Capitulo 8

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Mi semana fue un tanto aburrida, solo se repetía la rutina de siempre: escuela, biblioteca, trabajo, dormir. No tenía descanso y a la larga estaba comenzando a afectar.

Era abrumador hacer siempre lo mismo, mis tiempos libres los ocupaba practicando hechizos o pasar un rato en la biblioteca tratando de encontrar algún libro útil o al menos una gota de felix felicis.
Por cierto, al parecer la copa necesitaba un nombre ya que las sospechas comenzaron a volar por el aire y Angela era la más astuta de todos, así que inventé a un perro imaginario. Al principio funcionó, luego pidió conocerlo, solo se que no le gustará la bonita sorpresa de saber que Triste no existe. Al menos sigue funcionando para negar invitaciones de amigos, o pretextos para cualquier cosa, "Adopté a un perro y necesito cuidarlo" "Está tarde tengo horas extra en el supermercado" "Lo siento, tengo tareas pendientes" "Ya quedé con Charlie, talvez la proxima." Me estaba quedando sin excusas y ella era cada vez me impresionaba con sus respuestas, parecía que lo practicaba antes de pedir algo.

El viernes estaba llegando y con el, algunos planes que involucraba la cómoda cama que me espera en la habitación todas las noches, un buen té para el clima frío de Forks y el nuevo libro que me llamaba todos los días luego de haber sido comprado. Claro, sin contar que todos mis planes terminan tres metros bajo el suelo, por la tarde del día Jueves, Angela me llamó por teléfono diciendo que habría una fiesta a la que fue invitada Jessica, por ende "estábamos" invitadas tambien, ¿Qué edad se supone que tenemos?
Intente ser sutil con las palabras que estaba por elegir, pero no tardó en lanzarme en la cara mis excusas poco factibles, "No trates de decirme que no puedes porque estoy en tu trabajo y no estás aquí" "No tienes tareas pendientes" estuve a punto de arrancarme la cabeza al saber que se había adelantado a pedirle permiso a Charlie y el acepto, gracias Charlie. Tuve que aceptar, así que ahora estaba en casa de Jessica esperando que terminarán de arreglarse. Se tardan mil horas.

No es por ofender pero eran mucho mejor las que organizaban en la sala común. Era normal que nos colaramos a las cocinas en busca de algo para comer, y algunas veces los gemelos nos conseguían alcohol, otras veces lo hacía Jae y con el un poco de magia, para pasarla un poco mejor. Aquí era algo parecido pero el alcohol no era tan fuerte como el Whisky de fuego, habían juegos con pelotas, cartas o retos, lo típico de fiestas pubertas.

Al poco rato Jessica organizó uno de esos juegos, que consistía en un par de retos o más bien besos y otras cosas. Intenté negarme, pero Angela dijo que sería divertido. En fin, para no hacerlo tan largo, terminé besando a casi media fiesta, lo cual fue raro, pero no que quejo. Estoy segura que a mi madre le habría dado un infarto ante tan imprudencia, pero no estaba para dar sus estúpidos discursos. Creo que no era tan malo "acoplarse" al mundo muggle.

Casi no tome alcohol, nunca sabes lo que podría pasar después. Antes de las 10:00 pm me devolvieron a casa, Charlie me esperaba en el sillón de la sala.

– Estoy aquí - dije al cerrar la puerta detrás mío.

– ¿Qué tal te fue? ¿Te divertiste? - trataba de iniciar una conversación. Parecía un poco feliz.

– Ya sabes, lo normal. Por favor no me dejes salir a otra fiesta.

– Tan mal estuvo?

– Lo que le sigue, este tipo de eventos no van conmigo.

– Ya veo... ¿Quieres cenar?

– No, el alcohol y la comida no se llevan. Es broma, comimos pizza - trate de alivianar mi torpeza, podría meter en problemas al que organizo la fiesta.

– Claro - estaba indeciso en si creerme o no.

– Iré a dormir si no te importa, estoy bastante cansada.

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