CHANGKYUN.

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En retrospectiva, tal vez no fue la mejor idea abrir la puerta de Heon sólo con mis calzoncillos, pero en mi defensa, era temprano y todavía estaba medio dormido, no quería perjudicarlo, especialmente con su familia, pero la mirada en la cara de su padre no tenía precio.

Los había visto irse hace un par de horas, así que fui al gimnasio, para aliviar la tensión sexual que había habido entre nosotros anoche, cuando volví a mi habitación, Heon estaba saliendo del asiento trasero del Range Rover de sus padres, no pude descifrar la expresión de su cara, no había forma de saber si había sido una buena visita o una que quería olvidar.

Me saludó mientras salían del estacionamiento, y una vez que se fueron, se volvió hacia mí.

—Llevas más ropa que la última vez que te vi.

Sonreí y me limpié la frente con la toalla alrededor del cuello. —Una lástima, lo sé.

Sacudiendo la cabeza, Heon buscó las llaves en su bolsillo, y cuando abrió la puerta, me puse a su lado.

—¿Tienes planes para hoy? —dije.

—¿Aparte de asfixiarme dentro de mis cuatro paredes deseando estar en otro lugar?

—Bien, déjame reformularlo ¿Quieres tener planes para hoy?

Una sonrisa cruzó lentamente sus labios.  —¿Hay algo que tengas en mente?

—Sí, lo hay, dame una hora —dije, retrocediendo, y cuando la sonrisa de Heon se hizo más amplia, supe que lo tenía.

Me di una ducha rápida y luego fui a buscar una sorpresa, fue justo una hora más tarde cuando llamé a su puerta, la abrió, su pelo recién duchado aún brillaba en las puntas, y se había puesto unos pantalones cortos y una camiseta.

—No estoy muy casual, ¿verdad?

Seguí mis ojos por cada centímetro de él, haciéndole saber lo mucho que me gustaba lo que veía.

—Jodidamente perfecto, aunque si quisieras ir desnudo, no me quejaría.

—Me he propuesto no montar nunca a comando.

—Ah, bueno, habido un cambio de planes. —Hice un gesto hacia el deportivo descapotable rojo estacionado en el espacio que usualmente
guardaba mi Yamaha, que ahora estaba a salvo en el garaje de la agencia de alquiler y sonreí. — Sé lo mucho que te gusta el ronroneo entre los
muslos, pero como se supone que te lo tienes que tomar con calma, pensé que esto podría ser más cómodo para ti, y aún así te da el viento en la cara.

Heon salió, cerró la puerta tras él y silbó. —¿De quién es el coche que has robado?

—Del Comandante Levy.

—¿Qué? —Sus ojos se abrieron de par en par, y tuve que reírme, aunque decía mucho sobre lo que pensaba de mí si creía que iba en serio.

—Relájate, no lo echará de menos.

—Solo, no me voy a subir a un coche robado.

—Entonces disfruta mirando tus cuatro paredes. ¿O qué dijiste? ¿Asfixiarse dentro de esas cuatro paredes?

—¿Dónde está tu moto?

Miré alrededor, fingiendo pánico.  —Mierda, ohh, mierda.— No pude seguir con el acto, sin embargo, la risa burbujeaba y salía mientras el horror cruzaba la cara de Heon. —Jesús, eres demasiado fácil, vamos.— Girando las llaves, salté de la acera y abrí la puerta del lado del pasajero, pero Heon se quedó quieto, mirándome fijamente—. ¿Qué?

—¿De dónde has sacado el coche?

—Te lo dije. —Se cruzó de brazos, pareciendo contento de quedarse allí todo el día si no le contestaba—. Eres un dolor en el culo, ¿lo sabes? Veamos, si no es el coche del Comandante Levy, y no es mi coche, entonces, caramba, supongo que tal vez lo recogí en un lugar donde alquilan coches, ahora, ¿podrías por favor entrar antes que me derrita en este pavimento caliente como el carajo?

Aparentemente apaciguado por mi respuesta, Heon deslizó sus viadores sobre su cara y me rozó antes de subir al asiento del pasajero.

—Buen chico —bromeé, cerrando su puerta y luego dando la vuelta al coche para tomar mi lugar al volante.

Ya había montado a este bebécon fuerza en la autopista, así que sabía el poder que contenía si lo empujaba y con Heon a mi lado, planeaba empujarlo, pasé mis ojos sobre sus anchos hombros y el increíble cuerpo que sabía que estaba debajo de esa ropa. 

—Puede que quieras abrocharte el cinturón, Teniente.

Los labios de Heon se estrujaron.

—¿Ah, sí? Me vas a llevar a dar un paseo, ¿eh?

Mientras se abrochaba el cinturón, me mojé los labios. —Mhmm, duro y rápido, justo como te gusta.

Heon tragó y luego se movió en su asiento, pensando claramente en la noche en que lo había tenido debajo de mí, que era exactamente mi intención.

—Creo que puedo manejarlo.

Me reí entre dientes mientras giraba la llave y el auto revivía, elronroneo gutural del escape que retumbaba debajo de nosotros hizo que el coche vibrara, y aún no habíamos ido a ninguna parte.

—Espero que tengas razón, porque no te lo voy a poner fácil.

Heon apoyó su brazo en el marco de la ventana abierta y me miró, y joder, el tipo nunca se había visto más sexy en su vida.

—Como dijiste, te prefiero más duro.

El comentario fue tan directo y tan condenadamente sexy que tuve la sensación de que este pequeño viaje de placer iba a ser uno que no olvidaría pronto, cuando solté un gemido bajo, Heon dijo:

—Bueno, ¿qué estás esperando?

¿El regreso de mi cerebro y de cómo conducir un coche? Pero antes de que pudiera distraerme aún más, o tal vez pensar en tratar de convencerlo de olvidarse de la conducción y tal vez volver a entrar, donde había, oh, no sé, una cama, respiré profundamente y me reenfoqué en el camino que tenía por delante.

Bien, era hora de sacar mi frustración de otra manera hasta que pudiera disfrutar de la conducción del cuerpo sentado a sólo unos
centímetros del mío, así que, veamos lo que este bebé realmente podría hacer.

SPEED [JOOKYUN] #2 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora