Aterrizaron en Crissy Field cuando ya era noche cerrada.
En cuanto el doctor Chase bajó de su Sopwith Camel, Annabeth corrió hacia él y le dio un gran abrazo.
—¡Papá! Has volado... has disparado... ¡Por los dioses! ¡Ha sido lo más asombroso que he visto en mi vida!
Su padre se sonrojó.
—Bueno, supongo que no está mal para un mortal de mi edad.
—¡Y las balas de bronce celestial! ¿Cómo las has conseguido?
—Ah, eso. Te dejaste varias armas mestizas en tu habitación de Virginia la última vez que... te marchaste.
Annabeth bajó la vista, avergonzada. El doctor Chase había evitado decir: «te fugaste».
—Decidí fundir algunas para fabricar casquillos de bala —prosiguió—. Un pequeño experimento.
—Qué genial es el padre de Annabeth —murmuró Julieth junto a Percy—. Ojalá el mío fuera así.
Percy se contuvo de recordarle que su padre era un dios.
—Papá... —murmuró Annabeth con voz entrecortada.
—Oigan —los interrumpió Thalia. Ella y Artemisa se habían arrodillado junto a Zoë y vendaban sus heridas.
Se apresuraron a ayudarlas, aunque tampoco había mucho que hacer. No tenían néctar ni ambrosía. Y ninguna medicina normal habría servido. Incluso en la oscuridad, percibieron que Zoë no tenía buen aspecto. Tiritaba, y el leve resplandor que siempre la acompañaba se iba desvaneciendo.
—¿No puedes curarla con algún recurso mágico? —le preguntó Percy a Artemisa—. O sea... tú eres una diosa.
Ella parecía muy agitada.
—La vida es algo frágil, Percy. Si las Moiras quieren cortar el hilo, poco podré hacer. Aunque puedo intentarlo.
Fue a ponerle la mano en el flanco, pero Zoë la agarró por la muñeca. Miró a la diosa a los ojos y entre ambas se produjo una especie de entendimiento.
—¿No os he... servido bien? —susurró Zoë.
—Con gran honor —respondió Artemisa en voz baja—. La más sobresaliente de mis campeonas.
La expresión de Zoë se relajó.
—Descansar. Por fin.
—Puedo intentar curarte el veneno, mi valerosa amiga —dijo la diosa.
Presley quiso llorar, maldecir y tirarse por un acantilado. Zoë había sabido desde el principio que la profecía del Oráculo se refería a ella: que perecería por mano paterna. Y sin embargo, había emprendido igualmente la búsqueda. Ella había decidido salvar a Percy, y la furia de Atlas la había roto por dentro.
Miró a Thalia y tomó su mano.
—Lamento que discutiéramos tanto —le dijo—. Habríamos podido ser hermanas.
—Ha sido culpa mía —respondió Thalia, al borde de las lágrimas—. Tenías razón sobre Luke. Sobre los héroes, sobre los hombres y todo lo demás.
—Quizá no todos —murmuró Zoë, y le dirigió a Percy una débil sonrisa—. ¿Todavía tienes la espada, Percy?
Él no podía hablar, pero sacó a Contracorriente. Ella sostuvo el bolígrafo con satisfacción.
—Dijiste la verdad, Percy Jackson —prosiguió Zoë—. No te pareces en nada a... Hércules. Es para mí un honor que lleves esta espada.
—Eres una gran amiga —se apresuró a decir Presley antes de que fuese demasiado tarde—. Quisiera... quisiera que nos hubiéramos conocido antes.
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State of Grace || Annabeth Chase
FanfictionAnnabeth Chase jamás habría visto venir a Presley Von Karma. Annabeth Chase x Fem!oc Personajes y universo de Rick Riordan, a excepción de Presley Von Karma, y cualquier otro personaje que no reconozcan.