Capitulo 24

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Pablo: ¡Desvistete!... digo yo...- Frunció su ceño y tal vez sus mejillas se tiñeron de carmesí.- Devuélveme el buzo...

Marizza: ¿Eh?.- Rápidamente se abrazó a su cuerpo, negándose totalmente.- ¡No, realmente está bien!...

Pablo: No, no lo está...

Marizza: ¡Ah!.- Exclamó cuando el rubio le hizo caer sobre el colchón.- ¡No quiero!.

La puerta se abrió nuevamente...

Marcos: Pablo, Papá quiso subir a tu motocicleta y la chocó contra...- Dejo de hablar al verlos.- ¿No paran nunca o qué?

Marizza: No... est...

Pablo: ¿¡Que Papá hizo que con mi motocicleta!?.- Interrumpió dejó de estar encima de la pelirroja y como si estuviera entrenando corrió fuera de la habitación.

Marcos con mirada de poco amigos quedo a solas con la "novia del rubio", Marizza se enderezó lentamente y mirando hacia otra parte que no sea al hermano menor del rubio se bajó el buzo no hacía falta decir que sus mejillas quemaban.

Marcos: Luces toda inocente, pero en realidad eres todo una sátira ¿Verdad?

Y si ella supiera que era sátira definitivamente se hubiera ahogado con el mismísimo aire, así que solo se animó a mirarlo aun con vergüenza

Marizza: ¿Qué es...- Él alzó su mano moviéndola.

Marcos: No, ni siquiera lo niegues... bien, adiós.- Cuando se giró ocurrió lo que menos pensó, una foto cayó, como Marizza era una persona amable y gentil ella levantó la fotografía, otra foto con el misma chica de antes y también con los mismos corazoncitos alrededor.

Le iba a dar, así que también dejó la habitación, con el fin de ir a la ajena y entregar la fotografía, fue en ese momento donde Pablo hizo acto de presencia, totalmente enfadado y gritando.

Pablo: ¡Papá, ya no eres un adolescente! ¡Mi motocicleta tuvo suerte de solo sufrir un raspón.!...

Julián: ¡Es bueno saber que te preocupas por tu padre, hijo!.- El hombre le gritó desde abajo.

Pablo: ¿Y tú qué?.- Ella frunció el ceño por el tono contrario, pero no se olvidó de la fotografía en manos, sus movimientos fueron sospechosos al ubicar con rapidez sus brazos detrás de su espalda ocultando algo, Pablo entrecerró los ojos.- ¿Qué traes ahí?...

Marizza: N...nada...- Vaya mal mentirosa que era.

Pablo: ¿Te han dicho alguna vez que eres terrible mintiendo?.- Preguntó mientras se acercaba amenazante, como si estuviera cazando a su presa.

Marizza: De echo... si, muchas veces.- Sus amigos solían recordárselo siempre.- Pe...pero... ¡Ah!

El rubio se le echó encima como todo un puma joven, y Marizza simplemente dio contra la pared comenzando el forcejeo y como era de esperarse tanto ruido por supuesto llamó la atención de cierto menor con aires de rockero.

Marcos: Ustedes en serio, al menos háganlo en la habitación y no en medio del pasillo par de coc...- Sus ojos vieron una fotografía caer, revisó sus bolsillos y por poco, por muy poco casi chilla horrorizado a pasos rápidos camino hacia ellos y los empujo lejos, oculto la fotografía dentro de su chaleco de jean y corrió como en aquella vez que salió huyendo de la tienda de tatuajes tras no haber pagado había sido todo un corredor profesional.

Pablo: ¿Qué fue eso?.- Preguntó al aire y luego se dirigió a su supuesta novia por una respuesta, esta negó sin saber.- Será mejor que hables, ahora, ¿Ustedes ni siquiera se conocen y ya tienen secretos?

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora