Capitulo 14

205 15 4
                                    

  Casa Bustamante 

Mora: Osito, quiero que limpies tu habitación y prepares la comida para la noche, tu padre y yo saldremos y vendremos a la hora de la cena...- Su hijo la miró con arrugas en su entrecejo.

Pablo: ¿Nos mudaremos?... porqué eso pasara si me dejas a cargo de la cocina, explotara.- Más claro no podía ser, la sinceridad ante todo.

Mora: Solo prepara lo básico hijo, sé que puedes.- Camino hacia la heladera, de ahí sacó unos pastelitos de vainilla y se los entregó a Marizza.- Están deliciosos cariño.- Marizza agradeció con una sonrisa de oreja a oreja, mientras el rubio caminó hacia su padre.

Pablo: Será su culpa si tienen que comprar una nueva cocina.- Advirtió y dejo a su padre, yéndose con su novia falsa a su habitación, pues ella tenía que hacer el aseo, pero la voz de la mujer los detuvo a escalones del segundo piso.

Mora: Hijo, ¿Cuál es tu relación con la adorable de Marizita?.- Y ella esperaba una sincera respuesta puesto que ya podía deducir fácilmente que tipo de relación llevaban, de hecho lo sospecho desde el primer día que esa chica piso su hogar.

El rubio se encogió de hombros y fácilmente lo soltó

Pablo: Somos pareja.- Marizza se ruborizó y oculto su apenado rostro con una de sus manos.- ¿Ya podemos irnos?

Julián: ¿Qué?.- Su padre ya se encontraba en el comedor, él tenía buen oído, pero de todas formas...- Sí, bastante obvio... digo, tu nunca traes a nadie a casa

Mora: Marizza, el rebelde de mi hijo no te merece.- Le sonrió.- Pablo Bustamante, quiero que trates a mí nuera con mucho cariño ¿Entendido?.- Claramente estaba ordenándole,

Pablo no sabía que decir, sus padres... ellos...

Julián: Hijo, mira en un futuro quiero nietos, ahora no es el momento me entiendes o debemos tener ¡La charla!... eso es todo lo que tengo que decir, no... felicitaciones, cuida bien de la niña realmente...- Esta vez se dirigió a la pelirroja.- ¿Qué le viste a mi hijo, Pequeña?.- El hombre rió un poco al volver a su partido en el living.

Una vez que escaparon de los padres del rubio, Marizza pudo dejar escapar una risita tentada, eran graciosos y tiernos, les agradaba mucho.

Pablo: Deja de sonreír.- Suspiró, pero por dentro se aguantaba las ganas de sonreír también.- Debes limpiar pero primero encárgate de esto.- Y otra vez la chica tenía en sus manos los discos del hermano menor de Pablo.- Escóndelo donde no pueda encontrarlo nadie...

Marizza: Pero es de tu he...

Pablo: Andrade, escóndelo...

"Mal hermano mayor"- Pensó mientras el rubio se adentraba al cuarto de baño y, Marizza pudo dar con un buen escondite, debajo de la almohada de su falso novio sería un estupendo escondite ¿Verdad?...

Ella dejo de pensar en los recientes discos "ocultos" y ahora se encargaba de la ropa esparcida por el piso y pudo escuchar que alguien entraba al cuarto.

Marcos: ¡Pablo, donde est... aquí está!.- Pudo dar fácilmente con su pertenencia.

Así que si, ella prácticamente le entregó el disco en sus manos

Marizza: ¡Ah...!.- Suspiró.

Y para cuando el rubio dejo de estar en el cuarto de baño se pudo escuchar esa música rockera a todo volumen.

Pablo: Que tonta.- Solo había soltado, ella se cruzó de brazos, Marizza no se movería hasta que obtenga unas disculpas sinceras.

Marizza: No soy una tonta, fuiste muy malo

Pablo: Lo eres, y si fuera realmente malo no estaría ayudándote con ese noviecito tuyo.- Muy cierto, pero ella no era tonta, solo despistada, ingenua e inocente... No tonta.

Marizza: ¡Ex, ex novio!...

Pasó unos dos minutos de silencio y Marizza optó por moverse y terminar de limpiar, ya no estaba de ánimos, o mejor dicho, su ánimo empeoró...

Pablo: Deja eso.- Ella se giró a verlo.- Hoy harás la cena, no quiero que te canses.

¿Y no hace mucho había dicho que no era malo?, pensó la pelirroja.

Marizza: Creo que... ahora estás siendo muy, muy malo..

Pablo: No sé lo que dices.- Acomodó sus brazos detrás de su cabeza, cerrando los ojos rápidamente.

Ella no se quedó quieta simplemente se recostó en el piso a brazos cruzados y a ceño fruncido, existían los límites y Pablo los estaba cruzando, estaba a nada de cruzarlo ella no podía permitirlo

Pablo: ¿Ahora puedes ver la niña que eres?.- Ya no pertenecía con los ojos cerrados, ahora estaba de pie frente al cuerpo inerte en el piso.

Marizza: Lo soy.- Sonrió amargamente

El rubio puso los ojos en blanco, nunca antes se había topado con un ser tan infantil e inmadura, por no decir testaruda y molesta, ni siquiera su hermano y su ruidosa música eran así de irritantes.

Se posiciono de cuclillas a la altura de la cabeza de su chica y con una sola mano apretujo sus mejillas.

Marizza: ¡Agh! ¡Duele, estas usando mucha fuerza!

Pablo: ¿Si?, entonces muévete

Marizza: ¡No!

Del otro lado de la puerta de la habitación de Pablo, el chico de tatuajes falsos permanecía intacto en su posición, a punto de girar la perilla; él solo había querido tomar prestado algo de ropa de su hermano, pero no se esperó escuchar palabrería obscena.

La perilla de la puerta fue girada, y Marcos pudo confirmarlo, ahí estaba ellos, la chica recostada en el piso enredando sus piernas en la cintura de su hermano y Pablo a punto de besar los labios contrarios mientras la tomaba de sus mejillas.

Claramente distorsionaba la situación para molestar luego a su hermano o, leía muchas novelas eróticas; la segunda opción no iba mucho con él, rápidamente saco su celular y capturó la escena que veía sus ojos.

Marcos: Estarás en problema hermano, se lo mostrare a nuestros padres.- Pablo giró su cabeza y frunció su entrecejo ¿Qué tanto decía el tonto de su hermano?

Pablo: Fuera de mi habitación...

Marizza: Nosotros no hicimos nada malo, tu hermano, él...- Miro horrorizada.- No... ¡No hacíamos nada!.- Chilló empujando lejos al rubio.- Solo estaba molestándome.- Explicó al ponerse de pie.

Marcos: No te preocupes, el único que saldrá mal parado es mi hermano.- Le sonrió dulce.

Marizza: Pero...- No quería que los padres de su novio falso malinterpretarán la situación, sería muy vergonzoso para ella.

Pablo reía en su sitio, la pelirroja estaba exagerando y le daba gracia, Marizza le dedicó una mala mirada.

Pablo: No es para tanto... ¡Borra la foto!.- Sus palabras lograron que los paso de Marcos se detuvieran en medio del pasillo.- ¿Qué esperas?

Marcos: No lo haré...

Pablo: Bien.- Se acercó y en un rápido movimiento tomó el celular contrario, y también en rápidos movimientos se acercó a su ventana y lanzó el aparato, este no se rompió sino que se mojó complemente en un charco de agua de riego.

Marcos: Pero, tú... que... ¿¡Acabas de lanzar mi celular por la ventana!?.- Se asomó a ver el homicidio, ahí vio al cadáver, se giró sin decir nada y se lanzó sobre Pablo.

Marizza: ¿¡Hermanos...!?.- Suspiro tomó su mochila y miró por última vez, ellos seguían peleando, nada grabe Marcos estaba sobre la espalda de Pablo, el rubio giraba para sacárselo de encima.- Supongo que me iré...- Murmuró...

Pablo: No des un paso más, Andrade.- Le dijo mientras seguía en lo suyo con su hermano.

Marizza: Supongo que no...- Volvió a suspirar y tomó asiento en la cama.

Continuará...

Un novio de mentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora