JOOHEON.

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Lo tenía.

Mientras el Comandante Levy navegaba por las nubes a la defensiva, vi mi oportunidad de ganar esta cosa, me puse detrás de él, preparándome para fijar mi objetivo cuando lo sentí.

Airen en la cabina.

Mi corazón se detuvo cuando me di cuenta en esa fracción de segundo de lo que tenía que hacer, en cuestión de latidos, la presión del aire caería, y la descarga enviaría al jet a una caída libre de la que no podría recuperarme.

—Aire en la cabina —dije en la comunicación—. Listo para eyectar.

No tuve tiempo para pensar o entrar en pánico mientras me preparaba para lo que tenía que hacer, nunca había eyectado antes, pero todos habíamos sido entrenados a fondo para situaciones de emergencia, sabiendo qué riesgos tomábamos cada vez que volábamos, con mi cerebroen piloto automático, no podía pensar en lo peligroso que podía ser eyectar, no cuando la alternativa era estrellarse junto con el avión, en ese momento, el panel de instrumentos se volvió loco, el avión cayó tan rápido que tenía que actuar, y tenía que hacerlo ahora.

—Caída de altitud, controles perdidos.

Tan pronto como pronuncié las palabras, posicioné mi cuerpo para que cuando los cohetes bajo mi asiento me dispararan, tuviera la oportunidad de salir de esto con vida, todo sucedió tan rápido, recuerdo que alcancé la manija para eyectarme, el dosel volando abierto sobre mi cabeza, y de repente, fui lanzado al cielo con una fuerza que parecía romper cada hueso de mi cuerpo, nunca había sentido tanto dolor en mi vida, y por un instante me pregunté cuán grave era el daño.

Cuando el asiento se separó de mí, el paracaídas se abrió automáticamente, ralentizando la fuerza de mi caída, y fue entonces cuando vi el jet debajo de mí, precipitándose hacia el océano. No podía apartar la vista de él mientras se estrellaba contra el agua, haciéndose pedazos, había estado dentro hace sólo unos segundos, si hubiera dudado, no habría tenido tiempo de eyectarme...

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La habitación era demasiado brillante mientras mis ojos luchaban por abrirse, blanca, estéril y con un fuerte olor a alcohol, mi habitación en el Hospital Mesamir me saludó una vez más, una bienvenida alternativa a estar a dos metros bajo tierra.

Despierto, me costó sentarme, pero cuando el dolor cegador se propagó por mi cabeza, pecho y hombros, gemí y me desplomé en la
almohada.

¿Qué tan mal estaba? No recordaba mucho después de estar en el aire, era como si mi cerebro se hubiera apagado, protegiéndome del
trauma, recordaba vagamente haber golpeado el frío Océano Pacífico, pero todo lo demás estaba borroso.

—Yo no haría eso si fuera tú. —Abrí un ojo para ver a una enfermera que rodaba un carro y se detuvo al lado de mi cama, escaneó la banda de mi muñeca y me sonrió—. Bienvenido de nuevo, Señor Lee ¿Cómo se siente?

—Yo… —Me dolía la garganta, como si hubiera tragado gravilla.

—¿Dolor? Un momento.— Salió de la habitación y volvió un minuto después con un vaso de plástico lleno de hielo y agua. —Sorbos lentos, estuviste sin despertar por un tiempo.— Dios, el agua sabía mejor que nada, y en mi codicia, tomé demasiado y casi me ahogué. —Probablemente sea suficiente por ahora— dijo, poniendo el vaso en el soporte al lado de la cama, y sólo entonces sentí otra presencia en la habitaciónHoudini estaba de pie en silencio junto a las ventanas, una mezcla de alivio y preocupación en su cara.

—Ho… hola —rechiné. Intentó avanzar cuando la enfermera empezó a tomarme la presión sanguínea, y cuando se detuvo junto a la cama, vi que parecía una mierda recalentada, y se lo dije.
Una leve risa lo dejó, y luego sacudió la cabeza.

SPEED [JOOKYUN] #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora