Georgia, 9 de noviembre de 2022.
Estos meses, desde que Calum y Audrey han terminado su relación, todo se ha vuelto un completo caos. Él está totalmente encerrado en sí mismo, y aunque hace relativamente poco que ha empezado a ir a terapia para ponerle solución, todavía le cuesta animarse a salir simplemente a tomar un café o dar un paseo con nosotros. La verdad es que no esperaba que la ruptura le hubiese afectado tanto, siendo él quien dio el paso para terminar con esa relación, y tampoco esperaba sentir tanta preocupación por su situación, ya que siempre he estado mucho más unida a Audrey que a Calum.
Sin embargo, ella parece haberlo afrontado todo de una forma muy diferente. Aunque se veía que le afectaba, y durante un par de meses nuestro tema principal de conversación era Calum y la ilusión de una posible reconciliación, con el paso del tiempo dejó de pronunciar su nombre, y con ello parecía volver a ser ella al cien por cien. Empezó a salir de fiesta, tal vez demasiado, pero la veíamos tan feliz, que no le dijimos nada, todos pensamos que era lo que necesitaba, estar entretenida y así pasar página de una forma más rápida y sencilla.
Hoy es el cumpleaños de Audrey, y aunque sé que está bien, o eso nos hace creer a todos, esta es una de esas fechas en las que te sueles acordar de esas personas que ya no están en tu vida, y estoy segura de que a pesar de que no lo comparta, le encantaría poder vivir este día junto a Calum. Así que, para intentar que empiece el día con buen humor, y sintiendo el amor de las personas que seguimos con ella, he decidido levantarme bastante pronto, ir a comprar un desayuno para las dos y presentarme por sorpresa en su piso.
Cuando el reloj de mi móvil marca las siete de la mañana, sabiendo que esa es la hora en la que ella programa cada día su alarma para levantarse, utilizo la llave de repuesto que me dejó desde que ya no tiene pareja, por si cualquier día tenía una urgencia, le pasaba algo, o simplemente se olvidaba de las llaves dentro de casa. Entro en el apartamento intentando no hacer ruido, dejo el paquete con el desayuno sobre la encimera de la cocina, mientras escucho el rechinar de lo que parece los muelles de un colchón, acompañados de ligeros gemidos. Yo frunzo el ceño, Audrey siempre se ha quejado de lo finas que son las paredes en este edificio, pero nunca habría pensado que fuese para tanto, no puedo evitar soltar una pequeña risa, pensando en que tal vez sean los vecinos septuagenarios que viven en el piso de a lado.
Sacudo la cabeza y me dirijo hacia su dormitorio, deseando compartir mis pensamientos con ella, sabiendo que ambas acabaremos llorando de risa con este gran despertar. Abro la puerta de golpe, gritando "feliz cumpleaños", y lo primero que noto es esa bofetada que te da la sensación de entrar en un cuarto con un ambiente excesivamente cargado, para acto seguido notar ese aroma tan característico de un lugar en el que se están manteniendo relaciones. Escucho a Audrey gritar, al mismo tiempo que enciende con desesperación la luz de su habitación. Está completamente desnuda, y a su lado, con la misma carencia de ropa, se encuentra la última persona que me habría esperado encontrar en su cama. Soy incapaz de pronunciar palabra, me limito a volver sobre mis propios pasos hacia la cocina.
- ¡Gia!- La escucho gritar mi nombre, y poco después aparece en la misma estancia que yo, tapada con una camiseta a modo de vestido.
- ¿Qué cojones hace él aquí?- Es lo primero que pregunto, ella se toma unos segundos para responder, mientras con sus manos se hace un moño, para apartar todo el pelo de su cara.
- ¿Has traído tú eso?- Cuestiona mirando hacia la encimera.
- Sí, quería darte una sorpresa para que no te sintieras sola hoy.- Respondo antes de soltar un ligero suspiro.- Pero ya veo que no te hacía falta.- Ella suelta una pequeña risa mientras sacude la cabeza, y en el momento en el que comprueba que sigo completamente seria, cambia su semblante.
- Aprecio mucho más tu compañía, muchas gracias, de verdad.- Audrey da un par de pasos hacia mí, supongo que con la intención de darme un abrazo, pero yo me alejo.- No es nada, no te lo tomes así, ha surgido sin más.
- ¿Tenía que ser él? ¿En serio? ¿No había más tíos en toda la puta ciudad?- Ella se muerde el labio inferior con nerviosismo, mientras juega con el final de su camiseta, acariciando la tela entre sus dedos índice y pulgar.
- Ha sido solo sexo.- Yo niego con la cabeza, mientras observo como Audrey avanza hacia la caja en la que está guardado el desayuno, y la empieza a abrir con cuidado, imagino que temiendo el poder romper algo.- Tiene muy buena pinta.- Susurra, y sé perfectamente que está intentando desviar el tema una vez más.
- ¿Has llegado a plantearte en algún momento el daño que podrías hacer por lo que tú dices que es sólo sexo?- Ella se gira y me observa sorprendida.
- Ha sido un simple polvo, Gia, deja de darle vueltas, tampoco quiero discutir esto estando él en mi habitación.- Veo como apoya su espalda contra la encimera y se cruza de brazos mirándome.
- ¿Un simple polvo? ¿Me vas a decir que lo que tú dices que es la única vez que ha surgido después de todo, coincide con la noche de tu cumpleaños?- Audrey no responde, simplemente baja la mirada, por lo que sé perfectamente que ésta no ha sido la primera vez.- ¿Hace cuánto?
- No lo sé, no hace mucho.- Se encoge de hombros todavía con sus ojos fijos en el suelo.
- Audrey, pensaba que no teníais ningún tipo de contacto, ¿cuándo empezaste a tirártelo?- Ella toma una bocanada de aire antes de mirarme de nuevo.
- Unos meses después de la ruptura, nos encontramos haciendo la compra, hablamos un par de veces y pasó. Ambos teníamos ganas, pensábamos que no iba a pasar más, y no es que haya surgido muchas más veces, pero...- Yo abro la boca sorprendida.
- Lleváis ocultándome esto meses.- Susurro, siendo consciente de que ella no ha sido la única que me ha mentido.
- No es para tanto Gia, te aseguro que no hay sentimientos de por medio.- Yo suelto una pequeña carcajada sarcástica.
- Eso mismo dijiste la última vez.- Audrey aprieta sus labios entre sí, creando una fina línea con ellos.
- ¿Podemos dejar esto para otro momento? Quedamos tú y yo esta tarde, y hablamos tranquilamente, por favor.- Tras un par de segundos en silencio, y comprobar que han pasado demasiados minutos, y ella se tiene que ir a trabajar, termino asintiendo.
- Quiero hablar con los dos, a las siete de la tarde nos vemos aquí.- Ahora es ella quien mueve su cabeza en forma afirmativa.- Que os aproveche el desayuno.- Suelto antes de darme media vuelta para poder avanzar hacia la salida.- Y feliz cumpleaños "amiga".- Hago especial énfasis en la última palabra, con un claro tono sarcástico.
- Gia...- Ignoro su llamada y continúo avanzando hacia la salida, mientras mi cabeza trata de entender lo que ha visto hace una escasa media hora.
ESTÁS LEYENDO
Burned out like a cigarette 2. (Calum Hood)
Фанфик¿Dejar paso a los sentimientos o cerrarse a ellos? Escrita en colaboración con Lorena (@itsbluesidx)