Se detuvieron en una sala llena de cascadas. El suelo era un gran pozo rodeado por un paso de piedra sumamente resbaladiza. El agua salía de unas enormes tuberías, chorreaba por las cuatro paredes de la estancia y caía con estrépito en el pozo.
Briares se desplomó junto al muro. Recogió agua con una docena de manos y se lavó la cara.
—Este pozo va directamente al Tártaro —musitó—. Debería saltar y ahorrarles más problemas.
—No hables así —dijo Annabeth—. Puedes volver al campamento con nosotros y ayudarnos a hacer los preparativos. Seguro que tú sabes mejor que nadie cómo combatir a los titanes.
—No tengo nada que ofrecer —se lamentó él—. Lo he perdido todo.
—¿Y tus hermanos? —dijo Tyson—. ¡Los otros dos deben de seguir siendo altos como montañas! ¡Podemos llevarte con ellos!
El rostro de Briares adoptó una expresión aún más triste: era su cara de luto.
—Ya no existen. Se desvanecieron.
Las cascadas seguían rugiendo. Tyson contempló el pozo y pestañeó. Un par de lágrimas asomaban en su ojo.
—¿Qué quiere decir? —preguntó Presley—. ¿Los monstruos no eran inmortales?
—Presley —dijo Grover débilmente—, hasta la inmortalidad tiene sus límites. A veces... a veces los monstruos caen en el olvido y pierden la voluntad de seguir siendo inmortales.
Percy se le quedó mirando a Grover, probablemente se estaba preguntando si el sátiro estaba pensando en Pan.
—Debo irme —dijo Briares.
—El ejército de Cronos invadirá el campamento —advirtió Tyson—. Necesitamos tu ayuda.
El centimano bajó la cabeza.
—No puedo, cíclope.
—Eres fuerte.
—Ya no —Briares se levantó.
—Espera —Percy y Presley lo tomaron cada uno de un brazo, y lo llevaron aparte, de modo que el rugido del agua evitaba que los escucharan.
—Briares, te necesitamos. Por si no te habías dado cuenta, Tyson cree en ti. Ha arriesgado la vida para salvarte —dijo Percy.
Percy le contó a Briares cosas que Presley no sabía. Como que Luke ya estaba preparado para atacar y que solo necesitaba un método para orientarse en el laberinto; y sobre el ataúd de oro de Cronos. Al parecer, cada vez que alguien más se sumaba a la causa de los titanes, un trocito del cuerpo de Cronos aparecía dentro del ataúd. Encantador.
Presley se quedó sorprendida cuando lo escuchó, y miró a Percy, esperando que él dijera algo, pero él simplemente miraba a Briares.
—No puedo, semidiós —Entonces miró a Presley—. No tengo el fuego para entrar en este juego —Y sus cien manos hicieron la mímica del fuego que Presley había hecho.
—Quizá por eso se desvanecen los monstruos —respondió Percy—. Tal vez no se trate de lo que crean los mortales. A lo mejor lo que pasa es que dejan de creer en sí mismos.
Sus ojos castaños lo observaron. Su rostro se transformó y asumió una expresión bien reconocible: la vergüenza. Se volvió y se alejó caminando pesadamente por el pasadizo hasta desaparecer entre las sombras.
Tyson sollozaba.
—Tranquilo, todo irá bien —le dijo Grover, dándole unas palmaditas con aire vacilante, como si hubiera tenido que armarse de valor para hacerlo.
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State of Grace || Annabeth Chase
FanfictionAnnabeth Chase jamás habría visto venir a Presley Von Karma. Annabeth Chase x Fem!oc Personajes y universo de Rick Riordan, a excepción de Presley Von Karma, y cualquier otro personaje que no reconozcan.