27

804 117 20
                                    

Hola aquí, pequeños pajarillos.


Capítulo 27 Puede parecer simple pero estar orgullosa de mi misma me hace feliz.

Los pasos del monstruo resuenan en mis oídos, la respiración se ha vuelto errática como si estuviera a punto de perderme y quedar sumida en la oscuridad.

Puedo sentir como se abre paso el doloroso veneno de la soledad, la miseria y la desesperación.

Las palabras "No quiero morir" suenan a plegaria maldita que nadie escuchara en aquel lugar.

Por alguna razón aun cuando todo parece gris y a punto de resquebrajarse la tierra en mis pies puedo sentir como el latido de mi corazón hace eco que aumenta de volumen hasta ser todo lo que escucho todo lo que siento, un ritmo que me estremece provocando que el calor se extienda a todo mi cuerpo que pensé ya para este punto moría.

La voz, un murmullo apenas audible hasta que por un milisegundo el corazón deja de latir y sus palabras "No te des por vencida" se escuchan perfectas y claras desatando una ola de fulgor que jamás imagine podía tener.

No era nadie más que yo misma, no era otra persona más que mi propia voz empujándome a salir de ese horrible estado, del miedo a la tenacidad y la fuerza de voluntad que creo un caos en mi interior.

Una vez las gotas de agua empaparon mi rostro, todo iba demasiado lento puedo sentir como incluso el bastardo monstruoso frente a mi parece acercarse con una lentitud exasperante estoy más allá de lo que nunca puede imaginar ¿Por qué?

Las dudas quieren apoderarse de mi pero las detengo con un ¿Por qué no?

Puedo ser fuerte, quiero serlo, voy a serlo y al final del día no existe nadie más en este mundo que mi propia persona para saber el valor de mi existencia.

¡Voy a vivir! ¡Voy a luchar! ¡Voy a ganar, cueste lo cueste!

Salto hacia un lado en el último instante antes de que el tiempo se reanude a su normalidad, James sigue perplejo sin entender qué demonios pasa.

Con un nuevo impulso y actitud renovada me tomo mi tiempo para pensar mi plan de ataque, lo mío consiste en esperar que se acerque y moverme en ese pequeño lapsus de tiempo pero no duraría mucho no podía pedirle a mi cuerpo humano que ya estaba dando más de lo que se podía.

Así que corrí con dirección al lago, parecía lo suficiente natural aunque tenía pinta de que el humano había interferido. James se movió a gran velocidad tras de mí.

-En todos mis años de vida inmortal jamás pensé que volvería a sentir esto-habla alto- La inmortalidad me quito esto y tú pequeña perra me lo has devuelto por eso prometo que tus últimos minutos serán los más placenteros...aunque ahora me haces dudar-aparece frente a mí cortándome el paso.

Puedo ver un líquido plateado escurriéndole por la comisura de su boca, sale a borbotones y caigo en cuenta de que es su veneno, tan exaltado esta que se le escapa.

-¿Y qué opina tu noviecita de todo este plan?-pregunto de pronto incluso sorprendiéndome yo misma.

-¿Victoria? No tiene nada que opinar, el mundo es nuestro y podemos hacer lo que nos dé la gana-contesta intrigado.

-No me pareció que ella estaba tan a gusto, tal vez de hecho ella no es de las que comparte-sonrió sínica- Por el contrario del putito que tengo delante-le señalo.

Sin perder la conversación y ninguno de mis movimientos termino a un lado del lago, el frente a mi mirándome e intentando adelantarse a mis acciones pero solo parece que estoy improvisando, que de hecho es exactamente lo que estoy haciendo.

Nueva vida, niña idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora