Capítulo XXV

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-Decidí marcharme del país y me dirigí a un pequeño pueblo fronterizo en Hungría. Era mi zona de caza mientras estuve ahí, pues podía alimentarme de ladrones y asesinos.

»No tenia rumbo fijo y luego de casi un mes, seguí mi viaje. Continué moviéndome por la frontera. Con el dinero que tenía compré otras ropas, menos llamativas que los trajes de asesino excéntrico que solía usar en Yugoslavia. Lo único que conservé fue la capa.

»Llegué luego a Drávafok, otro pueblo húngaro donde no me quedé demasiado, así que continué hasta que llegué a Barzence que estaba muy cerca de la frontera eslovena.

»Hasta ese momento había hecho uso del dinero que poseía, pero cuando llegué a Petišovci en Eslovenia, lo gasté todo para que un cochero me llevara lo mas lejos que alcanzara esa noche.

»Así que el hombre me llevó hasta Dietzen en Austria. Esta ciudad quedaba justo en un valle bastante hermoso. Ese día me enterré en la tierra, y a la noche siguiente deambulé por la ciudad. Me cubrí con mi capa, pues hacia frío y visité algunos lugares donde se reunía gente de clase. Le robé el sombrero a un caballero que ya estaba borracho y entré a un bar.

»El lugar estaba algo lleno, pero eso no me importó, aunque hubiese deseado tener unos guantes para cubrir mis pálidas manos. Me acomodé el sombrero lo mejor que pude para ocultar mi rostro, y me senté en la barra del lugar; cerca conversaban un grupo de hombres bien vestidos.

»El barman se me acercó y me preguntó lo que deseaba.

»Verás, afortunadamente Casius me enseñó algunos idiomas, gracias a los libros que me facilitaba, además como debes saber, tenemos un don de imitar perfecto, y nuestro oído capta todas las vibraciones en las voces y sonidos, así que si aun no hablaba muy bien el austriaco, no tardaría mas de esa noche en hablarlo perfectamente.

»Me fijé que el distinguido grupo de hombres a mi lado tomaba whisky, así que pedí uno también, aunque por supuesto no lo iba a tomar.

»Jugué con el vaso un rato, y otras hacia como que bebía, escuchando todo lo que decían a mi alrededor. Hablaban, particularmente, de ir a Estados Unidos porque era, según ellos, el país de las oportunidades y los buenos negocios. Europa estaba atestada de pequeños conflictos que afectaban su economía, mientras que Norteamérica era la mejor perspectiva en el horizonte.

»Al fin los hombres decidieron marcharse y yo me escabullí tras ellos, evitando pagar el trago que no había tomado.

»Me acusarás de avaro, pero los maté a todos, y te sorprenderías de haber visto todo el dinero que llevaban con ellos. ¡Creo que me hice rico de la noche a la mañana! Sin embargo, frecuenté otros bares en las subsiguientes noches y eliminé a otros sujetos con dinero que sentí tenían malas intenciones.

»Cuando llegó el momento, fui al aeropuerto más cercano y compré un boleto con destino a Salzburgo que quedaba en el otro extremo de Austria, muy cerca de Alemania.

»Desde ese entonces solo me dediqué a alimentarme del "rico malvado". Hombres con dinero y sin escrúpulos, y me encargaba, a la vez, de limpiar al mundo de las basuras que tenia, mientras conseguía dinero para establecerme en Estados Unidos algún día.

»En Salzburgo compré una preciosa casa con todos los lujos, y disfruté por dos años de los festivales anuales que se dan en la ciudad de música y teatro. Además hice un curso nocturno en la Universidad de Salzburgo, eso sin duda me pareció muy divertido ¡un vampiro estudiando! Pero siempre había deseado estudiar y en Yugoslavia jamás poseí los recursos.

»Después de esa experiencia, viajé a Múnich en Alemania y me establecí ahí por un tiempo también. Me paseé por sus elegantes comercios y modernos clubes nocturnos, alimentándome de aquí y de allá de los jóvenes que se movían frenéticamente al son de la música; no era muy distinto de ahora, en realidad.

Sangre y NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora