MANCHESTER-UK

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MAYO


EMMA

El viaje fue cómodo, solo era una hora y treinta minutos de vuelo, a veces no entendía porque mi madre lloraba tanto, si Francia solo quedaba a una hora de Manchester, básicamente era a la vuelta de la esquina. Tengo compañeros que cuando van de vacaciones duran nueve y diez horas en un vuelo, pero luego entendí que soy hija única y se me pasa, además siempre estuve con ella, se volvió una madre muy dependiente de mí aunque mis abuelos me cuidaran. A Izan le encantó la idea de volver, había venido antes pero nunca duramos más de un mes, antes solo eran semanas y nada más, pero esta vez estaremos cinco meses, cinco meses que podré estar con mi familia, pasar tiempo con mi madre, salir de fiesta y meditar acerca del lugar que quiero abrir aquí en Manchester.

Mi madre nos vino a recoger al aeropuerto, llegó un poco tarde, para ser exactos treinta minutos tarde; Izan y yo nos sentamos en el restaurante del aeropuerto a comer algo mientras mi madre llegaba, en ese momento mi madre llamó a Izan diciéndole que ya estaba fuera aparcada. A veces pienso que Izan es más hijo de ella, que de su propia madre, la Sra. Foster. Izan y yo caminamos por el tumulto de personas y fuimos al aparcamiento. Desde que llegamos, una vez lo acorraló con besos y abrazos.

Siempre quiso un hijo varón.

—Mamá que también existo—. dije dramáticamente hablando entre risas, casi le saca el aire al pobre Izan —a veces creo que soy adoptada, cada vez que nos recibes en el aeropuerto le das mas abrazo a Izan que a mí, es como si nunca me extrañaste. —refunfuñé.

—Ves que está celosa Helena, siempre te lo digo y nunca me crees —. murmuró Izan riendo. Mi madre me observó.

—Pero que a ti te dejo para último para abrazarte más, enojona —. Me dio un abrazo super fuerte y besó mi cara, también se disculpó por llegar tarde al aeropuerto ya que había tenido problemas con algunas cosas.

—Está bien mamá, sé que tienes trabajo que hacer — le dije calmada.

—No querida no estaba en el trabajo, son otras cosas. Además tengo un montón de cosas que contarte—. su tono fue más de te tengo un chisme.

Luego nos fuimos en el auto de mamá y nos dirigimos a casa, me dediqué a ver por la ventana del auto el paisaje de Manchester, todo seguía igual, las casas, las calles, los árboles, bueno, todo en general. Fue como si nunca me hubiera ido, Izan y mamá hablaban tranquilamente de la familia de él, de cómo estaba su madre y su padre, luego me adentré un poco a la conversación y seguimos el camino con risas y recuerdos hasta que llegamos a la casa de mamá. Seguía igual de grande y espaciosa, la casa de mamá tenía un aroma muy peculiar, olía a lavanda, y es que es su flor favorita. Se preocupa que en cada verano tener lavandas frescas en su patio y dentro de la casa, una bella casa de dos pisos con cinco habitaciones con baños incluidos en el segundo piso y tres en el primero, una cocina bastante grande en el primer piso, la enorme sala de estar, la gran terraza para tomar el té y el patio, mi amado patio, más grande que cualquier otro. En ese patio salté, me caí, caminé y lo disfruté como nunca antes. Saludé a las mujeres del servicio del hogar, siempre han sido la misma, son tres: está Ana y Kara que se encargan de la cocina y Julia que siempre se encarga que todo esté limpio y es como una ama de llaves, Julia tiene una hija que se llama Maya, Maya tiene diecinueve años, es un año mayor que yo. Mi madre contrató a Julia cuando Maya tenía doce años, le ofreció vivir aquí, mientras Julia trabajaba mi madre pagaba las clases de Maya, algo que si les va a sonar interesante, es que Maya si quiere ser abogada como mi madre y pues desde que se graduó, empezó la universidad y hace sus pasantías en su bufete. Compartí muy poco con Maya, porque siempre llegaba tarde de la escuela, mi madre me tenía en programas avanzados y cuando yo llegaba a casa era para comer algo, ducharme y acostarme. Aunque no fuimos a la misma escuela, siempre estaba con sus compañeros en la librería de mi casa, ella era muy amistosa conmigo. Yo siempre le sonreía de lejos cuando la veía llegar con sus compañeros, mi madre le permitía hacerlo. En mi caso fui muy tímida para hacer amigos por mi misma en la escuela, siempre fui la más callada. Maya y yo compartimos poco durante el tiempo que estuve aquí, pero cuando lo hacíamos, pasábamos tiempo de calidad la una a la otra. Después ella se graduó primero que yo y casi no la veía, más adelante me gradué y me fui a Francia pero casi no nos llamábamos.

ERES X PARA MÍ  #1 [NUEVA VERSION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora