Audrey, 29 de diciembre de 2021.
Durante el resto de la tarde he podido preparar algunas cosas con respecto a la próxima charla con una de las nuevas chicas que han contactado conmigo. A parte, he hablado con Marlie proponiéndole quedar un dia de estos, es una chica bastante agradable, por lo que no me parece tan mala idea el conocerla fuera del ámbito laboral, y quizás entablar una relación amistosa. También he aprovechado para darme un baño relajante antes de vestirme con algo cómodo pero elegante, con unos pantalones skinny negros, y un jersey burdeos oversize, una camiseta negra por debajo, con un cuello de camisa blanco, dejándolo por fuera del jersey.
En el momento que cojo las cosas necesarias, guardándolas en un pequeño bolso, salgo de casa, asegurándome de cerrar la puerta y bajo las escaleras hasta llegar al portal. Una vez paso por la zona de los buzones, observo como una hoja sobresale de mi buzón, por lo que me acerco para sacarla, suponiendo que será algún tipo de propaganda. Salgo de casa en dirección al autobús, buscando una basura en la que arrojar el papel, mas me detengo a leerla a medida que camino, frunciendo mi ceño al ver que no era lo que esperaba: "Deberías dejar este trabajo, no estás para nada a la altura" puedo leer en la nota, por lo que me paro a un lado de la acera, para poder dejar paso a la gente, volviendo a releerla, queriéndome asegurar que no he leído mal. Niego con mi cabeza y decido hacer una bola con ella y acercarme a la papelera más cercana, donde la arrojo. No sé que clase de persona es capaz de bromear con estupideces como esta, pero muy madura no creo que sea.
Una vez llego a la marquesina, me coloco mis auriculares mientras espero a que el autobús llegue, y una vez lo hace, me monto hasta llegar a la parada más cercana a la casa de Calum, que no son más de cinco. Cuando llego al portal, llamo al piso correspondiente esperando que me abra, no tardando más de un para de segundos en hacerlo. Ya arriba, observo como la puerta está entornada, pudiendo percibir desde allí el olor a pasta cocinada, por lo que simplemente la empujo para poder abrirla, y una vez dentro, la cierro.
- ¿Calum?- Pregunto a medida que camino por el pequeño pasillo, ya que no está al otro lado de la puerta para recibirme.
- En la cocina.- Oigo su voz desde esa zona del apartamento que ha mencionado.
Una vez en el empiece de la barra, observo como Calum se encuentra al otro lado de ésta, manteniendo en una de sus manos la sartén, de la cual está sacando una especie de salsa para echarla sobre los dos platos que hay en la barra, con pasta tagliatelle con pequeños trozos de espárragos trigueros.
- Hola.- Sonrío observando el lugar, comprobando como el ambiente es distinto al que normal suele tener el apartamento, principalmente porque la mesita del salón está ocupada por un par de velas y algunos pétalos de rosa repartidos por ella. Una vez vuelvo a fijar mi vista en él, veo lo concentrado que está en repartir adecuadamente la salsa en cada plato, por lo que suelto una pequeña risa.- Estás hecho todo un chef.- Bromeo, lo que le hace sonreír.
- Te dije que iba a compensarte con una cena rica.- Deja la sartén en la barra para poder agarrar cada plato y dirigirse a la mesa con ellos, por lo que aprovecho que no mira, para poder tomar la cuchara que había ocupado para echar la salsa, y poder probarla, haciéndome relamer los labios después de catarla, degustando aquel sabor a nuez.
- No pensé que te lo tomarías tan en serio.- Quito mi bolso y camino hasta su habitación para poder dejarlo sobre la cama y que no estorbe.
- Tampoco ha resultado tan difícil.- Le oigo decir, por lo que vuelvo al salón después.
- Que modesto él.- Suelto en un tono socarrón, lo que nos hace reír a ambos de forma breve. Se acerca hasta a mí para poder posar sus manos sobre mis caderas, lo que consigue que yo suba las mías a rodear su cuello dejando ambas detrás de su nuca.
- Hola.- Saluda finalmente, inclinándose a rozar su nariz con la mía.
- Hola.- Elevo mis comisuras para posteriormente unir nuestros labios en un corto, pero dulce beso. Tras separarnos, deja un casto beso sobre la punta de mi nariz para después separarse de mi cuerpo.
- Anda, ve a sentarte o se acabará enfriando la pasta.- Anuncia mientras camina de vuelta a la cocina, por lo que decido hacerle caso e ir hasta el sofá, en el cual me siento.
Una vez vuelve, trae una botella de vino tinto acompañado de dos copas. Deja ambas en la mesa y se encarga de quitar el plástico que envuelve la boquilla de la botella y con un sacacorchos, descorcharlo a la primera, llevándoselo posteriormente a su nariz para poder inspirar su aroma.
- Un Pinot Noir de la cosecha del ochenta y tres.- Anuncia, a la vez que comienza a servir en cada copa, apenas llegando a llenar poco más arriba de un quinto de la misma.- Huelelo.- Tomo la copa haciendo lo que me pide, percibiendo un aroma bastante suave.
- No tengo ni idea de vinos, pero sabiendo que el nombre es francés, la fecha que has dicho, y su olor afrutado, tiene pinta de ser bastante bueno.- Observo como el sonríe ante mis palabras- Como tú, vaya.- Bromeo lo que le hace reír y posteriormente se agacha a dejar un casto beso en mis labios.
- Y no solo bueno, si no caro, así que más te vale que sepas valorarlo.- Pronuncia con sorna, para finalmente sentarse en el otro sofá para tener más espacio en la mesa y no estar tan pegados y agobiados.
- Tú no me has salido tan caro y he sabido valorarte.- Mantengo ese tono bromista.
- Perdona, te ha costado tiempo, y eso es algo que jamás vas a recuperar.- Se encoge de hombros.
- Y no cambiaría ningún minuto por nada del mundo.- Una sonrisa asoma en sus labios haciéndose cada vez más amplia.
- ¿Ya te he dicho lo melosa que te vuelves a veces?- Bromea por lo que extiendo mi brazo a golpear con levedad su brazo, haciéndole reir- Te quiero.- Pronuncia sin quitar esa sonrisa de sus labios.
- Yo tambien te quiero.- Imito su acción, siéndome imposible no sonreír.
A medida que nuestros platos se van vaciando, las bromas no cesan en ningún momento, aunque se mantiene ese ambiente de ternura y tranquilidad que nos rodea. Jamás me voy a cansar de sentir tanto en cada momento que paso a su lado, y es que a parte de cada día ser algo completamente distinto, no para de sorprenderme con su actitud.
Ya entrada la noche, me propone quedarme a dormir, por lo que ya en la cama, nos centramos en deleitarnos con las muestras de cariño que nos proporcionamos mutuamente, hasta el punto de notar como mis ojos se van cerrando según Calum va enterrando sus dedos entre los mechones de mi cabello.
Decido inclinarme a unir nuestros labios por algunos largos segundos, y una vez me separo le deseo las buenas noches, acto que él imita robándome un nuevo beso, hasta que finalmente apoyo mi cabeza sobre su pecho, acomodándome mientras mis dedos se mueven con lentitud por la zona de sus costillas, y su mano vuelve a viajar a mi pelo, provocando que me sea inevitable cerrar finalmente los ojos.
![](https://img.wattpad.com/cover/226706974-288-k425210.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Burned out like a cigarette 2. (Calum Hood)
Fiksi Penggemar¿Dejar paso a los sentimientos o cerrarse a ellos? Escrita en colaboración con Lorena (@itsbluesidx)