Capitulo 28

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  Elite Way School internacional de Shinwa

Jihoo creía estar todavía a tiempo de recuperar a la pelirroja pero con cada día que pasaba aquella esperanza desaparecía de a poco, no hubieron días donde no se arrepintiera de lo que había hecho.

Cuando se acercó dónde Pablo lo vio relajado con un libro en la mano y apoyándose al árbol que quedaba en la entrada de la preparatoria, su mente se puso en su contra, algunas de las palabras dolorosas que Marizza le había dicho empezaron a repetirse logrando que su ira se incrementará, porque algo tenían en claro Jihoo; su chica claramente estaba siendo manipulada o extorsionada u obligada por Bustamante.

Marizza: Lo siento, Hyung".- Sus manos formaron puños firmes.- "Pero lo nuestro solo puede quedar en una amistad..."... "A mi Pablo, él... a mí..."

Se detuvo frente al rubio, mirándolo desde arriba, bufando al ver que aquel aparato de música le pertenecía a su ex chica.

Marizza: "A mi Pablo me gusta"

Jihoo: Se lo que estás haciendo.- Gruñó al tocar los hombros del rubio.

Pablo con cansancio y a movimientos letárgicos se retiró los auriculares y se puso de pie, el rubio sonrió ladino hacia él.

Pablo: ¿Y qué es exactamente lo que estoy haciendo?

Jihoo dio un paso más, totalmente amenazador... al menos él lo creía así.

Jihoo: Es un poco obvio que estas obligando a Marizza para que esté contigo...

Arrugas empezaron a hacerse visible en medio de las cejas del rubio sabía que lo quería provocar.

Marizza: ¿Jihoo?.- Hizo acto de presencia con manos ocupadas y Pablo decidió no seguirle el juego al chico flaco.

Pablo: Traes más postres de lo que deberías.- Vió la bandeja en manos de su "novia de mentiras".

Marizza no era una experta en ver mucho más allá en donde sus ojos mirasen, pero la tensión había sido tan inmensa que no pudo no percatarse de aquello.

La pelirroja le dio una mirada nerviosa a Jihoo que le vio irse sin decir nada.

Marizza: El cocinero me dio un postre extra.- Sonrió contenta por la amabilidad del cocinero.

Pablo: ¿No hay persona que no enamores?.- Él realmente quiso morderse tan fuerte la lengua, ¿¡Qué estupidez había dicho!?, apartó la mirada de ella.- ¡Termina de comer, hoy daremos un paseo en motocicleta!

¿Para qué oponerse o patalear?, ahora ella quería ir con el rubio y poco importaba ahora su miedo a la velocidad, la pelirroja estaba contenta, y ahí estaba de nuevo; un latido extraño y un Pablo Bustamante brillante ante sus ojos.

Eso no había sido parte del trato.

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Minutos Después 

Marizza: ¿Ocurre algo?

Pablo: Nada importante, ¿Lista?.- ¿Ahora preguntaba? rayos, estaba realmente mal, ella asintió sobre el pecho contrario

La motocicleta no arranco, se tomaron un momento para apreciar el cariño inconscientemente mutuo.

El timbre se había hecho escuchar dando terminada las clases y a la vez sacando de la pequeña burbuja que se encontraba la parejita.

El rubio estaba seguro de ciertas cosas, la primera era que el cielo que ahora se mostraba gris dejaría caer gotas de agua en cualquier momento; Lo segundo era que no quería alejarse del cuerpo de su novia falsa y la tercera era que estaba consiente que el latir rápido de su corazón era a causa de un sentimiento cálido y cariñoso ¿Él no podía estar enamorado, verdad?.

Refunfuñó en el pecho contrario al darse cuenta de que su tonta idea había sido eso, tonta ya que todo era mentira era un trato de ellos, la ayuda llegaba a su fin...

Pablo: Estoy a nada de tirarte lejos.- Amenazó poco serio, perdiendo la cuenta de la cantidad de minutos donde estuvo tratando de hacer que la chica lo soltara o se moviera un poco, logró lo contrario.- Oh vamos, terminarás asfixiándome, Andrade.

Marizza: Está por llover, tengo frío y hambre deberíamos volver a casa.

Pablo rió un poco, ellos ni siquiera habían bajado de la motocicleta desde que dejaron la escuela solo anduvieron dando vueltas, bueno, el rubio lo estuvo haciendo y sin rumbo fijo con un suspiro le dio la razón a la pelirroja, el día agradable se puso fastidioso y se nubló por completo; una pronta lluvia se avecinaba y el frío también era otra señal.

Sus manos se movieron hacia su motocicleta, era hora de volver aunque muy lejos de casa no estaban quiso poner en marcha la moto, pero se detuvo al ver a una persona pasar de manera calmada del otro lado de la calle.

Su boca mostró una mueca como si fuera algún perro rabioso defendiendo lo que es suyo, Jihoo era un chico terriblemente cabeza dura volvió a soltar la moto e hizo lo menos pensado, llamó la atención de la chica dejando caer sus manos frías en su pequeña y suave cintura.

Demasiada confusión para su mente.

Nuevamente unos labios suaves tocaban los suyos, Marizza le rodio sus brazos en el cuello del rubio reduciendo el espacio de los dos, la confianza aun era inexistente y la timidez era prácticamente palpable un acto puro, un beso no pensado era lo que se estaba dando, pero aun así ninguno tuvo la necesidad o fuerza necesaria para echarse atrás.

El sentimiento estaba ahí, instalándose cómodamente en ambos era agradable y reconfortante, era caliente y cálido demasiado sentido como para olvidar.

La lluvia no dio aviso, las gotas cayeron como balde de agua fría, violento y sin compasión fue una interrupción inapropiada para ambos alejándose solo un poco observo el rostro de la pelirroja, mejillas sonrojadas, ojos vidriosos y unos labios sensibles y rosados.

Marizza: Nos besamos...- Murmuró llevando una de sus manos hacia sus labios sensibles.- Nos besamos de nuevo.. ¿Por qu...- El sonido de una bocina le hizo perder concentración vio del otro lado de la calle se encontraba Jihoo observando bajo la lluvia.- ¡Oh...!.- Encontró ahí su respuesta, había sido por él, con una sonrisa triste y un frío recorriendo su cuerpo de pronto pudo entender... era por él.

El rubio no pudo notar la decepción de ella, aún ido por lo ocurrido y la alegría en donde se encontraba sumergido no le dejaba ver el entero panorama.

Ubicando sus manos nuevamente en los manubrios al fin le dio arranque a la motocicleta, e hizo caso omiso al tacto sin fuerza de la chica.

No fue hasta que llegaron a casa de los Bustamante que el rubio pudo notar cierta distancia, la molesto, o mejor dicho la hirió, ¿Se trataba por el beso? ¿No había sido bueno? ¿Poco agradable?, ¿No había sentimiento compartido?...

Marizza: Debería irme a casa.- Habló bajito, tan bajito que sonó lastimada.

Pablo: Está lloviendo.- Dijo para retenerla.- No sería buena idea salir ahora

Y la pelirroja tuvo ganas enormes de disculparse por todo, la que estaba confundida era ella llevando sus sentimientos a la persona equivocada, el rubio solo había sido amable en ayudarla y ¿Qué hizo ella? enamorarse como una tonta, Pablo solo lo estaba ayudando.

Ambos, estaban equivocados...

Continuará... 

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora