State of Grace || Annabeth Chase

39. ¿Drakon o dragón?

Presley se sentó en el suelo y Annabeth se fue, dejándola sola durante unos segundos.

Se concentró en mantenerse despierta, incluso se pellizcó el brazo cuando sintió que se le cerraban los ojos.

Annabeth volvió y se agachó delante de ella, sosteniendo unas vendas y una bolsa de plástico con ambrosía adentro.

—Te va a doler —le dijo Annabeth, desajustando las correas de la armadura.

—Ya me duele —le respondió Presley, bajito.

Annabeth frunció el entrecejo y comenzó a curarla.

—Si estabas tan cansada, tendrías que haber salido.

—No.

Annabeth dejó de curarla.

—¿No?

—No —respondió Presley, mirándola con los ojos entrecerrados del cansancio.

Annabeth resopló y comenzó a vendarla.

—¿Y si te hubiera pasado algo? —le preguntó en voz baja, sin mirarla, manteniendo su mirada en el vendaje.

Presley se mantuvo mirándola, sin saber qué decirle.

—¿Ah, Presley? —insistió, apretando el vendaje. Presley se quejó por lo bajo.

—No sé, Annie, no sé —le respondió, cerrando los ojos. Se sentía como si el mismísimo Morfeo estuviera jalándola del brazo para llevarla al reino de los sueños, pero se obligó a abrir los ojos y volver a mirar a Annabeth—. ¿Y si te hubiera pasado algo a ti?

Annabeth suavizó su expresión.

—Esto ya está —dijo, en lugar de responderle.

—¿Así te preocupabas por Luke? —Presley no pudo detenerse antes de preguntar.

Annabeth se le quedó mirando.

—No lo entiendes.

—No —Presley le dio la razón.

Annabeth suspiró.

—Luke prometió que nunca permitiría que me hiciesen daño. Dijo que formaríamos una nueva familia y que funcionaría mejor que la suya.

La expresión de Annabeth la preocupó. Se veía furiosa y despavorida.

—Pero fue él mismo el que te hizo daño...

Se frenó ante la mirada que Annabeth le dio.

—Sí, es verdad —cedió Annabeth, desviando la mirada—. ¿Por qué siempre es tan tenso cuando hablamos de Luke?

Presley hizo una mueca. No quería ponerse a hablar de que le daban celos y la hacía sentir insegura.

—No sé —respondió, en lugar de decirle la verdad—. Si tienes que hacerle frente...

—Tú no crees que sea capaz —la interrumpió Annabeth.

—No sé.

Annabeth se mantuvo en silencio unos segundos.

—Presley, durante gran parte de mi vida me sentí como si todo cambiara continuamente. No tenía a nadie en quien confiar.

Presley asintió y extendió su mano para rozar la suya.

—Me fugué a los siete años —prosiguió—. Luego creí haber encontrado una familia en Luke y Thalia, pero casi enseguida se vino abajo. Lo que quiero decir… es que no soporto que la gente me decepcione ni que las cosas sean sólo temporales. Es por eso, me parece, por lo que quiero ser arquitecto.