ERES X PARA MÍ #1 [NUEVA VERSION]

PRESENTACIÓN EN LA EMPRESA

AGOSTO

EMMA

A la mañana siguiente, me levanté a las cinco y treinta de la mañana, me bañé y me arreglé, no les voy a mentir si me maquillé, pero no lo hice muy extravagante, si no como la hija de la dueña, lo hice a lo Emma Grey. Ok podemos hablar que casi era la jefa y aun no me hacía la idea. Observé mi celular y pude ver un mensaje de Marco:

Buen día flaca, ¿estás lista para soportar todas las locuras que ocurren en la empresa?. Espero que sí, porque tendrás que soportarme a mi también. Te quiero y nos vemos en un rato. xoxo —Marco

Me vestí con un pantalón suelto fino de color crema, aunque trabajara no vestiría como una vieja, nunca en la vIda, me vestí con una blusa blanca y una gabardina crema y mis tacones, tomé mi bolso y cuando vine a ver la hora ya eran casi las siete. Se me fueron las horas solo arreglandome.

—¿Cariño, ya estás lista?. —Esa era mi madre que tocaba detrás de mi puerta.

—Sí mamá. —abrí la puerta— ¿crees que estoy bien como estoy? —pregunté. Ella me miró. Había tratado de no tratarla tan borde después de lo que pasó entre nosotras.

—Estas perfecta, le darás un infarto a los chicos en la empresa .—subió sus cejas en forma de flirteo.

—No es para tanto madre. —le dije caminando en el pasillo. Si que era para tanto, quería verme linda para mi novio.

—Yo ya he desayunado, te esperaré —ella dijo. En verdad no me apetecía nada.

—No desayunaré aquí, no quiero vomitar todo por los nervios —dije. Se rió mi madre.

—¿Lo harás en la oficina? —me miró. Ya conocía esa mirada y lo de mis pastillas.

—Si madre, comeré en la oficina, ¿por cierto a qué hora convocaste la reunión?.

—Está pautada para las ocho en punto. —me dijo abriendo la puerta del copiloto de mi coche.

—Perfecto —le miré. Puse el coche en marcha, me gustaba estar con mi madre, pero los días que habían pasado yo estaba tratando de no pelear con ella. Hablamos de todo un poco en el camino, de como me fue en Francia, también me habló diciéndome que ella quería que hablara en la reunión y solo escuchaba lo que me decía atentamente. Yo también tenía mis propias propuestas para la empresa. Solo que ella no sabía que en medio de mi presentación, yo le daría una sorpresa. Yo seguí conduciendo, cuando llegamos a la autopista para doblar en U; y así poder entrar hacia la empresa, me rebasó un Ferrari, maldije, si maldije y muy alto y le saqué el dedo.

—Maldito quien vaya ahí. —dije sacándole el dedo.

—Te sorprenderás cuando veas al dueño de ese auto... —me dijo mi madre riendo.