"Son bromas."

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Calum, 9 de enero de 2022.

A pesar de ser domingo he decidido levantarme temprano ya que siendo principio de mes, mi nevera se encuentra bastante vacía, y así aprovecharé la salida para también comprar un par de paquetes de tabaco. Aún en el supermercado, recibo un mensaje que me indica que uno de los paquetes que había pedido por internet, lo han depositado en el buzón al no haber estado en casa, por lo que suspiro, ya que se me había olvidado por completo que llegaría hoy.

Una vez me he encargado de subir y colocar toda la compra, bajo al buzón para recoger el paquete, y es en ese momento que recuerdo que llevaba sin mirarlo desde el día que Audrey me dijo lo de la nota por lo que cuando lo abro, puedo ver bastantes cartas en su interior, con algunos papeles de propaganda, los cuales me encargo de tirar a la pequeña basura que hay a un lado de la portería, y junto con el paquete, ahí estaba aquella nota que había llamado tanto la atención de Audrey. Una vez giro el papel, frunzo mi ceño al poder leer escrito con tinta roja "Controla a tu novia" sobre el folio blanco. Lo releo un par de veces más para estar completamente seguro del mensaje que hay escrito, lo que me obliga a sacar mi móvil para mandarle un mensaje a Audrey, explicando que necesitaba verla antes de poder ir a comer a casa de sus padres, plan al que no pude negarme cuando me lo propuso el miércoles, y menos al saber que su madre cocinaría aquella lasaña casera tan rica que hace.

Ya en la puerta de su piso, espero a que me abra apoyado sobre el marco de ésta, y una vez lo hace, veo que sonríe, haciéndose a un lado para dejarme pasar, cosa que no dudo en hacer, dirigiéndome a su vez a la cocina para poder servirme un vaso de agua mientras oigo como ella se encarga de cerrar la puerta. Cuando llega a la cocina, se apoya en la mesa de marmol en forma de barra.

- Tenía sed.- Me disculpo una vez me termino el vaso, ya que ni siquiera me he tomado el tiempo de saludarla.

- Ya veo, ya.- Ríe con suavidad. Dejo el vaso sobre la pila y me inclino a besar sus labios cortamente por encima de la encimera.- Hola...

- Hola.- Sonrío dejando otro casto beso en sus labios.

- ¿Y qué es lo que quieres que no puede esperar a casa de mis padres?- Cuestiona ladeando su cabeza.

- Vamos al salón.- Propongo, por lo que cuando ella asiente, salgo de detrás de la encimera, siguiendo los pasos de Audrey quien se sienta en el sofá y me observa desde allí.

- ¿Té has recibido alguna nota como esta?- Me encargo de sacar de mi bolsillo del pantalón la hoja doblada varias veces, para una vez desdoblarla, mostrarsela, extendiéndola para que así pueda leer el mensaje.

- Si, hace ya algunas semanas.- Explica.- No deberías darle importancia, seguro que es alguien al que le gusta gastar bromas pesadas.- Frunzo mi ceño levemente al escucharla.

- ¿Y por qué no me lo has dicho?- Me cruzo de brazo, esperando una explicación por su parte.

- Porque no le he dado ninguna importancia, son bromas de críos, Calum.- Explica, tratando de convencerme de ello.

- ¿Ponía lo mismo que en ésta?.- Cuestiono por lo que Audrey niega con la cabeza.- ¿Qué es lo que decía?- Un suspiro sale de entre los labios de Audrey al ver mi insistencia por el tema.

- Algo así como que dejara mi trabajo, que no era para mí.- Se levanta del sofá para poder posicionarse a mi lado.- Pero no tiene importancia Calum, esto es como quien llama a los telefonillos simplemente por joder, o el vecino que mete la propaganda de su buzón al tuyo para no tener que tirarla.- Se encoge de hombros para después posicionar sus manos sobre mis mejillas.- Prometeme que no vas a obcecarte con esta tontería.

- Solo prométeme que si vuelve a ocurrir, me lo dirás.- Ella asiente ante mi petición, poniéndose posteriormente de puntillas para unir nuestros labios.

Ya en casa de los padres de Audrey, tras haber puesto la mesa, nos hemos sentado para poder disfrutar de esa magnífica lasaña casera que prepara su madre. A medida que avanza la comida las conversaciones fluyen, sobre cualquier tema trivial, disfrutando todos de la compañía.

- ¿Y qué tal te va el doctorado?- Cuestiona su padre tras haberse limpiado con la servilleta.

- Bastante bien, pero me quita demasiado tiempo, me cuesta encontrar momento para mí, o para salir con mis amigos, o con Audrey.

- Es algo normal, ¿tienes mucho qué estudiar?- Cuestiona su madre interesada en el tema.

- No es tanto estudiar, es más el tiempo presencial que requiere, pero sí luego hay mucha materia, sobre la cual tengo que realizar las investigaciones, y a veces tanta información me satura.- Respondo tratando de explicar cuál es la situación en la que me encuentro.

- Y por eso mismo ya casi me tiene olvidada.- Audrey bromea, provocando que suelte una pequeña carcajada antes de negar con mi cabeza, sabiendo que está tratando de picarme.

- ¿Estás descuidando a mi hija?- El tono de la voz de su padre sale en un tono jocoso.

- Un poco.- Bromea Audrey por lo que finjo sentirme ofendido.

- Si queréis, nos podemos ir a dar una vuelta después...- De nuevo la voz de su padre interrumpe la posible bronca en broma, que se podía haber creado con el comentario de Audrey.- Ya sabemos que no sería la primera vez.

- ¡Papá! -Audrey se queja al oír salir tal proposición de la boca de su padre, lo que me hace reír.

- No nos vendría mal.- Trato de seguir la broma, lo que provoca que Audrey golpee mi brazo en forma de queja.

- No pegues al muchacho.- La madre de Audrey interrumpe para defenderme.

- Gracias mamá, eso, tú defiéndeme.- Se cruza de brazos, haciendo que sus padres y yo riamos.

- Tiene preferencias, es normal que tire para lo mejor.- Me encojo de hombros, volviendo a llevarme una mala mirada por su parte. Me estiro para besar su mejilla, cosa que me impide hacer al apartar su cuerpo.

- No, no quiero.- Me echa la lengua, provocando que suelte una pequeña carcajada por su actitud infantil.

- Luego no pidas.- La advierto, manteniendo un tono divertido, a la vez que la señalo con el dedo, advirtiéndole.

- Bueno, vale.- Se estira un poco hacia mí, siendo ahora ella quien me pide un beso, por lo que finalmente dejo uno sus labios.

Pasamos el resto de la tarde en la agradable compañía de sus padres, y aunque en el momento que han preguntado por mis padres, todo se ha vuelto un poco más incómodo, hemos podido disfrutar de cada charla que hemos mantenido, incluso volviendo a retomar ciertas anécdotas que habían quedado enterradas en el pasado, pero para nada desagradables.

Burned out like a cigarette 2. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora