Capítulo XXVII

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Luego de Soria nos movimos a Zaragoza, cercana a las orillas del río Ebro se alzaba la Basílica del Pilar, catedral de la ciudad y toda una joya del arte barroco en Aragón. El majestuoso edificio fue levantado sobre un oratorio románico del siglo IX. El espacio barroco mas esplendido del templo era la Santa Capilla poseedora de una decoración con mármol, y piezas de bronce y plata en los altares.

Anduvimos por las orillas del rio y visitamos la columna o pilar donde, según las leyendas, la Virgen se apareció al Apóstol Santiago.

Partimos luego hacia Almería, donde visitamos la blanca Mojácar, el cual es uno de los pueblos más atractivos que habíamos visitado.

Mojácar pueblo destacaba como una pirámide blanca de casas encaladas sobre un cerro. Recorrimos el centro antiguo a pie porque las calles eran demasiado estrechas. La villa había sido construida para defenderse de los ataques piratas.

Las formas redondeadas de las casas, las cúpulas y las escalinatas que conectaban las estrechas calles eran una delicia; y ni que mencionar sus luminosas plazas.

Pero no nos quedamos demasiado, y de ahí seguimos nuestro recorrido hacia Córdoba. Ahí, la mezquita cordobesa había sido transformada en catedral. Su acceso era la Puerta del Perdón, presidida por una torre barroca altísima y un muro que daba la sensación de ser inexpugnable. Para llegar a la capilla debíamos cruzar la Sala de la Oración, que era famosa por sus dobles arcos de herradura.

Esa noche decidimos "escalar" esa gran muralla y sentarnos al borde para disfrutar de la vista de la ciudad, luego de haber cazado.

Nos trasladamos luego a Sevilla, donde reverenciamos prácticamente a una de las tallas mas valiosas del arte barroco, como lo es el Cristo de la Clemencia... ¡simplemente formidable!

-Esta catedral puede ser comparable en tamaño y belleza a San Pedro del Vaticano y a la San Pablo de Londres... -dijo Novak convencido.

La nave central era una maravilla con todo ese conjunto de figuras de estilo gótico que fácilmente era uno de los más grandes del mundo. Era todo un deleite admirar sus arcos y capiteles. Por su imponencia, fue una de las que mas me gustó.

Ahora solo nos quedaba un último lugar que visitar: Cádiz.

Nos alojamos en la Plaza de San Juan de Dios, y de ahí emprendimos la marcha, a pie, hacia la llamada Catedral Marinera, ya que se encuentra ubicada en el frente marítimo gaditano.

-"El edificio empezó a alzarse en 1722 y finalizó un siglo después, en pleno periodo neoclásico..." —comentaba Novak leyendo su manual, mientras yo admiraba el interior, sus esculturas, mármoles y jaspes.- "aquí se encuentra también la tumba del compositor..." -Novak alzó la vista- un tal Manuel de Falla... ¿Qué habrá compuesto? Aquí no lo dice... -añadió hojeando el manual.

-No tengo ni la más mínima idea... -respondí sonriendo, y él me correspondió.

Salimos de la catedral para caminar y admirar la ciudad desde la torre de Poniente. Ahí pudimos apreciar el ir y venir de las olas en el muelle.

-Mira los azulejos dorados en la cúpula de la catedral... -señaló Novak.

-Realmente es hermosa esta vista... es una lastima que sea nuestra ultima parada en este país.

-No tiene que terminar si no lo deseas... -dijo Novak de inmediato.

-¿A qué te refieres? —le pregunté.

-Eh, no lo se... ¡estamos cerca de Portugal, podríamos ir a Lisboa y conocer...

-Eso seria una locura...

Sangre y NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora