ERES X PARA MÍ #1 [NUEVA VERSION]

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MAYO

EMMA

Yo sonreí tranquilamente y vi al bastardo marcharse, saludé cordialmente al gobernador y mi madre nos invitó a su oficina. Al entrar nos invitó a tomar asiento y yo le dije a ella que era mejor retirarme así podía dejarles solos, pero me dijo que no, que el gobernador había sido la razón por la que ella me había llamado a la oficina. Lo observé de pies a cabeza, el gobernador de Manchester es bastante apuesto, luce muy joven; los gobernadores que había conocido antes eran feos y gordos; mi madre tiene algunos treinta y tres, pero el gobernador luce de treinta siente, por ahí debe estar su edad. Lo seguí observando y me dio una mirada nerviosa, luego mi madre empezó a titubear y yo enarqué una ceja observándola, ella quería decirme algo pero no se atrevía hasta que habló el gobernador.

—Emma, es un gusto conocerte en persona, tu madre me ha hablado maravillas de tí, se que no me conoces, bueno al menos no en persona, es seguro que me has visto por la televisión —lucía bastante nervioso, yo me dediqué a sonreír ya que él había parado de hablar y lucía nervioso, luego continuó —bueno yo...eh... estoy muy enamorado de tu madre —lo que salió de su boca me dejó sorprendida, abrí los ojos de la impresión y el gobernador siguió hablando —y quiero casarme con ella.

Abrí la boca por sorpresa y me la tapé de una vez por la emoción, mi madre siempre había estado soltera y super sola en toda su vida, nunca le conocí un novio o un ligue. Pero creo que había llegado el tiempo de que ella fuera feliz, quise intimidar un poco al gobernador. Soy una Grey eso es lo que hacemos.

Había que jugarle una buena carta.

Me senté recta en la silla y tragué saliva, mi madre y el gobernador lo notaron, puse mi cara a modo serio, y pensé antes de hablar para dirigirme a él.

—Bien, ¿hace cuanto conoce a mi madre? —dije seriamente, ahora no había cara de impresión, me quería morir de la risa porque él está tan nervioso que el pobre estaba moviendo los pies sentado.

—La conozco hace dos años —su respuesta salió tan rápido que me sorprendí. Mi madre me observó y vió lo que estaba tramando, ella negó mirándome a mí y cuando el gobernador volteó la cara hacia ella, ella le sonrió como si nada.

—Ok, ¿Y cuando empezaron sus sentimientos hacia ella?. —No aparté la mirada de su cara. El hombre se secó el sudor de la frente. Que fácil de manejar.

—Desde que la conocí señorita —otra vez habló rápido. Pobre hombre.

—¿Y por qué mi madre, si usted tiene muchas mujeres detrás suyo?.—dije.

—¡Emma! —dijo mi madre en forma de reprimenda. Yo me encogí de hombros orgullosa de lo que había provocado. Lo ví bajar la cabeza, cuando lo miré nuevamente. Mi madre me miró con súplicas de que ya le dejara en paz y que parara de hacer preguntas.