta vez hablo el rubio. – Sabía que regresarías, pero, ¿Por qué?

– Busco respuestas y creo saber que  ustedes podrían darme las.

– Que clase de "respuestas" – Habló la pelirroja, con su hipnotizante voz.

– ¿Qué saben del mundo mágico? – A lo que iba, no quería perder mi tiempo.

– ¿Mundo mágico? Así que eres una brujita. La verdad es que no mucho, solo que vivieron hace mucho tiempo, existen algunos pero ya no son como antes.

– ¿Hace cuánto para ser precisos?

– Décadas, no los conocimos, pero escuche de son más antiguos que los Vulturi.

– Y los de ahora? En dónde puedo encontrarlos?

– Ahora me tocan a mi las preguntas, ¿Para que los buscas?

– No te incumbe, sanguijuela.

– Tienes razón. – se dió la vuelta y comenzó a caminar. Malditos sean los de tu especie.

– Necesito su ayuda, de encontrarlos, ellos me devolverían a casa. – sabía que lo hacían a propósito pero solo así obtendría lo que vine a buscar. Aunque sabía que no se irían, no aún.

– Ya no viven en comunidades, talvez sepas que los empezaron a cazar cuando los descubrieron. Casi terminan con tu raza. – Caminaba alrededor mío, no sé si trataba de intimidar o solo estaba saboreando su bocadillo. – Los sobrevivientes se fueron lejos, no se sabe dónde, así que no te puedo ayudar con ello.

– Habitaban aquí, en Forks?

– Yo que se niña, no somos de aquí. Estamos de paso.

– Eres encantador con los niños. Aunque no fue de mucha ayuda, gracias. – Di media vuelta reanudando mi caminata.

– No tan rápido – Habló la pelirroja a un lado de mi.

» ¿A qué te refieres con "regresar a casa"? solo toma un avión y regresa a Inglaterra, que tan difícil es?

– Ojalá fuera así de simple, llegué por accidente y ni siquiera es mi mismo año. Y ahora comienzo a dudar que no debería estar aquí o más bien que no pertenezco aquí.

– No entiendo.

– Cómo si fuera de otra realidad. - me miraron confusos.

Con mi varita comencé a dibujar sobre el aire – Está soy yo y este es el plano terrenal de "dónde provengo" (trate de hacer un dibujo lo más parecido posible), esta cosa es con lo que llegué (la copa), cuando lo tome se suponía que me regresaría a mi escuela, pero no fue así, sin en cambio me trajo aquí (dibuje otro círculo a un lado del primero) este lo llamaremos "su mundo" – Me miraron confundidos. – de ustedes, lo que busco es regresar aquí (señale de primer dibujo). Aunque solo es una teoría, no estoy segura de si podría ser real. Tampoco estoy segura de venir de otro lugar, quiero creer que este año es lo único diferente y por mi bien debería ser así.

– ¿Eres un alienígena? – solté una carcajada, era la cosa más tonta que pudieron haberme dicho.

– No, no lo soy.

– Lamento no poder ayudarte, espero encuentres ayuda. – Tendió su mano a la altura de nuestros estómagos cediendo una tregua de paz, la cual tomé sin pensarlo. Era mejor tenerlos de aliados que de enemigos.

– Gracias, ahora debo retirarme.

Y desaparecí. Ahora sabía que en este lugar existía alguien parecido que pudiese ayudarme.

Talvez no eran tan malos, solo no había sido un encuentro bonito. Bueno tampoco ayudaba el que intentaran matarme, pero anyways, todos cometemos errores.

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Spoiler: Alice vio la conversación.

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