Capitulo 16

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En la entrada de la escuela Marizza esperaba a que Pablo terminara de hablar con el profesor de Educación física

Jihoo: Marizza, ¿Estas... esperando a tu novio?.- Su pregunta no tenía buenos tonos, y puede que ella lo haya percibido.

Marizza: Uh.. si...

Jihoo: Sabes... él de alguna forma no va contigo.- Su mano se alzó y se atrevió a tomar un mechón del cabello de la chica.- Eres demasiada linda para un chico como él... estoy realmente arrepentido, fui un total idiota... y.- La miró directo a los ojos.- Me gustaría que nosotros fuéramos amigos, tener una buena relación y tal vez, nosotros... tal vez puedas perdonarme ¿Qué dices?

Marizza: Podemos ser amigos.- Soltó tímida.- Pero tomará tiempo el perdonarte, es difícil...

Jihoo: Totalmente lo entiendo, y lograre que me perdones, no importa que.. no importa tampoco tu novio.- Lo dijo descaradamente.

Ella no tuvo tiempo de decir palabra, pero de todas formas no tenía las palabras correctas, fue un buen momento para que un rubio interrumpiera la conversación al tomarla por la cintura.

Pablo: ¿Te gustaría que estuviera de toqueteo con tu novia?.- Preguntó.- No volverás a tocarle ni un solo cabello.- Lo apegó mucho más y se podría decir que su fría mirada le causó un pequeño escalofríos a Jihoo.- Hora de irnos...

Pablo estaba enojado; "Su supuesta novia se estaba dejando con facilidad toquetear por su ex", bien, se supone que nada en su relación es cierta pero no iba a quedar como un idiota engañado ¡Había límites! así que prácticamente se llevó a rastras a la chica.

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Una hora después 

Y había que sumarle más a su día, el dueño del taller de autos se había tomado las molestias de llevar la motocicleta de Pablo hasta la otra cuadra de la escuela... 

Marizza se aferró como pudo del cuerpo del rubio.

Marizza: ¡Estás loco!.- Chilló ocultose en el pecho del motociclista, porque si, se aferraba de la parte delantera y no de atrás, es solo que el rubio y sus rápidos movimientos no le dieron oportunidad de colocarse bien!.- ¡Pablo!...

Andrade Marizza murió... no, no es cierto, pero estuvo a punto de sufrir algún paro cardíaco o algo parecido, ¿Y que hacía Pablo? Él reía, él moría de risa.... ante la situación de la chica.

Marizza: ¿¡Ya llegamos!? ¿¡Ya llegamos!?.- Chillaba a ojos bien cerrados, el rubio sonría al verla temerosa que podía llegar a ser.

Y puede que el rubio este siendo un tanto malvado ya que ahora estaba dándole la segunda vuelta a la manzana, pasando dos veces por su casa.

Pablo: Falta.- Le informó sintió a la chica hundir mucho más su rostro en su pecho se detuvo.- Llegamos.- Dijo, pero ella seguía aferrándose a él.- Vamos, estás viva.

La pelirroja alejo su rostro del pecho y miró a sus costados, si, ellos ya estaban a salvo de manera lenta se alejó del cuerpo contrario y bajo de la motocicleta, jurando así que nunca más en su vida volvería a estar en una... ¡Nunca volvería a subirse...!

Marizza: ¡Idiota, estás demente!, ¿¡Y si me soltaba!?.- El chico retiró las llaves.

Pablo: Tú definitivamente no te iba a soltar...

Apenas pusieron un pie en la casa fue interrogada por la madre de Pablo que no tardó en darle una porción de tarta a Marizza que gustosa lo recibió siguiendo al rubio a su habitación, cuestionándose algunas cosas como: ¿Por qué ahora pasaba más tiempo en casa de Pablo que en la suya?, Marizza se preguntó dando rápidamente con la respuesta "Novios", así que como siempre llamó a su casa y dió aviso, no quería que se preocuparán, aunque su familia podían deducir su paradero.

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora