"¿Qué hora es?"

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Audrey, 16 de noviembre de 2021

En el momento que Calum detiene sus movimientos, una vez hemos conseguido alcanzar ambos el orgasmo, se deja caer a mi lado en la cama, tratando de recuperar el aliento. Me muevo lo suficiente como para apoyar mi cabeza sobre su pecho, pudiendo notar como el brazo de Calum rodea mi cuerpo, comenzando a dejar pequeñas caricias por mi espalda. Dejo un dulce beso en su pecho y alzo mi cabeza para poder ver como sus ojos están cerrados, y su respiración está aún algo agitada. Elevo una de mis manos hasta su frente para poder despegar los mechones de su pelo, que están adheridos a su piel debido al sudor. Puedo percibir como sonríe de a poco y como después abre sus ojos para poder observarme, elevando su mano de mi espalda al pelo, enredando algunos mechones entre sus dedos. Dejo un casto beso en sus labios, para segundos después volver a colocarme sobre su pecho, cerrando mis ojos para poder disfrutar de sus caricias.

- ¿Qué hora es?- Pronuncio al ser consciente de que había quedado con una persona, a pesar de estar sumida en una tranquilidad absoluta debido a los movimientos de su mano sobre mi pelo. Noto como estira su cuerpo para alcanzar su móvil de la mesita de noche.

- Las 17:34 pm.- Anuncia una vez desbloquea el teléfono, para enseguida volver a dejarlo sobre la mesa y volver a colocarse cómodamente en la cama.

- Vas a tener que irte.- Informo al recordar que en menos de media hora la chica tiene que estar aquí.

- ¿Me estás echando?- Utiliza un tono socarrón, a lo que yo simplemente asiento siguiéndole la broma, con lo que consigo que me mire elevando una de sus cejas, provocando que suelte una pequeña risa y el me rodee con sus brazos, acomodándose más contra mí- ¿De verdad que no puedo quedarme?

- Ya te dije que no quiero que se sienta abrumada o intimidada al encontrarte aquí, quiero que se sienta bien.- Calum suspira a la vez que se estira en la cama, dejando de abrazarme.

- El próximo día cuando me pidas mimos, te recordaré este momento.- Me obliga a rodar a un lado para quitarme de encima de él para poder sentarse en la cama, y posteriormente revolver su pelo antes de levantarse a alcanzar su ropa.

Observo desde la cama, abrazándome a la almohada, como se coloca los boxers, y posteriormente los pantalones, los cuales abrocha antes de agacharse a tomar su camiseta tirándomela de forma que cae sobre mi cabeza.

- Deja de mirarme, eres una acosadora.- Bromea, por lo que quito la prenda de mi cabeza y se la extiendo.

- Sólo disfrutaba de las vistas.- Sonrío de forma inocente, haciéndole negar divertido con la cabeza.

- Deberías irte a duchar antes de que venga la chica, hueles a sexo desde aquí.- Finge olisquear en el aire, lo que me hace soltar una carcajada para finalmente levantarme de la cama y acercarme a él.- Te aviso cuando esté en casa.- Asiento.

- Ten cuidado.- Dejo un par de besos en sus labios antes de encaminarme al baño, no sin antes haberme llevado una pequeña cachetada por el camino, excusándose en que le estaba tentando demasiado.

Hace algo más de una semana me puse en marcha con el tema del nuevo proyecto que tenía entre manos. Debido a que Calum no consiguió que su padre me facilitara ningún contacto, tuve que hacer algo de publicidad al igual que en el primer proyecto, pero de forma más discreta. Aún no sé como organizar todo porque por ahora no es que hayan acudido muchas mujeres, y la verdad es que es algo normal, por el miedo que les puede ocasionar, supongo. Pensé en hacer las reuniones en la universidad, como lo hice con el anterior, pero finalmente decidí que las organizaría en mi casa, para que se sientan en un entorno más seguro y con libertad para expresarse de forma anónima.

A pesar de recibir varias llamadas, la mayoría de ellas no han llegado a atreverse a venir, y otras se han echado atrás en el último momento, tanto por el miedo de enfrentarse al trauma por el que han pasado, como por el que les causa que su agresor pueda localizarlas. A día de hoy he conseguido contactar con una única chica con la que he quedado hoy a las 18:00 pm para poder conocernos mejor y que no sea todo tan frío.

Cuando salgo de la ducha me visto con algo cómodo, ya que iba a estar en casa, y cuando apenas quedaban cinco minutos, decido preparar algo de té por si le apetece, tenerlo listo. En el momento que suena el timbre, me dirijo al telefonillo y una vez me aseguro preguntando por este de que es ella, abro la puerta tanto del portal, como la de mi piso. Dudo por unos momentos en que lugar recibirla, ya que quizás si me encuentra en la misma entrada puede sentirse agobiada, por lo que me limito a ir a por dos vasos para el té, los cuales coloco en la mesita de cristal del salón, y posteriormente me dirijo a por la tetera.

- ¿Hola? ¿Audrey?- Escucho la tímida voz de la chica acompañado de un par de golpes en la puerta a pesar de que está abierta, supongo que asegurándose de que es el piso acertado.

- Sí, Marlie, pasa.- Una vez aparezco a través del muro de la cocina, puedo divisar a una chica algo más bajita que yo, de pelo castaño oscuro y con un color de piel algo pálido al otro lado de la puerta. La incito a pasar con una pequeña sonrisa en mis labios, acto que ella imita de forma tímida, cerrando la puerta una vez pasa al interior.

Tras saludarnos con un par de besos en cada mejilla, la invito a que me acompañe al salón. En un primer momento se aventura a alagar la decoración de mi piso, la cual le agradezco dejando que sí es lo que quiere, eche un vistazo por el lugar, para segundos después pedirle que se sienta como si estuviera en su casa para hacer lo que quiera, lo cual me agradece. Hasta que finalmente optamos por sentarnos en los sofás, dejando que ella se acomode en el grande y yo ocupo el hueco del pequeño, tomando cierta distancia para no hacerle sentir cohibida.

- Tengo que agradecerte que hayas venido y permitirme conocerte.- Opto por comenzar la conversación halagando su postura.- Y he de reconocer que me parece muy valiente por tu parte que quieras compartir tus vivencias conmigo y ayudarme en este proyecto.- Marlie que así es como se llama la chica, sonríe de forma tímida.

- Una parte de mí aún se arrepiente de atreverse a haber contactado contigo, sin embargo tengo infinita suerte de sentirme con fuerzas.- Comenta, tratando de explicarse de algún modo.- Lo hablé con mi psicólogo, antes de aventurarme por completo, para luego no hacerte el feo de dejarte plantada, y me dio a entender que quizás esto pueda ayudarme a avanzar mucho más.- Juega con sus manos de forma nerviosa.

- Y te lo agradezco infinitamente.- Sonrio con dulzura.- Antes de nada quiero que sepas que todo esto nos lo tomaremos al ritmo que tú necesites.- Explico, tratando de calmar su intranquilidad de algún modo.- Iremos poco a poco y sin ninguna prisa. Y te debes sentir completamente libre de contarme sólo lo que realmente te apetezca, no te sientas presionada, y si en algún momento necesitas que paremos, lo haremos, tenemos demasiados días para conocernos.- Marlie agradece mis palabras antes de dar un pequeño sorbo al té que le he servido en el momento que nos hemos sentado.

- La verdad es que me anima bastante el saber que de esta forma podré ayudar a otras mujeres a prevenir cualquier circunstancia por la que yo pasé, o a saber identificarlo a tiempo.- Aclara, sonando bastante segura en sus palabras.- Para mí fue bastante duro, y me hubiera gustado que alguien me hubiera ayudado a prevenirlo.- Sonrío con algo de tristeza ante sus palabras, lo que provoca que la chica niegue restándole importancia.- No debes preocuparte por mí, sí es verdad que pasé por algo parecido a un infierno... Pero ahora estoy bien.- Me sonríe de nuevo con dulzura.- Y me alegra que te tomes el tiempo de querer ayudarnos de esta forma, eso dice mucho de tu persona- Río con suavidad algo avergonzada ante su halago.

- Sólo quiero tratar de evitar que no haya más personas pasando por lo que tu sufriste, quiero que cada mujer pueda ser libre y feliz.- Ambas sonreímos ante mis palabras casi a la vez.

El resto de la tarde, la verdad es que no tocamos demasiado a fondo el tema que nos atañe, puesto que antes de nada me parece más importante tejer una buena red de seguridad, para conseguir que ella misma se suelte sin ningún tipo de tapujos, por lo que hemos dedicado casi dos horas a compartir nuestros gustos y nuestras inquietudes. Además, ha leído mi anterior trabajo, por lo que todo el tema de los complejos también nos ha hecho tener una conversación más que interesante.

Burned out like a cigarette 2. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora