Capítulo 7.

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Hi~ Debo confesar que el capítulo de hoy cuando lo planifique no era tan potente, no sé, ame mucho que basicamente fuera un capítulo AshEiji y cómo se desarrollo, definitivamente es mi favorito hasta el momento, así que espero de todo corazoncito que les guste. 

¡Mil gracias por leer!

Luchar contra uno mismo resulta agotador

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Luchar contra uno mismo resulta agotador.

Tener que aceptar que ya nada volverá a ser como antes por más que se sueñe despierto o se pidan deseos a estrellas fugaces, tener que aceptar que el pasado es un pasado irreparable y no quedarse pegado con eso, los seres humanos solemos quedarnos pegados en los instantes de más impotencia a la espera de un día aparecer en susodicho momento y hacer las cosas diferentes, que en lugar de dar un paso adelante seamos lo suficientemente inteligentes y demos dos pasos hacia atrás, no uno (demasiado cerca del desastre) ni tres (se puede perder el enfoque) solo dos, apenas dos pasos para salvarnos por poco y sobrevivir, para sanar aquella herida insanable y finalmente liberarnos de esos traumas que acarreamos y no hacen más que engullir con sus colmillos hambrientos en pesadillas, recuerdos, evitación, miedo, alerta y claro, las dulces reexperimentaciones que te arrastran directo al suceso de la herida pero no te permiten dar dos pasos más atrás, sino que te ponen aún más cerca para que sientas esa impotencia a carne abierta.

Cada vez que Aslan intenta restarle importancia a su propia situación recuerda esto para validar eso que tan duro ha golpeado en su identidad, desde algo intrínsecamente suyo, desde ese trocito de sí mismo que se profesa perdido para siempre hasta una cuestión de nombre. Aslan odia su verdadero nombre desde Cape Cod, no ha dejado que nadie además de su familia lo llame así porque sin querer invocarlo lo remonta al entrenador de béisbol, a esa fuente retorcida de amor que le prestó dulzura, cariño y atención cuando Griff lo dejó solo y una vez se volvió indispensable quiso algo a cambio que él estaba demasiado asustado para dar. Es solo un juego de niños, le dijo. Recurrió a las amenazas cuando esto no funcionó: me lo debes si me quieres. Oh vaya, quizás por eso Ash odia la reciprocidad que implica la amistad, una relación romántica o lo que sea. Pero ese no es el punto, sino cómo esto repercutió en que Aslan desapareciera y empezara a odiar esa connotación.

Aslan, odiaba ese nombre.

Aslan, odiaba la vulnerabilidad que le recordaba.

Aslan, odiaba lo...sucio y culpable que se sentía.

Así que se lo cambió a «Ash Lynx».

Sí, sí, era perfecto, ambas partes fríamente calculadas para que transmitiesen lo que necesitaba con desesperación gritar a los cuatro vientos y no podía, Griffin no es el único prisionero de guerra acá, él pudo ir a Irak pero Irak vive dentro de Aslan.

«Lynx» o lince en inglés, porque se perjuró que nadie podría domesticarlo, que sería completamente libre, al menos eso le permitía tener el control de lo que sucedía o no, no pudo elegir en el momento lo que dijo la policía sobre haber seducido a su entrenador, no pudo elegir por el juego de persuasión que este pedófilo implementó, ni cuando Griffin se fue, ni cuando los rumores corrieron, no le dieron la posibilidad de elegir cuando el negocio de Jim casi quiebra por su culpa, ni los rumores que corrían acerca de él, no pudo elegir si parar, no pudo, nadie lo escuchó. Así que se prometió no estar más impotente ni indefenso jamás, que renunciando a Aslan renunciaría a su vulnerabilidad e inocencia.

Love struck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora