Capítulo 6.

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Hi~ Estoy con mucho hype con este fic again, lo echaba harto de menitos siendo sincera, me dan confort estos pequeños acercamientos que se empiezan a dar saltos ya, así que, sin más que anunciar hasta las notitas del final. Mil gracias a quienes se toman el tiempo para leer.

¡Espero que les guste!

Ash se despierta con la esperanza de que las cosas sean diferentes por arte de magia, a estas alturas debería parecerle ingenuo (incluso tonto se atreve a decir) irse a dormir con aquel deseo, pedirlo es como esperar que la tierra rote al revés po...

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Ash se despierta con la esperanza de que las cosas sean diferentes por arte de magia, a estas alturas debería parecerle ingenuo (incluso tonto se atreve a decir) irse a dormir con aquel deseo, pedirlo es como esperar que la tierra rote al revés por su mera voluntad, que el universo le provea del concepto de justicia que lleva una eternidad esperando, donde los niños no sean culpados de los traumas que les ejercen los adultos y los hermanos mayores no deban irse a guerras fantasmas para volver siendo cadáveres repletos de recuerdos y pasados. Pero a pesar de su reticencia, esta mañana, cuando abre los ojos se da cuenta de que absolutamente todo ha cambiado y contra sus vacilantes expectativas, estas mejoran por primera vez.

Tal como todos los días, se quita la sábana de lino pegoteada y empapada de sudor, el verano canta en su ventana y esta vez no le molesta la tonada, de pronto, su cuarto huele muy bien, es intoxicante de una manera desconocida, no se parece a los desodorantes asquerosos que Shorter rocía en lugar de las duchas, no es el perfume de galante de Max que lo hace rodar los ojos o el hedor de la pandilla, no, esto es diferente, es...cálido. Pero no solo es su olfato lo que cambia, sino que el amanecer luce más brillante a través de sus cortinas de tela, los colores son más vivos, más reales, más agradables, es curioso, hasta su cuerpo se siente diferente, siente una presión que le sangra al corazón, es tibia, suavecita y reconfortante, quizás ha sido demasiado pesimista este tiempo, sí, tal vez no deba poner de biblia a Hemingway y sus leopardos, tal vez puede cambiar y ser un Glenreed, ¡sí!

Si el mundo es diferente, él también puede ser diferente.

—Mhm.

Pero aquel jadeo lo saca de su trance y los recuerdos de anoche le llegan de golpe, Eiji fue a buscarlo por consuelo y es acá cuando se percata de que el mundo no ha cambiado, los colores no son gamas nuevas sin descubrir, su cuarto aún apesta a camisas sucias y libros viejos, lo único diferente es que el japonés dormita encima de su tórax, se ha hecho una bola, no sabe cómo han terminado juntos, sin embargo, el pecho le duele mucho.

¿Cómo puede ser tan adorable mientras dormita? La mayoría del tiempo Okumura es un gran dolor de culo. Debería usar este momento para vengarse y patearlo de la cama, para demostrarle su poder y obvia superioridad.

«Tengo miedo, Ash».

Pero no puede.

Shorter tiene razón, Okumura lo altera de sobremanera.

Hijo de puta.

—Mhm. —Vuelve a quejarse antes de restregarse contra su pecho como si hubiese elegido ese lugar para construir su nido con recelo y meticulosidad, sin importar qué tanto Ash lo intente, Eiji no deja que escape o se mueva—. No quiero ir a entrenar.

Love struck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora