State of Grace || Annabeth Chase

1. Espino... el de las espinas.

Presley Von Karma era un problema. Una maldición.

Jerry Von Karma nunca se lo había dicho, pero Presley estaba segura de que la consideraba como tal. Si no, ¿por qué la habría enviado a Westover Hall, un horrible internado muy, demasiado lejos de donde vivían?

Westover Hall no era tan malo como parecía... era peor. Pero Presley no se quejaría... mucho. La mayoría de chicas la seguían por alguna razón, alguna tontería de que querían ser chicas de la naturaleza como ella. Presley no era una chica de la naturaleza, simplemente se sentía a gusto cuando pisaba la tierra y el viento le daba en el rostro.

Pero, siendo sinceros, Presley pensaba que cualquier persona preferiría la tierra y el viento que pasar más tiempo del necesario encerrada en Westover Hall. El internado era como un castillo maldito: todo de piedra negra, con torres y troneras y unas puertas de madera imponentes. Se alzaba sobre un risco, dominando por un lado un gran bosque y, por el otro, el océano gris y rugiente.

El océano a veces daba miedo. A Presley no le gustaba.

A pesar de que Westover Hall lucía como el lugar que Drácula consideraría su hogar ideal, Presley se había acostumbrado pronto. Las clases eran un asco, pero estaba acostumbrada, no es como si pudiese hacer algo sobre su dislexia. Pero había encontrado algunos escondrijos en el castillo, que servían cuando alguien se ponía demasiado pesado sobre la «buena vibra» que daba Presley, con todo ese rollo de chica naturaleza o algo así. En especial un extraño chico que le había dicho que se llamaba Grover, incluso lo había pillado una vez comiéndose una lata, así que Presley decidió que no quería tener nada que ver con él.

Pronto Presley se encontró pasando su segundo invierno en el internado. Por supuesto que se iría apenas terminase el trimestre, pero antes unas chicas tontas uno o dos años mayores que ella, le habían insistido al director para que tuvieran un baile. Presley pensó que era una ridiculez y que preferiría comer la comida de los viernes de la cafetería —solían ser las sobras del jueves, ¿qué es peor que el brócoli hervido con salsa blanca? Las sobras de brócoli hervido con salsa blanca—. Había planeado no asistir al baile, pero pronto se llevó la sorpresa de que era obligatorio.

Así que, por culpa de unas chicas tontas que querían un estúpido baile, ahora estaba en el gimnasio del internado, bebiendo agua en un vaso de plástico rojo —no había querido del ponche porque había escuchado a unos chicos mayores planear sobre meter algo en él—. Algunas personas la habían invitado a bailar, pero se había negado completamente, en especial cuando un chico le dijo que debería cambiarse de ropa.

—Quizás deberías cambiarte —sugirió él, mirando los pantalones deportivos de Presley—. Es un baile, no...

—¿Viniste a invitarme a bailar o a criticarme? —preguntó, interrumpiéndolo—. Porque, créeme, preferiría bailar con... —Barrió el sitio con la mirada, hasta que se fijó en un niño flacucho de diez años, que tenía el cabello negro—. Incluso con ese mocoso que contigo.

El chico farfulló algo que no alcanzó a entender antes de que se alejara a toda prisa.

Al final, aunque Presley no había planeado bailar, terminó aburriéndose, y cuando una chica se acercó para preguntarle qué productos usaba en su cabello, porque se veía «muy sedoso y brillante» decidió meterse de lleno en la pista de baile.

Mientras fingía estar en sintonía con la música, notó a un chico de cabello negro y ojos claros mirarla con interés, mientras bailaba solo, entonces volteó el rostro, como si quisiera decirle algo a alguien, pero estaba solo.

«Esquizofrenia» Pensó Presley, desviando la mirada para seguir caminando, hasta que chocó con alguien.

Era una chica rubia con el cabello suelto, cayendo sobre sus hombros, tenía la piel bronceada. Presley la comparó con una de esas chicas de california, que solamente se interesaban en la playa y en qué chico era más sexy. Pero sus ojos grises la miraron con suspicacia, como si estuviera examinándola para determinar si era peligrosa o no.