Capítulo 9.

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Hi~ Antes de que mi día se fuera al oscuro y triste pozo de la sobreexplotación laboral y otros estresores había alcanzado a dejar este capítulo bien listito, pero recién ahora tengo un par de minutitos para subirlo. Es uno bien importante y especial, así que espero que les guste y recuerden, cada quién lidia sus conflictos a su propia manera, lo importante es reconocer eso y seguir. El capítulo va dedicado a esta personita maravillosa a quien adoro y ha alegrado mis días llenos de tormentas CarnadaDeErwin, ya sabrás porque te lo dedique en el capítulo, tú me diste la idea del apodo para los chicos, te amo.

¡Espero que les guste!

¡Espero que les guste!

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—¿Cómo se llama él?

—¿Quién?

—¿Cómo se llama tu novio? —El pánico se torna evidente en los ojos del japonés, aquel sentimiento arremete igual que olas salvajes dentro de su iris, okey, debe mantener la calma, comienza a dar un hilo de respiraciones progresivas con el objetivo de templarse (técnica de mindfulness que Yut-Lung ha incorporado obligatoriamente a la pandilla)—. ¿Quién es la gata rompehogares? Ya sabes, la otra.

—No sé de qué estás hablando.

—Respóndeme. —No es una petición—. Como tu amante necesito aprobar a tu futuro esposo.

—No te puedo responder. —Y aun así tiene las pelotas para negarla.

—¿Acaso me estás desafiando, Okumura? —Oh mierda, lo llama por su apellido, es cosa seria—. Sé que puedes responderme y como dueño de tu trasero y tu lealtad absoluta lo exijo.

—No tengo novio, ¿de dónde has sacado eso?

—Sí tienes.

—No tengo.

—Sí, eres demasiado obvio y siendo sincero está siendo un dolor de culo tener que fingir que no me doy cuenta. —Esa terquedad lo enferma, más, se contiene, apretando los puños y soltándolos.

—No tengo novio. —No es mentira, de hecho, con las tutorías de Ash y lo intensivo que se ha vuelto el entrenamiento deportivo apenas tiene tiempo para sostener un par de horas de sueño decentes, lo han regañado en más de una ocasión por dormitar en clases—. ¿De dónde has sacado eso?

—Por favor. —Yut-Lung bufa contra su taza de té, si bien, se encuentran a las afueras del vestidor a la espera de Sing, este sujeto no pierde aquel toque fabuloso de glamour, alza su meñique con suma parsimonia mientras le da un segundo sorbo al líquido, es azul, uno de esos tés lunares que compran por temporadas única y exclusivamente—. Es obvio que tu trasero gay le pertenece a alguien más.

—¡Yue! ¡Deja de hablar de mi trasero!

—¿Por qué? Es un gran tema de conversación.

—¡Yue!

—Bien. —Cede, rodando los ojos con una mueca de absoluto fastidio e irritación, al menos debería tener la decencia de disimular el tedio—. Pero retomando el tema principal, sé que hay alguien más, prácticamente flotas en el aire pensando en ese tipejo.

Love struck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora