LIBRO SEGUNDO Capitulo 1

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Odiaba los hospitales con todo su ser, hacía años que no pisaba uno y su única razón era el odio que ejercía en ellos. Por muchos años conservó su buena salud tratando de mantenerse saludable y solo consiguiendo enfermedades que se podían tratar desde casa sin necesidad de algún médico u hospital.

Pero hace un par de meses las visitas al doctor comenzaron a ser cada vez más concurrentes, y la única razón por la que volvería a un hospital repleto de personas con alguna enfermedad rara, era debido a su embarazo y el cuidado especial que debía llevar un bebé con aquel linaje entre sus venas. La única buena noticia era que esas visitas que tanto odiaba estaban a punto de acabar.

El día del parto estuvo planificado por las únicas dos mujeres interesadas en aquel bebé. Todo estaba listo y solo faltaba que la pequeña criatura decidiera el día para llegar al mundo de los mortales.

La adolescente de apenas 16 años entro a urgencias debido a que estaba entrando en parto. Su fuente se había roto tan solo hace casi unos 20 minutos, afortunadamente todos a su alrededor estaban preparados para aquel día y todo se llevó a cabo tal y como se ensayo. No tardaron en asignarle una habitación y los medimagos se apresuraron a preparar todo lo necesario para darle la bienvenida a Dorian Black.

El dolor que se apoderó de su vientre no tenía comparación con un dolor menstrual o un golpe en el abdomen, era interminable e indescriptible. Era el peor dolor que alguna vez pudo sentir y probablemente su vida dependiera de aquello. Solo quería terminar con ese sufrimiento.

A las 10:24 AM del Viernes 7 de Octubre de 1977, Dorian Grindelwald-Black llego a este mundo. Tan solo tenía unos minutos de nacida cuando su abuela paterna la tomo entre sus brazos comenzando a inculcar algunas creencias y costumbres que se practicaban entre generaciones.

Walburga Black era la, ahora abuela, más feliz que alguien pudiese imaginar. Nunca en su vida se le había visto tan feliz como en ese momento. Su hijo Regulus y su nuera Vidian Black habían continuado con el linaje de la pureza de sangre creando a la pequeña Dorian. Habría estado mucho más feliz si Dorian hubiese sido un niño, pero habría tiempo de crear otros pequeños Black.

- Deberías cargarla Vidian, es preciosa y no cabe duda que continuará los mismos pasos si es educada correctamente - hablo la dulce anciana pasando a la pequeña criatura a los brazos de la madre.

Vidian habría sido la mujer más feliz del mundo cargando por primera vez a su primogénito en otras circunstancias. Detestaba la idea de ser madre forzada y más siendo una adolescente que ni siquiera tuvo la oportunidad de elegir a su prometido.
Odiaba todo a su alrededor, el estúpido hospital color hueso la ponía de malas, las dos horribles mujeres frente a ella eran sus peor enemigo, el adolescente nervioso a su lado era su mayor fastidio y para terminar, estaba la recién nacida que no paraba de llorar. Acababa de llegar y su sola presencia había logrado que su madre la odiará con todo su ser.

- Tiene hambre, cielo. Debes alimentarla, recuerda como te enseñe - hablo la madre de Vidian llamando su atención, que por un momento se había perdido en su imaginación, creyendo que solo era horrible pesadilla.

- Me gustaría un poco de privacidad - pidió.

- Tonterías. Somos mujeres y no hay nada que no hayamos visto antes, que no tengas tu - Vidian miró de reojo a Regulus tratando de darle a entender su incomodidad con el asunto.

- Como si ese bebé fuera producto de una acto divino - susurro Walburga a la mujer de a un lado al ver a su hijo darse media vuelta.

Quería matarlas y bailar sobre sus cuerpos por haberla obligado a tener la despreciable vida que estaba a punto de vivir. Un niño era lo último de sus planes, y ahora resultaba ser la primera cosa que terminaría por arruinar su vida. Mal decía a Dorian por no ser niño y obligarla a tener que cargar con otro bebé hasta tener un heredero varón. Odiaba la vida por darle la porquería de vida, que más bien la llamaba "sobrevivir", se odiaba a si misma por no ser lo suficiente fuerte y haber salido antes. Odiaba a su familia por haberla traído al mundo y hacer de su vida una miseria. Odiaba su ser y odiaba a todos a su alrededor.

Solo podría ser feliz si terminaba con ello de una vez por todas. Lo habría hecho en ese momento de no ser por su cuerpo que perdía poco a poco las fuerzas necesarias y su cabeza que comenzó a dar vueltas tan repentinamente que casi la hace perder la conciencia. No sabía si la tierra se estaba moviendo tan bruscamente o ella se estaba desangrando. La primera fue la más confiable, pero se dió cuenta que la segunda fue la ganadora cuando vio entrar a varios medimagos con urgencia a la habitación.

Los vampiros eran tan complicados.

Visitamos a Charlie en Navidad y nos quedamos hasta año nuevo. Fue lindo volver a verlo después de 3 meses.

Nunca en mi vida había celebrado Navidad como se debía, la atmósfera era tan cálida que deseaba que fuera eterno. No se que tenía navidad que por alguna extraña razón esa fecha la hacía sentir tan especial, supongo que fue por Charlie ya que esta vez trato de esforzarse un poco más de lo normal. En fin pasamos noche buena con algunos amigos de Charlie y Bella solo se presentó por un milisegundo, después volvió a subir a su habitación y paso los días encerrada.

Charlie me comentó sobre cómo Bella había sobrellevado la partida de Edward y eso solo me hizo ver la mala persona en la que me había convertido. No podía regresar el tiempo e impedir que Edward se fuera, ni tampoco podía recompensar aquel tiempo que deje abandonada a Bella. Sabía que no era mi responsabilidad pero me hacía sentir que lo era y con ello, la culpa.

Tuvimos que regresar a New York una semana después. Cedric decidió iniciar la universidad y en esas fechas eran las postulaciones así que no podíamos dejarlas pasar. Un poco después recibió la respuesta de varias universidades, y para suerte de todos, lo había logrado, tenía una plaza en algunas de ellas y solo esperaban su confirmación. Estaba feliz por el, no sabía con certeza sus deseos pero al menos se veía feliz con aquello.

Alice junto a Jasper solían visitarnos seguido, se aseguraban que estuviésemos cómodos y después se volvían a ir. No tenía claro a dónde iban y no era de mi incumbencia; sabía que después de habernos marchado de Forks, Rosalie y Emmett se volvieron a casar, Carlisle y Esme tomaron unas vacaciones y Edward, bueno Edward se separó...

Y bueno, me mudé junto a Cedric a New York, estando ahí me contó muchas cosas que pasaron en Londres durante nuestra ausencia, algunas de ellas eran cosas que ya sabía. Visitamos Ilvermorny en el mes de Marzo y fue grandioso, debo admitir que tiene un gran parecido a Hogwarts aunque también tiene su gracia. Pude comprar algunos libros sobre hechizos y pociones y otros que me robe de la escuela. Hice una amiga, Amy, dijo que saliendo del colegio entraría en la MACUSA como auror y me invitó a convertirnos en auror juntas.

Era algo curioso como salimos del mundo mágico sin ninguna explicación e incursionamos al mundo sobrenatural en cuestion de segundos y ahora hemos llegado nuevamente al "ansiado mundo mágico". No es lo que esperaba pero se agradece la intención.

Otra cosa curiosa, en Estados Unidos Mágico está prohibido el parentesco absoluto con muggles o sin hechizos, como los llaman aquí. A mi familia le habría encantado vivir aquí. La ley es bastante estricta y con ello su prioridad es terminar con las "amenazas" que podrían poner en riesgo su mundo, eso incluye magos y no magos. Estuvimos a punto de ser desmemorizados al realizar la aparición, afortunadamente todo se arregló y ahora somos parte del Magicongreso Único de la Sociedad Americana.

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