Capitulo 3

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Faltaban cinco minutos para el comienzo de las clases debía apresurarse, al llegar a su salón fue recibida por sus dos amigos, excepto por Pablo, parecía que estaba muy concentrado en su libro que ni siquiera se dio cuenta que ella estaba a unos cuantos pasos del rubio.

Jaekyung: Eso es extraño.- Comentó cruzándose de brazos antes de ver al "novio" de su amiga.- Él es como un Manuel, ni siquiera se inmuta de tu presencia.

Manuel: ¡Oye! Yo sí me doy cuenta de la presencia de Mía.- Aclaró antes de mirar Pablo en su soledad con su libro.- Aunque pensándolo bien, concuerdo contigo.

Jaekyung: Bueno, ve a saludarlo.- Le dijo mientras la codeaba levemente, Marizza asintió y mostró una de sus sonrisas perfectas antes de acercarse al rubio.

Marizza: Hola,.. a... amorcito.- Él rubio al escucharla, cerró su libro para observarla con una expresión completamente graciosa.

Pablo: ¿Es en serio? ¿No tienes algo más original?.- Soltó a punto de reírse a carcajadas pero ella le susurró disimuladamente que sus amigos observaban su escena.- ¡Oh...!

El rubio miró de reojo a los amigos de su ahora "novia", notando como se sonrojaban levemente al presenciar tal escena donde le beso en la mejilla a la pelirroja.

A veces Pablo podía llegar a ser tan lindo.

Pablo: Se lo creyeron, sígueme la corriente.- Le susurró cerca de su oído antes de separarse.- ¿Vas a sentarte conmigo, Marizza? lamento mucho no haberte recibido en la entrada, ¿Me perdonas?.- Preguntó con una sonrisa cuadrada que tanto lo caracterizaba al sentir las miradas de sus compañeros sobre él.

Se sentía tan tonto.

Marizza: Sí, sí... claro.- Contestó antes de dejar su mochila en el sitio junto a Pablo, mirando nuevamente a sus amigos, quienes alzaban su dedo pulgar mientras se sentaban en sus asientos.- Grac...

Pablo: Ni te emociones, es algo típico en las novelas.- Comentó, flexionando su codo sobre la carpeta para apoyar su mentón sobre la palma de su mano, su falsa novia parpadeó algo confundida.

Marizza: Tú...¿Ves novelas?.

Pablo: Mi hermano me obligaba a verlos cuando era pequeño.- Confesó.- Aunque siendo sincero, no son tan malos pero si muy exagerados y poco realistas.

Jandi: ¡Pablo!.- Él nombrado miró en dirección a la puerta, su amiga se acercaba a una velocidad sorprendente sin embargo, su ceño se frunció cuando vio una presencia desconocida.- ¿Quién es ésta?... ¿Por qué está en mi asiento?.

Pablo: Uhm... es mi novia, Te lo explicaré luego ¿Podrías sentarte detrás mío?. Solo por ésta vez... por favor...

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Cuando el timbre que daba por comienzo el receso sonó, Marizza se dirigió hacia sus amigos y Jandi aprovechó para acercarse donde su amigo, quien guardaba sus cosas en su mochila.

Jandi: Ahora sí, puedes explicarme... ¿Cómo es eso de que ella es tu novia?.- Preguntó, Pablo, suspiró tratando de encontrar las palabras más creíbles, porque sabía que ella lo conocía bien, prácticamente si decía algo fuera de lugar, se daría cuenta y no era bueno guardando secretos, menos a ella.

Pablo: Bueno... ella... me gustaba desde hace mucho y me declare hace un par de meses, ehm... y me dijo que sí.

Jandi: O... oh ya veo...

Pablo: ¿Sucede algo?.

Jandi: No, todo... bien solo que no confío en ella o en sus amigos como Jumpyo.

Pablo: No te preocupes por él, sé que es pesado pero verás que ya no te molesta hablaré con Marizza sobre Jumpyo, si me necesitas, estaré en la biblioteca.- Jandi asintió frenéticamente.

Comedor

Mientras tanto la pelirroja se encontraba en el comedor, observando como Woobin y su novia, peleaban por la última presa de pollo

Manuel: Es la pelea del siglo...- Le susurró antes de beber su jugo.- ¿Y Pablo?.

Marizza: No... no lo sé.- Contestó lo suficientemente alto para que todos en la mesa la escucharan.

Jaekyung: ¿Cómo que no sabes?.- Se distrajo un momento y su novio aprovechó la situación para llevarse a la boca el último nuggett de pollo.- ¡Kim Woobin!.

Woobin: Lo siento, cielo.- Dijo con la comida en la boca, Jaekyung gritó mientras le daba golpes en el brazo para que se callara odiaba cuando su novio hacía eso.

Manuel: Mejor vé a buscar a Pablo.- Le sugirió.- Ésto...- Señaló a la pareja en frente.- ...Se pondrá muy feo.

Marizza asintió y se levantó de su asiento.

Cuando salió de la cafetería se dirigió a la biblioteca sabía perfectamente que Pablo estaría ahí, era un come libros según sus compañeros.

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Pablo caminaba apresurado con un montón de papeles en sus manos.

Marizza: ¡Oye, Bustamante! ¡Espera!.

Pablo al escucharla maldijo por lo bajo y apresuró su paso, no tenía nada que hablar con ella sino estaban sus amigos alrededor y por lo visto estaba completamente sola.

Marizza: ¡Bustamante!.- El rubio seguía caminando, pero giró un poco su cabeza para encararla con la mirada sin darse cuenta que el final del pasillo se acercaba.- ¡En frente tuyo!.

Y en ese instante, Pablo chocó con la pared, los papeles que traía en sus manos volaron por los aires, cayendo rápidamente para quedar esparcidos en el suelo.

Marizza no esperó más y corrió hacia él, lo tomó del brazo para ayudar a levantarlo sin embargo, el rubio se soltó de su agarre bruscamente para comenzar a recoger los papeles.

Marizza: De nada... Cielo.

Pablo: No te dije gracias.

Marizza: Pues deberías, trato de ayudarte.

Pablo: ¿Ves éste desastre, Marizza?.- Miró los papeles tendidos en el suelo y la nombrada asintió.- Es tu culpa.

Marizza: ¿Mi culpa?.- Pablo asintió mientras analizaba cada papel para ordenarlos en órden alfabético, Marizza suspiró, estaba lo suficientemente cansada para pelear por algo tan absurdo.- ¿Por qué estás llevando todos esos papeles?.- Preguntó mientras se arrodillaba recogiendo unas cuantas hojas, tratando de ordenarlos como lo hacía su falso novio.

Pablo: La profesora Hilda me dijo que se los llevara a su oficina ¿De acuerdo?.- Soltó terminando de recoger sus papeles.

Marizza: ¿Quieres que te ayude a llevarlos?.

Pablo: Ya hiciste suficiente, de todas maneras, te lo agradezco, supongo.

Marizza: ¿Qué dijiste?.

Pablo: No me hagas repetirlo, si no escuchaste ve a que te revisen, de seguro estás sorda.- Volvió a caminar, pero ésta vez sintió la presencia de Marizza detrás de él, dió un par de pasos más antes de detenerse y voltearse.- Ya te agradecí ¿Qué más quieres?.

Marizza: Quiero ayudarte.- Pablo bufó, nunca ganaría contra esa chica.

Pablo: Bien, lleva la mitad.- Asintió y agarró exactamente la mitad para llevarla con una de sus manos.- Llévala con las dos, son los exámenes de historia, si algo les sucede, me reprueba y por lo visto... estás sudado.- Marizza asintió al ser consiente que estaba entrenando para la competencia, por lo cual le restó importancia.- ¡¿Estás sudado?! ¡Dame los exámenes!.

Marizza negó con la cabeza mientras comenzaba a correr, el rubio maldijo por lo bajo, sino tuviera los exámenes hubiera dejado que se fuera, pero tuvo que ser tan idiota para dárselos.

Pablo: ¡Andrade!.- Exclamó mientras trataba de seguir su paso, realmente no era bueno en deportes como para correr a la velocidad de ella.

Continuará...

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora