Capítulo XXIV

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-Como te había dicho, todo se oscureció para mí en ese momento, y aun hoy no tengo claro cómo fue mi transformación, como tal, en la criatura que soy actualmente.

»Solo sé que cuando desperté aun era de noche, y aun me encontraba en el campamento de los serbocroatas. Y a mi lado todavía estaba el cuerpo de mi querido hermano Zoran.

»Palpé mi hombro, recordando que me habían herido. Entonces me di cuenta de que mi camisa estaba desgarrada y que mi hombro estaba al descubierto. Pero para mi mayor sorpresa estaba sano, quiero decir, mi hombro estaba totalmente curado, como si nunca me hubiese disparado aquel soldado.

»No entendía nada de lo que pasaba, pero antes de que pudiese formular alguna hipótesis de lo ocurrido, reapareció el hombre vestido de negro.

»-Con que ya has despertado... -me dijo. Yo lo miré sin comprender.

»-¿Quién es usted? —le pregunté. El hombre sonrió.

»-Mi nombre es Casius y soy un vampiro. —dijo decididamente. Yo no me reí, pero ya habrás podido imaginar mi incredulidad al escuchar sus palabras.

»-¿Un vampiro? —repetí. Él asintió.

»-Y eso es lo que eres tú ahora... -añadió- o ¿acaso no recuerdas que estabas herido en el hombro o que cuando te tocabas el rostro, te dolía a causa de los moretones causados por las golpizas de los milicianos?

»Al escuchar aquello, automáticamente me llevé las manos al rostro y noté que los rasguños y las molestias por los moretones habían desaparecido.

»-Oh, me costó gran trabajo... -dijo Casius-, pero resulta que soy bueno en lo que hago... ahora levántate, debes aprender a alimentarte.

»-¿Aprender a alimentarme?

»-No voy a estar contigo eternamente, Novak. Así que debes aprender todo lo que puedas ahora...

»Me pregunté cómo había sabido mi nombre, mejor dicho, cómo había sabido todo sobre mí... ¡y yo no sabía más que su nombre!

»Me levanté del suelo cubierto de nieve y me di cuenta de que ya no nevaba, pero no puedo saber cuanto tiempo estuve inconsciente.

»Casius me adentró en el campamento.

»-Los serbocroatas y los serbobosnios se han asesinado mutuamente esta noche —dijo Casius, como si fuese lo más común del mundo-, pero todavía hay algunos con vida de los cuales puedes alimentarte.

»Nos acercamos a un soldado herido, el hombre tenía los ojos en blanco por el dolor de tener cuatro balazos en el cuerpo.

»-Vamos, acaba con su sufrimiento... -me dijo Casius.

»-¿Qué? —inquirí sin saber a lo que se refería.

»-Está bien, te mostraré... -dijo pacientemente. Se agachó, apartando la capa para que no le estorbara, y levantó al soldado. Entonces pude ver sus afilados colmillos clavarse en el cuello del humano.

»Cuando, al parecer, terminó con su "ejemplificación", soltó el cadáver, que cayó pesadamente al suelo.

»-Debes saber, que tienes que separarte de la victima antes de que su corazón deje de latir.

»-¿Por qué?

»-No es recomendable. —me dijo, limpiándose la boca- Podrías llevarte los recuerdos de tu victima y eso no es muy agradable...

»-¡No! —exclamé- no lo entiendo... ¿soy como tú? ¿Por qué me convertiste en esto?

»-¿No lo recuerdas? —me preguntó como si estuviese sorprendido. Más bien lo dijo con humor.-tú mismo me dijiste que deseabas vivir...

Sangre y NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora