|| Finalizada || Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca es la filosofía de vida de Ash, pero incluso él sabe que se la ha tomado demasiado a pecho cuando empiezan a florecer sentimientos románticos por Eiji Okumura, diablos, ¡Eiji Okum...
Hola mis bonitos lectores, se dice se cumple aunque he estado bien atiborrada con los examenes. Pucha, ¿qué más puedo decirles? Love struck fue ese confort fic que necesitaba con urgencia en un momento muy duro de mi vida, esta historia mi hizo tan feliz, es de mis fics favoritos aunque sean solo cosas cotidianas y slice of life, de verdad ha sido un honor compartirlo por estos lares. Muchas gracias por tanto, los amo muchito.
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—¡Quítate de encima, Okumura!
—No quiero.
—¡Quítate!
Eiji sonríe con altanería, su boca hinchada se mira aún más rosilla bajo el intolerable calor que destila Nueva York, sus mejillas se hallan perladas de sudor, las gotas diáfanas se deslizan con gracilidad del extremo de los racimos que tiene por pestañas hacia su mentón, cayendo como si fueran lluvia hacia el rostro de Aslan quién se encuentra inmovilizado debajo, con sus piernas crispadas, con las caderas friccionándose contra los shorts deportivos y los dientes apretados a causa de la cólera que le genera ser desafiado.
—Quítate. —Eiji lo tiene sometido, su satisfacción es tan grande que le acelera el corazón.
—¿Por qué debería? La vista es bonita.
—Eiji. —Le advierte en un gruñido—. Sal de encima o te arrepentirás.
—¿Qué puedes hacer para que me arrepienta? ¿Leerme hasta que me muera de aburrimiento? ¿Vas a hablarme de tus horribles novelas? Por favor, Lynx.
—¡Pequeña mierda! —Gimotea—. Sal de encima.
—No.
—Vamos. —Le advierte con una mirada depredadora que le hiela la sangre, las manos del lince están acomodadas sobre su vientre, por debajo de su suéter suave y mullido, eso hace estragos en el torso del nipón pero no permite que se dé cuenta, la pandilla está mirando y desea verse genial—. Quítate.
—Quítame de encima.
—No seas infantil.
—¿Acaso eres demasiado débil como para quitarme de encima?
—¡Tú...!
—Pues vaya líder de pacotilla que eres.
—No es mi culpa que tú seas un maniático del deporte.
—No es mi culpa que tú seas un amante de las bibliotecas, eres blando, Lynx.
—Y tú eres adorable, mi amor.
—¿Qué? —Eiji entorna los ojos en blanco.
—Eres tan besable, muero por comerte ahora, bebé, me estoy excitando.
—¡Ash! ¡Para!
Muy tarde, las fuertes palmas de su novio se han enrollado con dureza sobre los huesos de su cadera para empezarlo a recorrer consiguiendo que toda su piel arda, los nervios de Eiji lo traicionan y Aslan lo sabe, por lo que procede a apretar aún más fuerte para tumbarlo contra el suelo y así cambiar de posiciones, su sonrisa es mera satisfacción al finalmente tener tan indefenso y vulnerable a Eiji quien no deja de luchar y patear en vano, es tan lindo, Aslan se relame igual que un depredador apreciando a su presa.