Calum, 15 de septiembre de 2021.
No tardo nada en llevar una de mis manos a su sexo, desesperado por notarla y por escuchar ese gemido que se escapa de su boca, en cuanto mis dedos hacen contacto sobre esa zona. Nuestros labios vuelven a encontrarse, y empezamos a besarnos con lentitud, siguiendo el ritmo con el que mi mano se mueve en su entrepierna, arrancando pequeños gemidos que se quedan atrapados entre nuestras bocas. Y a pesar de que me encantaría seguir jugando así con ella, necesito sentirla por completo cuanto antes, por lo que sin dejar de acariciar su clítoris, llevo mi otra mano a mi miembro, sujetándolo para poder colocarlo.
Le indico en un rápido susurro que eleve su cuerpo, algo que no tarda en hacer y en cuanto me sitúo en su entrada, ella empieza a bajar lentamente, haciendo que los dos soltemos un gemido al unísono. Cuando me introduzco por completo, ella se queda quieta unos segundos, en los que simplemente nos miramos a los ojos, mientras sigo moviendo mi mano, buscando que llegue a su orgasmo antes de empezar a movernos. Cuando sus gemidos se empiezan a intensificar, veo como se inclina hacia delante, buscando esconder su rostro al apoyar su frente sobre mi hombro. Yo llevo mi mano con suavidad a su pecho, situándola en el centro, para ejercer una suave presión que le haga entender que recupere su postura anterior.
- Quiero verte.- Suelto entre jadeos, con mis ojos fijos en los suyos, ella se limita a asentir con la cabeza. Yo aumento la presión y la velocidad de mis dedos, notando como las paredes de su vagina se empiezan a contraer alrededor de mi miembro, lo que me hace apretar la mandíbula con fuerza. Audrey comienza a mover sus caderas de delante hacia atrás, buscando aumentar su placer, algo que me hace sonreír.
Veo como se muerde el labio inferior con fuerza, antes de agarrarse a mis hombros con ambas manos, mientras el orgasmo estalla en su interior, haciendo que su cuerpo tiemble suavemente durante unos segundos y que toda la casa se inunde con el ruido de sus gemidos. Yo llevo ambas manos a su trasero, apretándolo con fuerza, para después empezar a moverla de arriba a abajo con suma lentitud, sabiendo que todavía tiene esa zona sensible. En un primer momento ella sigue solamente el movimiento que yo le indico, hasta que se empieza a recuperar del orgasmo. En ese momento me mira con diversión, justo antes de empezar a mover sus caderas, primero balanceándolas de delante hacia atrás, y después dibujando pequeños círculos que consiguen arrancarme varios gemidos, mientras mis dedos se clavan con fuerza sobre su piel.
De repente, me parece escuchar como las puertas de un coche cerrarse, aunque no hago demasiado caso, hasta que oigo un par de voces que provienen de algún punto del interior de la casa. Hago fuerza con ambas manos para frenar el movimiento de Audrey y pongo mi mano en sus labios para hacer indicarle que se calle, ella me mira con el ceño fruncido, mostrándose bastante confusa, hasta que parece escuchar lo mismo que yo.
- Mierda, mis padres.- Es lo único que dice antes de ponerse en pie.- Deben haber llegado ahora y estarán en el garaje.- Explica mientras se pone de nuevo el vestido que traía, yo me levanto en cuanto consigo reaccionar y me pongo los boxers y los pantalones todo lo rápido que puedo. Aunque no lo suficiente, puesto que en el momento en el que escucho abrirse la puerta que da al garaje, todavía me estoy abotonando el pantalón.- ¿Qué hacéis aquí?- Habla Audrey en el momento en el que su madre aparece por esa puerta. Yo me limito a mantener la cabeza baja, observando su ropa interior tirada a mis pies y mi camiseta sobre el banco, sabiendo que es ya demasiado tarde como para disimular.
- Es nuestra casa, ¿no te lo deberíamos preguntar nosotros a ti?- La voz de su madre está cargada de humor, algo que agradezco. Y yo estoy tan paralizado que ni siquiera se me ocurre terminar de vestirme.
- ¿Calum?- La voz de su padre hace que eleve mi mirada del suelo, para encontrarme con como me miran ambos, yo me mantengo detrás de Audrey, sin saber muy bien qué hacer ni qué decir.- Vamos a colocar las cosas de la compra, os dejamos que acabéis de vestiros.- Comenta antes de que tanto él como su esposa suelten una carcajada, para posteriormente dirigirse a la cocina. Yo suelto un gran suspiro cuando lo hacen, y después me llevo ambas manos a la cabeza tirando con ellas de mi pelo.
- Joder.- Suelto antes de tragar saliva con fuerza, intentando recuperar el aliento.- Casi me da un ataque.- Audrey suelta una pequeña risa, antes de unir sus labios con los míos en un corto beso.
- Vístete, y después lo terminamos en casa.- Susurra guiñándome un ojo antes de agacharse para poder ponerse su ropa interior. Yo me pongo la camiseta y ambos nos dirigimos al baño para poder asearnos un poco antes de volver juntos a la cocina. Sus padres nos miran con una sonrisa, antes de mirarse entre ellos con bastante complicidad, como si supieran qué es lo que está pensando el otro sólo con ese gesto.
- ¿Y a qué debemos vuestra presencia aquí?- Pregunta su madre, mientras ordena unos paquetes de cereales en uno de los armarios.
- Vino a ayudarme para poder llevar el tocador a mi apartamento.- Ambos asienten con la cabeza ante las palabras de su hija.
- ¿Y no hay nada que nos quieras contar?- Cuestiona de nuevo alzando una ceja, mientras nos mira intercaladamente.
- Bueno...- Empieza a hablar Audrey, quien me mira unos segundos, yo sitúo mi mano en su espalda, acariciándola con suavidad, animándole a que se lo cuente.- Hemos vuelto hace poco.- Tras decirlo vuelve a mirarme, y ambos sonreímos durante unos segundos. Cuando vuelvo a centrar mi atención en ellos, veo como ambos nos observan sonrientes.
- Nos alegramos mucho, de verdad.- Ahora es él quien habla.- De hecho, cuando las navidades pasadas nos contaste que volvíais a tener relación, y que él te estaba ayudando, hablamos en varias ocasiones de lo mucho que nos gustaría volver a veros felices juntos.- Yo no puedo evitar que mi sonrisa se vuelva mucho más amplia tras sus palabras.- Ahora tenéis que cuidaros mucho para que salga bien.
- Creo que hablo por los dos, si digo que vamos a poner todo de nuestra parte porque esta vez sea la definitiva.- Respondo antes de dejar un pequeño beso sobre la sien de Audrey, quien después deja caer su cabeza sobre mi hombro con ternura.
- Bueno, Calum vamos a por ese tocador, que nos será más fácil bajarlo a nosotros dos, creo recordar que era bastante pesado.- Yo asiento con la cabeza, y me despido de Audrey con un pequeño beso en los labios antes de seguir a su padre por la casa para ir hasta su cuarto.
En el momento en el que entramos, no puedo evitar recordar las veces que tengo estado allí con ella, simplemente hablando después de comer con sus padres. Y es que todo sigue exactamente igual que en aquella época, sus paredes blancas llenas de aquellas fotos que tanto le gustaba sacar a cualquier cosa, su escritorio cubierto de pequeñas montañas de papeles, y su pequeño espacio de maquillaje, que tampoco es algo a lo que le dé demasiado uso, pero la verdad es que el tocador tiene un aire vintage, que aporta un gran toque a la estancia, aunque sea de simple decoración.
- ¿Realmente habéis vuelto hace poco o nos lo habéis estado ocultando todo este tiempo?- Su voz grave me quita por completo de mis pensamientos, haciendo que me centre en ese hombre alto, con el pelo rizado, el cual aún mantiene su tono cobrizo, como el de su hija.
- Ha sido hace poco. Tampoco te voy a mentir, nos hemos acercado ya hace bastante, pero no se ha formalizado nada hasta hace apenas unos días. Ya sabes, había temores por el hecho de que ya ha salido mal una vez.- Confieso, ya que la verdad es que mi relación con él siempre ha sido bastante buena, es un hombre con el que se puede hablar de cualquier cosa y desde el primer momento me ha tratado como a uno más de la familia.
- Es normal.- Pronuncia mientras saca algunas de las cosas que había sobre el tocador, para después moverlo con cuidado y despegarlo de la pared.- Pero sólo hace falta ver las caras que tenéis al miraros, para saber que habéis tomado la decisión correcta.- Yo sonrío asintiendo ante sus palabras, para después ayudarle a elevar del suelo el mueble y comenzar a caminar con cuidado con él.- Eso sí, no vengáis más a mi casa a follar, que al final voy a terminar por entrar con miedo.- Suelta en un tono cargado de humor, que nos hace reír a los dos.
- Sí, no te preocupes, ha sido un pequeño descuido.- Comento en el mismo tono que él, mientras empezamos a bajar las escaleras.
Una vez llegamos a la planta de abajo, es Audrey quien nos abre el portal para poder salir a la calle y por último meter el tocador en mi coche, con todo el cuidado del mundo para que no se dañe el espejo. Al terminar con ello, ambos insisten en que nos quedemos a pasar al menos unas horas con ellos, poniéndoles al día de todo un poco, así que terminamos por ceder y retrasar nuestro plan de estar tranquilos en casa para otro día.

ESTÁS LEYENDO
Burned out like a cigarette 2. (Calum Hood)
Fanfiction¿Dejar paso a los sentimientos o cerrarse a ellos? Escrita en colaboración con Lorena (@itsbluesidx)