Capitulo 5

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Mora: Eres buena en esto Marizza.- La mujer halago la habilidad de la chica para preparar batidos frutales.- Nunca antes se me hubiera ocurrido esa combinación de frutas y yogurt

Marizza: Mi mejor amigo me enseñó a prepararlos, a él le gusta la gastronomía sabe preparar de todo.- Explicó con amplia sonrisa.

Y a unos pasos de ellos estaban Pablo y su padre sentados en el sillón.

Pablo: Debería de estar durmiendo ahora mismo...

Julián: No te quejes, yo debería de estar reparando el auto.- Se quejó ahora su padre.

Pablo: Eres un fracaso Papá.

Julián: Igualmente tú, hijo.

Ambos rieron para luego negar, ellos sí que se parecían y solían hacerse ese tipo de comentarios graciosos.

Julián: ¿A dónde fue tu hermano?

Pablo: ¿¡A la mierda!?

Julián: ¿Y queda lejos?, no quiero que tu madre se preocupe...

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La señora despeinó los cabellos de tierna chica que sostenía la bandeja de panecillos y salieron de la cocina

Mora: Ustedes dos, siéntense como la gente y a comer.

Pablo: No tengo hambre.- Dijo sin más cruzándose de brazos y matando con la mirada a su falsa novia, sí que había sido mala idea salir de su habitación y encontrarse con sus padres.- Me la llevaré a su casa

Mora: No hasta que haya terminado de comer y tú también...

Pablo: Sabes que no me gusta el dulce...

Mora: Apenas y tiene azúcar, Osito, solo toma además Marizza lo preparo y salieron deliciosos.- Marizza le agradeció nuevamente y Mora por un momento quiso nuevamente ser madre para tener una niña igual a esa pequeña.- ¿Lo ves osito?, se un poco más como tu amiga

Pablo: No es mi amiga.- Respondió de mala manera sorbiendo de su batido, no iba a admitir que tenía buen sabor.- Solo es una compañera.

Mora: Ajá, ¿Te sirvo más, hijo?.- Sonrió ella y Pablo a ceño fruncido le ofreció su ya vacío vaso para ser nuevamente llenado.

Pablo: Solo tengo sed, deja de verme así...

Mora: Como digas hijo.

Marizza rió un poquito pero se detuvo ya que recibió otra vez esa mirada fulminante de su falso novio, pero sonrío por dentro al sentirse realmente cómoda con la familia de Pablo, aunque le causaba curiosidad su hermano el ¿Rockero?.

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Fue un alivio para ella el escuchar: "Pablo, lleva a Marizita a su casa", de parte de la madre del rubio.

Pablo: ¿Y dónde vives?.- Preguntó, Marizza le dijo su dirección y para su sorpresa solo estaba a unas cinco cuadras.- Que rayos.- Maldijo sintiéndose estúpido, pero había otra cosa.- ¿Sabes que estás a unas cuadras de mi casa?

Ella ladeo su cabeza y miró a su alrededor

Marizza: Uh...- Era cierto, pues ahí estaba la heladería que solía frecuentar.- No me había fijado...

Pablo: Claramente no.- Rodó sus ojos.- Hoy invadiste mi casa, mi madre ahora quiere adoptarte y mi padre... con él no pasó nada, aun así te haré pagar por esto...

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora