Capítulo X

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-Joseph y yo —empezó a contar— vivíamos solos en nuestra casa cercana al Distrito Mission. Nuestros padres murieron siendo Joseph mayor de edad, yo era un año menor. Él se las apañó para cuidarme y que no me enviaran a ningún internado para huérfanos siendo yo menor que él.

»Él habría podido dejar que me llevaran, de todos modos solo seria por un año hasta que yo cumpliera la mayoría de edad, pero sin embargo, él convenció a todos de que podría hacerse cargo de mi, aunque para eso tuviera que dejar sus estudios, cosa que no hizo.

»Buscó trabajo como albañil en una construcción cercana... —dijo, y entonces rió con algo de amargura.— ¿Has visto su cara? —Me preguntó.— ¡Yo hubiera buscado trabajo en una agencia de modelaje! —exclamó sarcástico, sonriendo otra vez. Yo también reí. Era cierto, Joseph era muy apuesto y Seth también, a su manera.

-Así, logró mantener la casa y que yo continuara mis estudios. —continuó diciendo— No te voy a mentir, a mi no me habría importado un rábano no seguir estudiando, pero al ver todo el esfuerzo que él hacia por mi, no quise defraudarlo.

»Pasaron lo años, y ya pude ayudarlo, trabajando en supermercados y otros empleos de medio tiempo. Él siguió en la universidad, pero continuó trabajando.

Seth se detuvo, pensativo. Yo no me atreví a decir nada.

Entonces prosiguió.

-Fue a mediados del año 2003 cuando Joseph desapareció de repente. Había salido a dar un paseo en la noche. A él le agrada eso, dice que lo relaja.

»No regresó esa noche, ni la siguiente. Llamé a sus amigos, que eran pocos; vagué por los lugares que solía frecuentar, preguntándoles a todos si le habían visto, pero no hubo señal alguna de su paradero.

»Contacté a la policía, pero sólo me hicieron preguntas como si yo estuviera tras de todo. No, nadie averiguó nada, y yo no supe absolutamente nada de él durante un año completo.

»Una noche estaba yo en mi habitación, acostado leyendo un libro, el libro favorito de Joseph: "Como si fuera cierto" ¿lo has leído? —me preguntó, interrumpiendo la historia.

-Sí, lo he leído. —Respondí.— Es sobre una joven que queda en coma tras un accidente vial, pero su espíritu aparece en su casa, y solo una persona puede verla.

Él asintió con una pequeña sonrisa.

-Si..., había apagado la luz y solo me alumbraba una pequeña lámpara en la mesita de noche. Entonces escuché un ruido y me levanté para asomarme en la ventana, aun con el libro en mis manos, pero no vi nada. Cuando me volví, pensé que me daría un ataque al corazón. El libro cayó de mi mano al piso; creo que no tuve fuerzas en los dedos para sostenerlo.

»Frente a mi estaba Joseph. Por un momento sentí pánico, pensé que era su espíritu, como en el libro. Pero me froté los ojos y me di cuenta de que en realidad era él, de que en realidad estaba frente a mí.

»-¡Joseph! —Exclamé, y de inmediato le abracé.— ¿Dónde has estado? Un año, Joseph ¡un año!

»Me aparté de él para verle mejor y me sorprendí al darme cuenta de que estaba algo pálido y... que había un aura extraña a su alrededor.

»Él me miró con algo de tristeza, aunque yo no entendía porqué.

»-Seth —me dijo— he estado fuera tanto tiempo... no quiero estar solo otra vez, por eso regresé, no quiero estar sin ti...

»Yo asentí, emocionado.

»-Claro, Joseph —le dije— yo tampoco quiero estar sin ti otra vez...

Sangre y NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora